El bloqueo de 1902 visto por un inglés, por Simón Alberto Consalvi - Runrun
El bloqueo de 1902 visto por un inglés, por Simón Alberto Consalvi

 

El ultimátum conjunto anglo-alemán fue presentado contra Castro el 3 de diciembre, con la amenaza de operaciones navales

 

@consalvi2013

En A History of the Twentieth Century, el historiador inglés Martín Gilbert fija su atención en los episodios más resaltantes de los primeros años del siglo en América Latina. A fines de 1902, dijo, Gran Bretaña y Alemania echaron las bases de una relación comercial y política que no sólo dejaba atrás sus controversias, sino que comenzaba a dar sus frutos. Veamos lo que escribe el historiador inglés:

“Como socios comerciales se concentraron en una disputa en América del Sur. Por algún tiempo, barcos ingleses que navegaban entre Trinidad y Tierra Firme habían sido abordados por barcos de guerra venezolanos en busca de armas contrabandeadas por los insurgentes nacionales, y sus capitanes y marineros habían sido abusados.

Al mismo tiempo, obligaciones de Venezuela con inversionistas ingleses eran ignoradas. Paralelamente, Alemania también respaldaba el reclamo de banqueros alemanes contra la no cancelación por parte de los venezolanos contraídas para el financiamiento del ferrocarril Caracas-Valencia. Un año antes, Alemania le había advertido a Estados Unidos que probablemente se vería obligada a usar la fuerza”.

Así, refiere Gilbert, se unieron contra Venezuela para bloquear sus costas y capturar su flota. El ultimátum conjunto anglo-alemán fue presentado contra Castro el 3 de diciembre, con la amenaza de operaciones navales. Al ser ignorado el ultimátum, barcos de guerra de ambos países capturaron algunos primitivos buques de guerra y de transporte. En retaliación, don Cipriano encarceló ciertos súbditos alemanes e ingleses, pero fueron liberados de inmediato por gestiones del ministro norteamericano en Caracas. La flota alemana, sin embargo, hundió tres de los barcos capturados. “Hubo indignación en los Estados Unidos por este acto, dice Gilbert, el cual fue visto como una expresión gratuita de vandalismo y de venganza”.

Al informarlo al país, momentos después de iniciarse el asedio de los barcos anglo-germanos, el caudillo andino pronunció su célebre proclama: «La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria». Los periódicos norteamericanos presentaron la actitud alemana como indicación de que pretendían establecer colonias en América del Sur, comenzando por Venezuela, “y más pronto que tarde Estados Unidos se verían obligados por la fuerza de las armas a hacer respetar la Doctrina Monroe…” Los norteamericanos le creyeron a los ingleses su versión de que estaban movidos sólo por intereses comerciales, pero no así a los alemanes. Estos fueron acusados de querer establecer una base naval en la isla de Margarita.