Nuestra industria de hidrocarburos está desmantelada tanto en su infraestructura, como en sus recursos humanos. Sin embargo contamos con la presencia de abundante materia prima, tanto petróleo, como gas, y todavÃa es una de las pocas áreas en las que tenemos ventajas comparativas y competitivas. El reto es cómo volver a poner en marcha esta vital industria destrozada por el régimen de Chávez-Maduro.
Las transnacionales la desarrollaron con gran eficiencia. Cierto que inicialmente se aprovecharon de nuestra ignorancia del negocio y de la corrupción de la dictadura de Gómez, pero a partir de la Ley- Convenio de 1943 los venezolanos fueron aplicando medidas de control y aprendiendo el oficio. Como quiera que las concesiones vencÃan en 1983, las compañÃas, en defensa de sus intereses, dejaron de invertir y se limitaron a ordeñar el negocio. Sin embargo, hay que reconocer que se preocuparon por adiestrar personal venezolano. Esto permitió que al momento de la estatización, nuestros profesionales pudiesen asumir exitosamente las operaciones y la gerencia.
La opción a no estatizar hubiese sido ampliar el lapso de vencimiento de las concesiones, punto impensable para los polÃticos de la época. A pesar de los temores de muchos de que sucederÃa lo mismo que con las otras empresas del Estado, es decir la politización y quiebra de las mismas, Pdvsa y filiales resistieron por varios años la intromisión polÃtica partidista, con las excepciones que confirman la regla. Sin embargo, gradualmente el sector polÃtico empezó inmiscuirse, como lo ha narrado Gustavo Coronel.
Chávez propinó el zarpazo final, ya que para su proyecto polÃtico era imprescindible ponerle la mano a Pdvsa y filiales. Algunos todavÃa sostienen que la eliminación de las filiales facilitó la toma, pero eso es desconocer la naturaleza del régimen. Lo que sà es cierto es que convertir a los directivos de Pdvsa en operadores afectó transparencia de su manejo.
Ahora se discute si el nuevo gobierno, que inevitablemente llegará, debe privatizar a Pdvsa o recuperarla. A favor de privatizar se alega que el Estado no debe invertir cuantiosos recursos que deberÃa destinar a educación, salud e infraestructura; además, que más temprano que tarde se producirÃa una nueva injerencia polÃtica en su manejo. Al respecto hay varias propuestas de estudiosos del tema que deberÃan tomarse en cuenta.
Entre quienes predican que debe ser recuperada como empresa del Estado, una mayorÃa piensa de buena fe que los ingresos petroleros son imprescindibles para reactivar la economÃa; estos compatriotas deben analizar que durante muchos años esos ingresos serán magros, mientras que las inversiones deberán ser cuantiosas. La vÃa de los impuestos puede ser una mejor opción. Otro grupo alega que por razones de soberanÃa la industria petrolera debe ser del Estado. Aunque respetamos este punto de vista, ojalá sus defensores se percaten que ya no estamos en el siglo XIX. Hoy hay muchas maneras de proteger activos considerados importantes para la nación, sin necesidad de poseerlos.
El grupo que más preocupa es el integrado por buitres que piensan que las empresas del Estado son para colocar a los amigos y compañeros de tolda polÃtica, o que visualizan jugosos contratos con repartición de comisiones.
La decisión dependerá del grado de influencia de los grupos y será determinante la ideologÃa de los mismos. Por declaraciones de la mayorÃa de los dirigentes de la oposición pareciera que la decisión será recuperar a Pdvsa y mantenerla como empresa del Estado. Ojala entiendan que tendrá que ser una empresa diferente a la del pasado y del presente. Guste o no, tendrá que ser más pequeña y la industria deberá tener mayor apertura al sector privado. Un factor crÃtico serán los recursos humanos. Los nuevos profesionales que ya han adquirido experiencia deben ser el pivote de la recuperación. Los directores, muchos gerentes y otros activistas polÃticos tendrán que ser sustituidos. De los que fueron despedidos en el 2002-2003 regresarán los que hagan falta. A todos habrá que reconocer los derechos violados, para lo cual Gente del Petróleo y Unapetrol han presentado una propuesta ante la Asamblea Nacional.
Si la decisión es mantener a Pdvsa y a otras empresas como compañÃas del Estado, habrá que identificar a muchos directivos como el general Rafael Alfonzo Ravard, que resistan la influencia de la polÃtica partidista y las manejen como negocio al servicio de la Nación. Ojalá, desde ya, los partidos polÃticos firmen un acuerdo de no injerencia, salvo la fijación de las polÃticas a seguir por esas empresas.
Como (habÃa) en botica Felicitaciones a El Nacional por sus 76 años de lucha. La ratificación de la Directiva de Citgo, designada por el presidente (e) Guaido, por tribunal de USA evidencia el buen trabajo de nuestros representantes. Admiramos el excelente trabajo de defensa de los derechos humanos que realiza Tamara Sujú. Ojalá se concentre en los mismos y no los mezcle con su percepción polÃtica. Los ballesteros que disparan flechas envenenadas hacia las filas de la oposición, para ver si agarran a incautos con las mentiras,solo favorece a la dictadura ¡No más prisioneros polÃticos, ni exiliados!
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