Militares de ayer y de hoy
Entender la mentalidad de los militares que en el pasado intervinieron para apoyar o para intentar derribar a un presidente no es una tarea difícil. Tratar de entender la mentalidad de quienes apoyan a este régimen totalitario es cuesta arriba.
Militares insurgieron en contra de Gómez, de Medina, de la Junta Revolucionaria presidida por Betancourt, apoyaron a Pérez Jiménez y después lo derrocaron, se alzaron en contra de la Junta cívico-militar presidida por Larrazabal, se rebelaron en contra de Betancourt e intentaron derrocar a Carlos Andrés.
Existe una vieja conseja que afirma que los militares toman el poder o al menos lo intentan por simple ambición personal. Esta es una percepción muy simplista que no tiene sustentación. Nadie arriesga su carrera e incluso su vida por simple ambición, cuando tiene asegurado un retiro tranquilo una vez cumplido los años de servicio. La razón de su proceder es que estaban convencidos, fuese o no cierto, de que el gobernante de turno lo estaba haciendo mal. En general, los militares pensaban, erróneamente, que eran los salvadores de la patria “ una reserva moral¨ llamada a enderezar entuertos causados por los políticos.
En este artículo no se pretende analizar, ni juzgar esas intervenciones. Quizá algunas fueron justificadas, pero otras no tuvieron razón de ser. Lo que intentamos destacar es que en el pasado los militares nunca atropellaron al pueblo. Por ejemplo, cuando la Seguridad Nacional y la policía reprimieron violentamente las protestas en contra del dictador Pérez Jiménez, los militares lo obligaron a tomar las de Villadiego. Cuando el general Castro León intentó en dos oportunidades insurgir y percibió que el pueblo lo rechazaba, optó por rendirse para evitar pérdida de vidas. En tiempos de la guerrilla castro-comunista sí ocurrieron algunos episodios de torturas y desaparecidos en los Teatros de Operaciones. El el 2002, los militares le pidieron la renuncia a Chávez por la masacre que propicio, la cual aceptó. Ese mismo año un grupo de oficiales se declaró en rebeldía, sin armas, en la plaza de Altamira, acción que algunos criticaron pero que fue una muestra de espíritu cívico
Es decir que, con todo y sus errores, esos militares del pasado nunca agredieron al pueblo. Los generales Padrino, Reverol, Benavides, González López, Zavarce y otros son responsables de los asesinatos y daño causado por sus subalternos a civiles que protestan desarmados y que a lo sumo lanzan piedras y queman una que otra tanqueta o autobús. Cabe preguntarles qué espíritu perverso los anima a este comportamiento.
¿Será que los guardias nacionales de hoy, o por lo menos muchos de ellos, perciben que el gobierno ha mejorado la calidad de vida de los venezolanos ? ¿Será que sus familias consiguen medicinas, alimentos y repuestos ? ¿Será que han comprobado que cuando un familiar acude a un hospital es atendido con los recursos imprescindibles para mejorar su salud? ¿Será que con el ingreso familiar pueden satisfacer sus necesidades mínimas?
En cuanto a los oficiales, es de suponer que aunque tienen prebendas que no disfrutan sus tropas, también sus familiares son afectados por la escasez de productos y alto costo de la vida. Además, no les puede pasar desapercibido el apoyo del régimen a los delincuentes, la quiebra de las empresas del Estado, la corrupción y, más grave aún, que los grupos paramilitares armados y financiados por el régimen terminarán siendo sus enemigos.
¿Acaso los militares no entienden que los venezolanos no queremos volver a un pasado que tuvo muchos aciertos, pero que cometió errores, y que nunca aceptaremos a este régimen que viola los derechos humanos, que destruyó el aparato productivo nacional, entregó nuestro derecho sobre el Esequibo y que pretende perpetuarse en el poder apoyado con las armas que ustedes recibieron para defender la Constitución y nuestras fronteras?
Tú, teniente comandante de pelotón, tú, capitán comandante de compañía, tú, teniente coronel comandante de batallón, tú coronel, tu general no corrupto, tú soldado y guardia, ¿hasta cuándo vas a disparar, lanzar bombas lacrimógenas al cuerpo, repartir peinillazos y golpear al pueblo, para que un grupo de generales y políticos narcotraficantes, corruptos, ineptos y manchados de sangre inocente sigan disfrutando las mieles del poder? Recuerda que algún día, la historia, tus hijos y los hijos de tus hijos te reclamarán por tus acciones y omisiones. Mírate al espejo y analiza tu conducta. Sigue el ejemplo del teniente Paulo Machado Briceño y sus dos compañeros que se negaron a reprimir para no ser cómplices de la barbarie.
Como (había en botica): El video donde un general explica las acciones de guerra sobre Caracas con participación de 50 francotiradores fue divulgado por el régimen para asustar, pero es una prueba más de que Maduro quiere enlodar al ejército. Aplaudimos la sanción de la Oficina del Tesoro de Estados Unidos a los magistrados de la Sala Constitucional. Repudiamos los actos de saqueo. Excelente la exhortación de la Conferencia Episcopal y el mensaje del rabino Pynchas Brener. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com