El Musiu Penfold (1930-2018): Michael Penfold despide a su padre Anthony - Runrun
El Musiu Penfold (1930-2018): Michael Penfold despide a su padre Anthony

 

EL ANALISTA MICHAEL PENFOLD ESCRIBIÓ ESTA NOTA sobre su padre Anthony Penfold fallecido en Caracas hace unos dias. Bajo el título EL MUSIÚ PENFOLD su hijo recrea en una pincelada a quien fuera un gran «musiú» más venezolano e interesado, de corazón, en hacer de Venezuela su propio país. Los que lo conocimos podemos dar fe de su bonhomia, calidad humana y su sencillez para ayudar al prójimo de cualquier segmento social de nuestro país. Hombres así nos harán falta para la reconstrucción de Venezuela.

– Nelson Bocaranda Sardi

 

MICHAEL PENFOLD DESPIDE A SU PADRE ANTHONY CON ESTAS LINEAS:

A Tony lo recuerdo con mucha luz, sabiduría y aventura.

Vivió en este país como el suyo propio. Venezuela le dió la oportunidad de diseñar colectivamente a Ciudad Guayana y planificar todo el trazado del Metro de Caracas. Deja anónimamente espacios públicos que transformaron la calidad de vida de millones de personas.

Le encantaba trabajar en equipo pero sobre todo le gustaba impresionar a los demás fumando su pipa. Era Inglés pero Irlandés de nacimiento y corazón.

Odiaba la arquitectura a pesar de haberla estudiado en las mejores universidades del mundo: decía que era un oficio accesorio y en el mejor de los casos individual. Amaba la planificación urbana, lo cual lo trajo a Venezuela a inicios de la democracia, junto con un grupo de Harvard y MIT que lideró Loyd Rodwin y con quien trabajó los temas de transporte pues era una profesión que se construía desde el servicio público.

En Ciudad Guayana las autopistas emulan la selva y la grandiosidad del Caroní. Siempre quiso humanizarlas. El diseño de esa red vial fue un momento en el que logró soñar con la modernidad que la segunda guerra le había impedido vivir en Inglaterra.

Lo extrañaré. Aprendí de él la importancia de hacer lo que a uno le apasiona, privilegiar la humildad sin dejar de profundizar el conocimiento y permitir que el sentido lúdico nos guíe en el camino.

De todos los Penfold era de lejos el más divertido y ocurrente. También el más irascible.

Era un hombre de creencias liberales pero los Domingos se transformaba en un Católico furibundo. El camino a misa era un acto familiar turbulento en el que sus cinco hijos debían montarse en un Mustang de dos puertas del año 68, en el que escasamente cabíamos, pero en el que manejaba a 160 km por hora para cumplir con Dios.

La experiencia espiritual de esa travesía, por momentos extraña y violenta, nos marcó a todos de por vida.

Choroní fue su pasión y su mayor conexión con el trópico; ahí construyó su verdadera casa: que era el hermoso jardín de su bella esposa Julia. Ella lo domesticó, y en muchos sentidos lo curó; le enseñó el goce vital del cruce de los ríos y las playas, la belleza de los helechos y las taparas y el placer de vivir en Venezuela.

Nunca dejó de proyectar el futuro. La esperanza nunca muere decía insistentemente con su voz de inmigrante. Sabía que los ciclos de los países no siempre coinciden con el de las personas y que la capacidad de luchar es lo único que puede cambiar ese destino. Así habitará en mi memoria.