Lula: la palabra devaluada de un presidente - Runrun
Lula: la palabra devaluada de un presidente
La pretensión de Lula de relanzar a Brasil como garante de la paz mundial ha fracasado. Es la caricatura de un líder, peón de dictadores

 

@froilanbarriosf

El actual presidente de Brasil en 2023, Lula, ha recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos como obrero metalúrgico en los años 60 y sindicalista en los años 70. Su ejercicio del poder en el siglo XXI marca una distancia sideral con los principios que lo caracterizaron como fundador del Partido de los Trabajadores (PT) en 1980 y en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en 1984.

Eran tiempos donde se soñaba con el renacimiento del Brasil democrático, impregnado del aroma poético de Vinicius de Moraes, Fagner, Chico Buarque y otros. Surgía un líder obrero comparado incluso con Lech Wałęsa, pero en Latinoamérica, poniendo a los trabajadores a la vanguardia política y social del continente.

Se debe recordar que el PT surgió como instrumento del pueblo brasileño para acabar la dictadura militar instaurada desde 1964 y restablecer el sistema democrático. Esto implicaba garantizar los derechos humanos violados por la tortura infligida por los cuerpos represivos del régimen autoritario, el retorno de los perseguidos políticos y la elección libre de los gobernantes. Estos objetivos se lograron con el fin del régimen autoritario en 1986.

Cuando Lula ganó las elecciones en 2002, fue ampliamente reconocido y el Banco Mundial lo consideró una figura destacada de su tiempo, destacando su gobierno como clave para los logros económicos de Brasil, especialmente en la reducción de la pobreza. Programas sociales como Hambre Cero y Bolsa Familia contribuyeron a sacar de la pobreza a cerca de 30 millones de personas en menos de una década. Al finalizar el mandato de Lula, 52 millones de personas, equivalente al 27 % de la población total, se beneficiaban del programa Bolsa Familia.

Sin embargo, todas estas cifras se convirtieron en un espejismo cuando varios ministros de su gobierno y directivos del PT fueron llevados ante los tribunales por acusaciones de corrupción, incluyendo al propio Lula, quien fue condenado por los tribunales y encarcelado debido a la operación Lava Jato y los sobornos de Odebrecht.

El pretendido blanqueo de Lula a Maduro

Lula regresó al poder en 2023 como consecuencia de la pésima gestión del presidente Jair Bolsonaro, cuyo mandato marcado por el autoritarismo llevó al país al colapso económico, social y ambiental. Sin embargo, este, en lugar de recuperar su liderazgo, termina enlodando su actual gestión al pretender blanquear a un Maduro condenado por la CPI y la comunidad internacional y al exigir el levantamiento de las sanciones impuestas. Además, ha mostrado su apoyo a Rusia en la salvaje guerra contra Ucrania, aliándose con el autoritarismo global representado por Rusia, China y Arabia Saudita, en oposición a los países que defienden el sistema democrático.

La pretensión de Lula de relanzar a Brasil como garante de la paz mundial ha fracasado. Se convirtió en la caricatura de un líder. Peón de las dictaduras que en América Latina, Europa y Asia han arrebatado a los pueblos sus aspiraciones a vivir en democracia y con condiciones de vida dignas. Esto contradice sus orígenes, que estuvieron marcados por la lucha del pueblo brasileño contra la dictadura que derrocó al presidente João Goulart en 1964, quien había surgido de un proceso democrático.

Finalmente, resulta condenable el rumbo de Lula al mantener el Foro de São Paulo. Propuesto inicialmente en 1990 como un espacio de reflexión ante la «década perdida» y las consecuencias de la deuda externa en América Latina, en el siglo XXI degeneró en guarida de las dictaduras del continente, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Por otro lado, la CUT se ha convertido en una de las centrales sindicales más importantes para los trabajadores brasileños y del continente, desplazando al sindicalismo estalinista colaborador de la dictadura conocido como «los pelegos» o apaciguadores. Gracias a la CUT, se lograron mejoras salariales, contratos colectivos y libertad sindical. Tanto en el PT como en la CUT, la ética, la honestidad y la lucha contra la corrupción constituían su piedra fundacional.

*Movimiento Laborista.

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