¡Primera carta a un futuro empresario! por Carlos Dorado
¡Primera carta a un futuro empresario! por Carlos Dorado

empresario

 

Según estudios realizados a nivel mundial, el 80% de las personas que deciden desarrollar una idea en el mundo empresarial, fracasan antes de llegar al quinto año de vida de la misma.

En nuestro país, las cifras según el IESA, son aún más alarmantes al contar con 2.7 millones de venezolanos que se consideran empresarios o emprendedores, pero donde sólo una de cada diez compañías que se constituyen, logran sobrevivir a los tres años y medio de fundada; por tanto, únicamente el 10% de los que inician la aventura empresarial, logran llegar vivos al cuarto año.

¿El empresario nace o se hace? Es la gran pregunta que se hace todo el mundo, a la cual no se le encuentra una respuesta fácil; y siempre a los que logran triunfar, la sociedad los ve como esa persona rara que nació con un talento especial, para lograr que su idea se transforme en algo que mucha gente necesitará, produciendo así riquezas para él, y para la sociedad.

¿Necesitamos empresarios? Claro que necesitaríamos miles, millones de ellos, que logren tener miles de ideas y hacerlas triunfar. Sin embargo, para que esas ideas lleguen a ser exitosas las preguntas más importantes de todas son: ¿Se puede vender? ¿A cuántos clientes se logrará venderle la idea? ¿Con qué herramientas cuenta para lograrlo?

Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Suecia e Israel son los cinco países que liderizan actualmente el ranking mundial de nuevas empresas exitosas, y donde sorpresivamente Estados Unidos no está entre los primeros diez de la lista; llevando seis años donde son más las empresas establecidas que cierran, que las nuevas que se crean y triunfan. Fue en el año 2009, cuando por primera vez en su historia 400.000 nuevas empresas se iniciaron; pero 470.000 cerraron sus puertas.

¿Están los Estados Unidos yendo en el camino correcto? Sin lugar a dudas, que tienen y deben reversar esta tendencia urgentemente, ya que si su mundo empresarial va muriendo, irremediablemente el país morirá con ellos. Todavía en estos momentos, Estados Unidos cuenta con 6 millones de empresarios que generan 100 millones de empleos, y una recaudación impositiva que les permitió llegar a ser la economía más grande y exitosa del mundo.

Es difícil, por no decir imposible, repartir riqueza si primero no se crea; y debería ser éste un objetivo de todos los sistemas educativos, y de los gobiernos: formar e incentivar la creación de nuevas ideas y nuevos empresarios exitosos.

Sin embargo, las universidades educan para ser empleados y no empleadores; y muchos gobiernos, lejos de incentivar la creación de nuevas ideas que se transformen en riqueza para todos, las coartan a través de impuestos y leyes; o peor aún, pretenden ser empresarios en vez de árbitros del mundo empresarial.

Yo soy un firme creyente, de que el más eficiente motor generador de riqueza para toda la sociedad es a través del mundo empresarial; y que si hubiese muchas más personas con ideas, con capacidad, con conocimientos para hacerlas exitosas, y con pasión por ser empresarios; todos disfrutaríamos de un mejor nivel de bienestar.

Es por todo esto, que me voy a permitir a través de sucesivos artículos, describir mis experiencias, desde que un día en la habitación de una pensión en la zona del Cementerio, tomé la firme decisión de ser empresario.

“Carlos, nunca podrás cambiar el mundo, pero si sólo logras cambiar a una persona, ya mereció la pena”, solía decirme mi madre.

¡Vamos al menos por ese uno!

 

cdoradof@hotmail.com