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La Divina Pastora dio de que hablar, por Armando Martini Pietri

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Este fin de semana rendimos tributo a la Divina Pastora, fuimos a renovar la experiencia. La fe cristiana se expande al caminar la procesión con la inmensa e incalculable masa, el calor y la inclemencia del sol se hacen compañeros de ruta, aunque este año fueron benevolentes. El recorrido de poco más de 7 km. comienza en las afueras del templo de Santa Rosa. La Virgen inicia su peregrinar por la Avenida Lara hasta la Plaza Macario Yépez. La devoción por la Divina Pastora es sagrada e infinita, este año caminaron más personas que nunca, y en 2018 habrá más.

Se respira ambiente de fiesta, celebración, fe y esperanza religiosa. Extraordinaria la escultura cinética Manto de María Divina Pastora, monumento mariano más alto del mundo. Barquisimeto llena de jolgorio, plena de extraños que inundamos la ciudad de la música y los crepúsculos, en búsqueda de absolución a nuestros pecados, y en reconocimiento de nuestra vocación mariana.

Esta devoción proviene de Sevilla, España, donde en 1.703 el capuchino Fray Isidoro experimentó en sueños una visión en la cual se le apareció la Virgen María en un paisaje campestre, rodeada de árboles, vestida con túnica púrpura, mantilla azul y portando en su mano un cayado pastoril rodeada de ovejas. Conmovido, acudió al taller del pintor Alonso Miguel de Tovar y le encomendó plasmar la imagen en un lienzo.

En 1740 el Vicario de la iglesia Inmaculada Concepción, ubicada en el centro de Barquisimeto, quiso incorporar la imagen de la Divina Pastora. Por equivocación llegó a Santa Rosa y, cuando el párroco se percató, ordenó la llevaran al destino original. Para asombro de los presentes ocurrió un hecho excepcional, calificado de milagro: el cajón se puso pesado y por más esfuerzo que hacían para cargarlo no fue posible levantarlo. Este insólito acontecimiento fue interpretado como una señal del cielo de que la Divina Pastora no se quería ir, y allí habitará por siempre, en los altares de la iglesia en Santa Rosa del Cerrito.

Otro hecho de fuerza espiritual fue en el terremoto de 1812, un jueves Santo, cuando se desplomó el templo de Santa Rosa, excepto el nicho donde se encontraba la Divina Pastora que permaneció intacto, lo cual fue interpretado como señal clara del poder de Dios y de la intercesión de la Virgen María para la protección de sus creyentes. Se destaca que el nicho ileso reposa en Santa Rosa, específicamente en su Museo.

En 1856 llegó a Barquisimeto la epidemia de cólera que azotaba el país. El Padre José Macario Yépez, ante las innumerables muertes, clamó en una misa, con palabras que resonaban estremecedoras en el templo, suplicando ayuda celestial y exhortando a los fieles a que acudiesen confiadamente ante la Divina Pastora para implorar su amparo y protección.

De repente, en mitad de su encendido sermón, el sacerdote cayó de rodillas y, con los brazos en cruz, ofreció su vida exclamando: “Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera!”.

La epidemia finalizó, el padre Yépez murió el 16 de junio de 1856, y fue la última víctima del cólera. Su muerte fue un sacrificio pleno de bondad y entrega. Esa es la tradición que ha perdurado hasta el presente, grabada en la memoria colectiva de barquisimetanos y larenses. ¡Detalles conocidos y desconocidos de la Divina Pastora!

Volviendo a lo terrenal, al hotel llego el huésped Pedro Carreño, con parafernalia revolucionaria y muy custodiado, al contrario del discreto diputado Germán Ferrer, que pasó casi desapercibido.  Hicieron presencia dirigentes de Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Vente Venezuela, representantes de empresarios y dueños de empresas, artistas, políticos y líderes varios, periodistas, es decir, lo más variado y representativo de las fuerzas vivas y la sociedad venezolana, la que trabaja sin descanso y sostiene las esperanzas de un cambio necesario e inevitable en la políticamente sísmica y encolerizada Venezuela de hoy.

Lo grato, lo impresionante, la gentileza, amabilidad y cordialidad del barquisimetano, y muy digno de acentuar y destacar el comportamiento cívico, hondamente ciudadano de la inmensa multitud.

Hay que subrayar muy especial, el discurso pronunciado en los actos de la procesión de la Virgen de la Divina Pastora, durante la eucaristía, en la plaza del pueblo de Santa Rosa en honor a la imagen Mariana, del Arzobispo de Barquisimeto monseñor Antonio López Castillo.

