Aburrimiento y consulta popular - Runrun
Aburrimiento y consulta popular

@ArmandoMartini

Si a Simón Bolívar siglos de dominio le parecieron suficientes, a los venezolanos de hoy les parecen tanto dos décadas castro-chavistas que ya no solo protestan hastiados por la escasez de los servicios públicos, es que la comunidad despertó para reclamar libertad, democracia y respeto a los derechos humanos. Por supuesto, no faltan imbéciles que hacen proselitismo oportunista hasta el aburrimiento.

La ciudadanía está hasta los tequeteques, se observan capítulos finitos del desastre socialista bolivariano.

La usurpación es la consecuencia de muchos. Animada por “intelectuales” de poco seso que, encandilados por Chávez, se empeñaron en inyectar en la influenciable opinión pública la estafa de las bondades castro-socialistas. Todo, para que el entorno chavista de mediocres y militares de tercera y cuarta categoría sea hoy una casta de millonarios a costa de la ruina del país.

El pelotero frustrado mintió descarado, calificó al de los hermanos Castro como régimen de tiranía y después se dejó seducir por los sedientos del petróleo y riquezas venezolanas; le rindieron honores de jefe de Estado, lo enaltecieron y aclamaron en una universidad de larga tradición, exiguos méritos y pleno control del que efectivamente era un sistema de tiranos implacables.

Los cubanos llevan décadas de resignación después de que John F. Kennedy, católico y afable, los dejara en la estacada; luego el amo Nikita Kruschov, aterrado con pantalones soviéticos orinados y defecados, ordenó el regreso de sus barcos cargados de misiles sin pedirle opinión a Fidel.

Los venezolanos llevamos años envueltos en discursos atiborrados de embustes y fantasía, habilidades histriónicas del fallecido presidente, ironías del mazo e incapacidad oratoria del heredero. Y una oposición que lleva aun más tiempo -¿cómo podrán los partidos explicar no tener responsabilidad en el desastre que fue el ascenso del chavismo?- repitiendo los mismos errores. Con pavoneos y ostentaciones que terminan una cuadra antes o por ruta diferente a la señalada; y por si fuera poco, observando con recelo y suspicacia a la única líder que habla con la verdad, auténtica, coherente, valiente y precisa.

Entre chavismos necios y habituales equivocados, la pandemia nos tiene en cuarentena. El país ya no va de mal en peor, simplemente se aburre sobreviviendo en lo peor. El chavismo fue un grave error, triunfante solo en la destrucción; el madurismo no es más que su agonía, que no significa que esté muriendo. Hay agonías que duran demasiado, como las de enfermedades que hasta nombrándolas son pavosas.

Venezuela perdió la soberanía, es un país invadido por fuerzas y grupos irregulares.

La consulta es promovida por los mismos que traicionaron la del 16J. Es impropia, será burla. Una bofetada al ciudadano que padeció exilio, prisión, torturas, vejaciones y violaciones a los derechos humanos. Y que utilizará el régimen a su favor como fachada democrática. 

Dejen de embromar al ciudadano esperanzado. La comunidad internacional debe comprender que el régimen tiránico se ha mantenido en el poder gracias a la falsa oposición, que lo ha vestido de democracia. El país observa aturdido. La ciudadanía está siendo víctima de dos grandes fraudes: a la razón y al sentido común. Es un acto vergonzoso, sin lógica e inoportuno; no tiene estrategia tampoco intención de acabar el contubernio.

La consulta y la burla

La consulta y la burla

Hay que dejar de lado la retórica pusilánime. El acto de juramentación del Comité Organizador fue intrascendente, banal, irrelevante, patético. Así programado, porque el deseo orgásmico del G4, la ilusión, el sueño húmedo de sectores ligados al régimen y gobierno interino, es la cohabitación apechugada; convivencia ilimitada que les permita continuar usufructuando cuotas de poder y, para algunos, negocios ilícitos.

Esa es la jugada, la gran apuesta. Y la consulta popular será el instrumento para lograrlo.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es