Crónica de una guerra civil anunciada en metrópolis, por Eduardo Semtei
Crónica de una guerra civil anunciada en metrópolis, por Eduardo Semtei

 

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1.- Cierre de las salidas electorales. Las autoridades suspenden los procesos electorales regionales y municipales sin  explicación alguna. Se abren nuevos procesos electorales no previstos en los cronogramas electorales destinados a crear condiciones para que los gobernantes se perpetúen en el poder y desde allí extingan a los opositores.

2.- Asesinato de manifestantes. Hay asesinatos selectivos de manifestantes con el objeto de generar miedo entre quienes protestan. Todas las  marchas terminan con violencia bien sea propia o inducida pero siempre con muertos y heridos. Las cifras van creciendo  sistemáticamente con el tiempo. La muerte se convierte en cotidiana.

3.- Crisis económica severa.  Existencia de una alta tasa de desempleo o de subempleo. Inflación devastadora que hace imposible cubrir los gastos de alimentación, transporte, vivienda, servicios, recreación y salud. Presencia de fenómenos altos de escasez en productos básicos como leche, pan, proteínas, frutas y verduras. Imposibilidad de cubrir gastos de zapatos y vestidos. Cierre de empresas. Disminución en la producción de alimentos. Deterioro de los servicios públicos.

4.- Pérdida del equilibrio de los Poderes Públicos. El Poder Ejecutivo con el apoyo de las fuerzas armadas y fuerzas policiales impone su presencia y fuerza decisoria en contra de los otros poderes. Pérdida de representación del pueblo por  el desconocimiento del Poder Legislativo o del Poder Judicial.  El Poder Judicial o el Poder Legislativo renuncian a su función constitucional y actúan abiertamente como organismos subalternos de Poder Ejecutivo.  

5.- Crisis de seguridad severa. Aumenta la criminalidad en forma alarmante. Asesinatos, robos y secuestros generalizados.  Las fuerzas policiales se dedican a reprimir a la población y se ideologizan severamente.  Contingentes cada vez mayores de funcionarios de seguridad ciudadana son usados como escoltas. Tardanza en las investigaciones y sentencias de los crímenes. Crisis carcelaria caracterizada por la pérdida de control público en las penitenciarias.

6.- Corrupción generalizada. Sensación nacional e internacional que existe una corrupción masiva en el gobierno. Los organismos de control nacional son usados fundamentalmente para inhabitar y amenazar a los funcionarios opositores, a alcaldes, concejales, diputados y gobernadores. Escándalos mundiales que involucran a Metrópolis y otros países en donde se llevan a cabo investigaciones muy serias y no así en Metrópolis.

7.- División ideológica. El país se divide por razones políticas entre modelos sociales. Se adoptan posiciones que son irreconciliables. Se fomenta el odio racial, político, social, religioso o cultural. Se cancelan todos los procesos de diálogo y negociación.  

8.- Aferramiento al poder. Quienes detentan el poder se aferran al mismo sin importar forma ni fondo. Sostenimiento de un sistema de privilegios absolutamente asimétricos. Uso de la fuerza militar o policial y aparición de grupos paramilitares.  Abolición del principio democrático se  la alternabilidad.

9.- Temor a  la venganza. Quienes desde el poder han cometido delitos contra las personas, los bienes, los derechos humanos, contra el Estado y su Constitución tienen una visión de su propia vida, sus bienes y familiares como objetivos futuros de una cacería implacable por parte de quienes fueron sus víctimas.

10.- Fractura del sistema jurídico. Los tribunales de justicia no operan con equilibrio y con ecuanimidad.  Sus sentencias tienen a favorecer a una sola parte del conflicto social. Los altos jueces o funcionarios como  el fiscal, el contralor o el defensor son víctimas de ataques  sin misericordia alguna  por parte del Poder Ejecutivo en caso de abandonar el apoyo incondicional a los pareceres y designios de quienes detentan el poder político.

11.- Presos políticos. Los opositores son detenidos con juicios amañados. De dictan largas condenas. Las figuras principales son los primeros en ser arrestados y condenados pero luego el proceso se hace masivo.

12.- Linchamientos. El desmantelamiento del sistema de justicia. La ausencia de persecución judicial a los criminales asociados al gobierno. La falta de equilibrio de la ley. La frustración y la venganza hacen que los ciudadanos se decidan inconvenientemente por juicios populares y sumarios donde siempre la condena fatal es la decisión. Se toman la ley en sus propias manos y se producen linchamientos que primero son contra criminales y luego contra políticos. Empiezan a  operar francotiradores como respuesta oficial.

13.- Pérdida de valores. Los valores morales y éticos van desapareciendo. La corrupción se hace generalizada. El gobierno hace de criminales sus figuras principales. Las acusaciones de delitos contra figuras del Estado son desconocidas o rechazadas aun en condiciones de plena prueba. La honestidad, el valor del trabajo, la humildad son sustituidos por aberraciones sociales.

14.- Represión general. Los procesos de represión pasan de esporádicos y selectivos a masivos. Se reprime cualquier manifestación sin importar si sus causas son justas o si son por motivos sociales, laborales, ciudadanos. Simplemente se reprime aumentando los niveles de fuerza gradualmente hasta llegar al uso libre de armas de fuego.

15.- Desconocimiento de la constitución. Primero se comienza por interpretaciones sesgadas de la constitución. Interpretaciones ventajosas para uno de los sectores en pugna, y gradualmente se van aumentando tales desafueros hasta el desconocimiento total.

16.- Promesas mutuas de aniquilamiento.  La fuerza política que quiere alcanzar el poder amenaza a la otra de desalojarla para siempre y aniquilarla por completo, mientras que la otra que detenta el poder se aferra al mismo con toda la fuerza policial y militar con que cuenta, sin olvidar la posibilidad del uso de aparatos civiles paramilitares.

17.- Radicalismo social. Se pierde toda racionalidad social. Se dividen los grupos amistosos o familiares al tomar cada quien uno de los dos bandos en pugna. Esto afecta todos los órdenes sociales: culturales, deportivos, sociales, académicos etc.

18.- Uso de términos abstractos para identificar al opositor. Se pierde la identificación de los principales radicales, de los culpables individualizados del conflicto y se sustituyen por palabras genéricas que los identifican de forma ideológica o genérica: Escuálidos, fascistas, terroristas, apátridas, asesinos.

19.- La jerarquía religiosa toma parte en el conflicto. Las iglesias, las principales del país en donde se da el conflicto toman parte y se identifican con uno de los sectores en pugna con la presencia de disidentes menores aliados al otro sector.

20.- La jerarquía militar defiende el poder. Toda la estructura militar existente en el país en conflicto se identifica con el poder constituido y defiende sus prerrogativas en forma de creciente violencia.  El sector militar analiza si el enfrentamiento social se incrementa y oscila siempre entre la toma del gobierno por ellos mismos o la fractura interna que lleva a un enfrentamiento armado generalizado.

Estimado lector ¿Cuántas de esas terribles señales observa usted en Venezuela? Y una última pregunta ¿Estamos a tiempo de buscar salidas pacíficas o todo ya está perdido para la paz y la democracia?

 

@eduardo_semtei