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El jaque de los TPS a la tiranía

Cientos de venezolanos caminan hacia Tulcán, ciudad fronteriza entre Colombia y Ecuador. Foto AFP en El Clarín.

@froilanbarriosf

La situación de vulnerabilidad de millones de migrantes en el mundo les conlleva, al arribar a nuevos territorios, a aspirar a ser reconocidos como seres humanos, a ser bien tratados y considerados ante la tragedia que les condicionó a huir del país de origen. Una legítima aspiración ante quienes gobiernan en el país de destino, sin importar ideologías o color político. Millones de seres humanos que tocan las puertas de gobiernos conservadores, liberales, republicanos, demócratas, socialcristianos o socialdemócratas.

El migrante toma partido de quien le mitigue la ansiedad por la incertidumbre, siendo esa cruenta realidad una constante en la diáspora nacional, acentuada desde 2015. Al comienzos fue iniciativa propia de millones de connacionales regados por el planeta, luego de 2018 la retórica diplomática marcó el apoyo a la tragedia nacional del país, considerado en el siglo XX como una suerte de sueño tropical para tirios y troyanos.

Así alzaron su voz variopintos grupos: Grupo de Contacto, Grupo de Lima, la OEA, la Unión Europea, la Administración Trump; en algunos casos con pronunciamientos incendiarios contra el régimen dictatorial, sin la concreción de protección alguna a las legiones de venezolanos migrantes.

En 2020 la pandemia significó un costal adicional al apocalipsis venezolano, sobre todo en Sudamérica, donde se precarizó la condición humana de la diáspora nacional; ello, ante la posición cruel de la tiranía de ignorar la miseria y pobreza general del país con la justificación paranoica de ser víctima de agresiones imperiales.

Pues bien, en 2021 sucedió lo inesperado. Bajo la conseja popular criolla “Dios aprieta, pero no ahoga” se produjo un maná de alivio para una porción importante del éxodo nacional:

 El gesto de Trump

Primeramente el expresidente Trump, luego de su derrota en las elecciones presidenciales, decreta el 19/1/2021, un día antes de entregar el mando al ganador Joe Biden, el diferimiento de las deportaciones de venezolanos por 18 meses.

 La solidaridad de Duque

Luego el presidente colombiano Iván Duque el 1/3/2021 publica el decreto 216 por medio del cual se adopta el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos Bajo Régimen de Protección Temporal y se dictan otras disposiciones en materia migratoria».

 El TPS de Biden

Finalmente el presidente Joe Biden ha culminado  esta racha de decisiones positivas con la aprobación del TPS a partir del 9/3/2021 extendido por 18 meses para los venezolanos que se encuentren en situación irregular en EE. UU.

En el caso de Colombia la medida protege a 1.800.000 venezolanos por 10 años, derecho a la educación, salud, entre otros; y en el caso de EE. UU., el TPS les asigna a 320.000 criollos un estatus de protección temporal por 18 meses que impide las deportaciones, otorga permiso de trabajo, permiso de conducir y seguridad social.

Estas decisiones tienen efectos cruciales en la política mundial de migraciones. En primer lugar, sitúa a la tiranía madurista en el escenario planetario como violadora convicta y confesa de derechos humanos y de delitos de corrupción por haber llevado a un país a la ruina y miseria.

Estos TPS son dos misiles al cuarto de máquinas del régimen, con efectos devastadores. Y superiores, incluso, a las justificadas sanciones contra los bienes de corruptos funcionarios de la nomenklatura de la tiranía.

En segundo lugar, son una lección para el resto de gobiernos de América Latina, quienes debieran aplicar estas medidas de protección en sus países. Recordemos que sus ciudadanos en otro momento consideraron a Venezuela como su segunda patria, sobre todo cuando las dictaduras asolaron sus países y nuestro país los acogió plenamente. Tales fueron los casos de Chile con Pinochet, Argentina con Videla, Uruguay con Bordaberry, Perú con Morales Bermúdez, Bolivia con Barrientos, Haití con los Duvalier. Clase aparte Colombia, que responde a la altura, con el TPS, al gesto de recibir en décadas pasadas a millones de sus ciudadanos, que forman históricamente parte de la población venezolana. 

Tiranía y xenofobia

En el mismo tenor, la Unión Europea, que ha tenido con Siria y África políticas migratorias de integración a millones de seres humanos, debiera igualmente dirigir la mirada a los venezolanos. Recordemos que este país recibió generosamente a generaciones de pobladores de Alemania, España, Italia, Portugal y hasta de Rusia y los países del Báltico. Oleadas de emigrantes. que huían de los conflictos bélicos que asolaron al Viejo Continente durante el siglo pasado, fueron recibidos acá como su seguro nuevo hogar. 

La tarea continúa. La migración venezolana, que sobrepasa los 6 millones de errantes por el mundo, permanece en lucha contra la xenofobia y la persecución, con saldo de decenas de asesinatos y de violaciones y explotación sexual en Sudamérica. En su mayoría son profesionales universitarios de valía, dispuestos a aportar a la economía de cada país. Y aspirando a que, mediante la figura de TPS y el asilo político, se les permita recuperar la fuerza necesaria para reconquistar su país y desalojar la tiranía que escuece la patria.

*Movimiento Laborista.

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