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#EnPocasPalabras | Arabia Saudita: a reemplazar petróleo
El potencial del turismo religioso de La Meca es significativo. Y Arabia Saudita invierte en un proyecto faraónico para aprovecharlo

 

A lo largo de prácticamente un siglo (el 19) Arabia Saudita ha explotado el petróleo como ningún otro país al mundo. Pero al asomarse las energías alternativas como su seguro e inevitable sustituto, este gigante de los hidrocarburos está planificando cómo reemplazarlo con nuevas fuentes de ingresos.

Mientras que Riad no descarta hacer inversiones para que Arabia Saudita añada fuentes de energía alternativas para formar un nuevo paquete energético, el gobierno se concentra en un nuevo ingreso pospetrolero completamente diferente: la explotación de la religión. En su caso, tratándose de un país musulmán, es un proyecto musulmán.

El proyecto no es algo totalmente nuevo. Se trata de una idea del viejo rey Salman bin Abdulaziz que lo lanzó al asumir el poder en el 2015 y que quedó en manos de su sucesor, el actual jefe del gobierno, Mohammed bin Salman (cuyo nombre ha sido simplificado a MBS). Este lo está promocionando con aun más fervor.

Se trata de la faraónica ampliación de la Gran Mezquita en La Meca para acomodar a 300.000 fieles adicionales. La terminación de la obra, con un costo de $21.000 millones, está proyectada para el año 2030.

MBS cuenta con que esta gran obra aprovecharía plenamente la multitudinaria y tradicional peregrinación anual a La Meca que él estima podría alcanzar los dos millones de musulmanes y que hasta el momento ha sido solamente explotada parcialmente.

Omar Al-Ubaydli, director de investigación de un importante think tank de Bahrein, considera que la peregrinación anual a La Meca no tiene competidores; especialmente ahora, cuando se han acabado las restricciones de viaje causadas por la covid-19.

La proyectada ampliación permitirá a la gran mayoría de musulmanes del Medio Oriente, la península de Arabia y el sureste asiático cumplir con la obligación religiosa conocida como el Haji, de visitar a La Meca y rezar en la mezquita al menos una vez en su vida. Aunque una gran cantidad de religiosos visitan a La Meca anualmente.

Este año solamente el reino de Arabia Saudita autorizó a un millón de sus ciudadanos musulmanes a realizar la peregrinación.

Robert Mogielnicki, académico principal del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington, afirma que actualmente el beneficio económico de la peregrinación es marginal en comparación a los ingresos generados por la venta del petróleo, pero que el potencial del turismo religioso es significativo, especialmente si se toma en consideración la tendencia de que el viaje se extienda a otros destinos religiosos e incluyan actividades recreativas.

Steffen Hertog, profesor asociado de la London School of Economics, dice que la peregrinación a La Meca “sirve como una base crucial para construir un sector turístico saudita más amplio y comercializarlo a audiencias locales, regionales e internacionales».

Un reporte de Mastercard indica que el turismo a La Meca produjo una entrada de $ 20.000 millones en dólares en el 2018. Y se calcula que este año se acercará a los $ 30.000 millones y proporcionará 100.000 empleos para los saudíes.

Este boom ha causado un aumento sustancial de los gastos gubernamentales para financiar el costo de la infraestructura, el mantenimiento y la seguridad. Pero Hertog subraya que al mismo tiempo ha generado mucho dinero para el sector privado.

El horizonte de La Meca alrededor del lugar de peregrinaje milenario está repleto de elegantes rascacielos que albergan cadenas hoteleras occidentales con vistas a la Kaaba, la estructura en forma de cubo a la que los musulmanes acuden en oración cinco veces al día.

Una noche en el icónico Fairmont Makkah Clock Royal Tower, con vista a la Kaaba, cuesta hasta $ 4000 para sus suites más opulentas para la temporada Hajj.

El gobierno se está naturalmente reservando una importante porción de las entradas de este particular turismo religioso. Piensa usar el Fondo de Inversión Pública del país para abrir el proyecto Rou’a Al Haram Al Makki a poco menos de una milla de la Kaaba, con 70.000 nuevas habitaciones de hotel y 9.000 unidades residenciales. 

Para mantener el control de dichas entradas, el gobierno acaba de anunciar la adopción de una nueva plataforma de reservas que obliga a los peregrinos extranjeros a registrarse y pagar directamente a través de su nuevo sistema administrativo llamado «Motawif».

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