Bolsonaro nuestro que estás en Brasil, por Armando Martini Pietri - Runrun
Bolsonaro nuestro que estás en Brasil, por Armando Martini Pietri

JAIR MESSIAS BOLSONARO MILITAR DE RESERVA y político derechista​. Es el 38 presidente electo de la República Federativa de Brasil​​​​, cargo que empezará a ejercer el 01-1-2019 hasta 01-1-2023. No fue que ganó, arrasó. 55 % de promedio nacional, entre 60 y 70 % nada menos que en tierra de favelas, pandillas, inseguridad, Río de Janeiro, y Sao Paulo.

Paracaidista del ejército, reivindicador de la derecha, del capitalismo privado y de estado en la nación del Partido de los Trabajadores y líder del izquierdizante Foro de Sao Paulo, en prisión por corrupto pero popular entre las masas, Luiz Inazio “Lula” Da Silva. El abanderado del Partido Social Liberal arrasó en las elecciones presidenciales de este domingo en el sexto país más poblado del mundo, anunciando que el Foro de Sao Paulo tiene que buscarse otra sede o país para reunirse y planificar tragedias.

El recién electo gobernante del quinto país más grande del mundo obliga reflexionar a su vecina Venezuela, -hoy emisora de escape ciudadano hartos del fracaso socialista, castro-comunista de Maduro, un régimen que ve a Da Silva como un querido camarada-, sobre su nueva ubicación geopolítica. Porque con excepción de Guyana, país al cual le conviene un Gobierno de civiles y militares que tienen equivocaciones y disparos fuera de tono, blancos sencillos, Venezuela amanece rodeada por la derecha anti-comunista, anti-castrista, y anti-socialista del siglo XXI.

Por el oeste la Colombia de Iván Duque, producto moderado de la escuela Álvaro Uribe, antichavista hasta la médula de sus huesos antioqueños; por el sur y parte del este el Brasil que le acaba de dar una patada histórica al izquierdismo corrupto, manipulador, mentiroso, depredador y populista del PT y el recluso Lula. Y por el norte, -saben los militares-, el Mar Caribe, entre islas poco confiables y coto de caza para la poderosa flota del Comando Sur estadounidense, para un régimen que ha obsequiado dinero y petróleo a cambio de votos que ha venido perdiendo.

Sólo queda, enclavada como costra de una herida que se pudrió, la Cuba del octogenario heredero, régimen que, aunque tuvo tiempos de romanticismo adolescente, hoy sólo puede exhibir miseria cruel similar a la que se precipita en Venezuela; 60 años no han sido suficiente para que los sinvergüenzas castristas logren que los cubanos tengan una vida medianamente decente, sin hambre ni carencias mínimas.

Todo indica que la economía mayor de América Latina y hemisferio sur, sexta del mundo por PIB nominal y séptima por paridad del poder adquisitivo, hasta los lulistas votaron por Bolsonaro, para lograr esos porcentajes tan altos de votación, las masas populares, votaron por él, y en Brasil no hay Consejo Electoral tracalero y dócil al poder ejecutivo.

Algunos voceros de la centro-derecha afirman con cierta petulancia que ha sido crónica de un final anunciado, la verdad es mucho más densa. Significa que la perniciosa asociación delincuencial del Foro de Sao Paulo ha perdido su patria, que La Habana tendrá que inventárselas para cancelar el dineral que debe al estatal Banco de Desarrollo brasileño; su caja chica venezolana está agotada sin dólares ni euros, -solo petros inservibles- debiéndole una vela a cada santo, y hasta el modo de caminar a los chinos que ni piensan ni comen cuento con ideologías sino en negocios y que hasta ahora, por encima de la paciencia, están lejos de cobrar como estaba establecido, la monumental deuda que un ingenuo soñador de irrealidades, tratado de cáncer en La Habana, muerto y enterrado bajo una roca en una pequeña colina a la vista de todos, particularmente de una enorme zona popular inventada por Pérez Jiménez y hasta hace algún tiempo el más fiel apoyo a Chávez, a la herencia derrochada por Maduro y los fantasmas de Lula y Fidel.

El triunfo contundente del diputado, que, en el 2014, fue el más votado en el estado de Río de Janeiro. En 2017, considerado por el instituto FSB como el parlamentario más influyente en las redes sociales. ​ En enero de 2018, anunció su filiación al Partido Social Liberal (PSL), ​ el noveno partido político de su carrera desde que fue elegido concejal en 1989, marca un drástico cambio de ruta suramericana ratificando que el subcontinente va en una dirección, y quien se ha quedado solo es el malhadado, calamitoso y harapiento comunismo venezolano. Un cambio con sólo dos verrugas atravesadas: la Bolivia que Evo Morales trata de conservar a duras penas mientras mantiene un prudente silencio, y esta Venezuela arruinada a la cual un nuevo intento de diálogo se queda corto con objetivos nebulosos. Y para excrecencias la avanzada tecnología cuenta con cirugías sencillas, rápidas y eficaces.

Con el triunfo arrollador e incuestionable de Jair Bolsonaro la pobreza brasileña da un claro giro hacia un gobierno duro, anticomunista y, por ello mismo antichavista y aún más anti-madurista. Ya las flores de papel y delirios de Lula y Dilma, se han marchitado. La de Maduro se cuartea cada vez más sin dinero ni petróleo, carisma e inspiración, sin soluciones para los grandes problemas que el mismo sueño castro/chavista creó.

¿Qué pretenden dialogar los ataviados opositores cooperadores? La Venezuela de principios éticos, respeta y honra la palabra empeñada, tiene coraje, coherencia y talento demostrado en una mujer por encima de populismos y concesiones convenientes.

 

@ArmandoMartini