Se refirió a la situación del país, invocando la intercesión de la madre de Cristo. “Este pueblo tiene hambre, no tiene comida (…) pedimos el encuentro de la Virgen de la Divina Pastora”. Asimismo, aseveró que no callará y hablará a favor del pueblo, al tiempo que cuestionó el modelo político que rige en el país exclamando: “No creemos en este comunismo socialista fracasado, somos demócratas”.

Además, se pronunció a favor de la libertad de palabra, de opinión, el nepotismo cerró el diario El Impulso, “pero viva la libertad de expresión”. Instó a los partidos políticos a que piensen en el país y no en sus propios intereses. De igual manera, Monseñor López pidió la liberación de los “presos políticos” e imploró la protección y bendición para todos venezolanos de la Divina Pastora.

Al mismo tiempo, la Conferencia Episcopal, su secretario general Monseñor Diego Padrón, el Cardenal Baltazar Porras, el Cardenal Jorge Urosa Savino, Monseñor Roberto Lucker y otros destacados dirigentes eclesiásticos, están dando una lección, cátedra de cristianismo, bondad y protección de los más necesitados, los vulnerables, los más frágiles y a ellos se unió con intensa fe el Arzobispo de Barquisimeto; en estos días asediado en su residencia por grupos oficialistas, maduristas, insultándolo con groserías e improperios para intimidarlo. Se equivocan, lo seguirán muchos, miles, millones y presenciaremos, con el esfuerzo de todos y la ayuda de Dios, un milagro que bien merecen los ciudadanos de esta admirable Venezuela.

Después de todo, no hay mal que dure 20 años ni pueblo hambreado, reprimido y maltratado que lo resista.

@ArmandoMartini

 

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Este fin de semana rendimos tributo a la Divina Pastora, fuimos a renovar la experiencia. La fe cristiana se expande al caminar la procesión con la inmensa e incalculable masa, el calor y la inclemencia del sol se hacen compañeros de ruta, aunque este año fueron benevolentes. El recorrido de poco más de 7 km. comienza en las afueras del templo de Santa Rosa. La Virgen inicia su peregrinar por la Avenida Lara hasta la Plaza Macario Yépez. La devoción por la Divina Pastora es sagrada e infinita, este año caminaron más personas que nunca, y en 2018 habrá más.

Se respira ambiente de fiesta, celebración, fe y esperanza religiosa. Extraordinaria la escultura cinética Manto de María Divina Pastora, monumento mariano más alto del mundo. Barquisimeto llena de jolgorio, plena de extraños que inundamos la ciudad de la música y los crepúsculos, en búsqueda de absolución a nuestros pecados, y en reconocimiento de nuestra vocación mariana.

Esta devoción proviene de Sevilla, España, donde en 1.703 el capuchino Fray Isidoro experimentó en sueños una visión en la cual se le apareció la Virgen María en un paisaje campestre, rodeada de árboles, vestida con túnica púrpura, mantilla azul y portando en su mano un cayado pastoril rodeada de ovejas. Conmovido, acudió al taller del pintor Alonso Miguel de Tovar y le encomendó plasmar la imagen en un lienzo.

En 1740 el Vicario de la iglesia Inmaculada Concepción, ubicada en el centro de Barquisimeto, quiso incorporar la imagen de la Divina Pastora. Por equivocación llegó a Santa Rosa y, cuando el párroco se percató, ordenó la llevaran al destino original. Para asombro de los presentes ocurrió un hecho excepcional, calificado de milagro: el cajón se puso pesado y por más esfuerzo que hacían para cargarlo no fue posible levantarlo. Este insólito acontecimiento fue interpretado como una señal del cielo de que la Divina Pastora no se quería ir, y allí habitará por siempre, en los altares de la iglesia en Santa Rosa del Cerrito.

Otro hecho de fuerza espiritual fue en el terremoto de 1812, un jueves Santo, cuando se desplomó el templo de Santa Rosa, excepto el nicho donde se encontraba la Divina Pastora que permaneció intacto, lo cual fue interpretado como señal clara del poder de Dios y de la intercesión de la Virgen María para la protección de sus creyentes. Se destaca que el nicho ileso reposa en Santa Rosa, específicamente en su Museo.

En 1856 llegó a Barquisimeto la epidemia de cólera que azotaba el país. El Padre José Macario Yépez, ante las innumerables muertes, clamó en una misa, con palabras que resonaban estremecedoras en el templo, suplicando ayuda celestial y exhortando a los fieles a que acudiesen confiadamente ante la Divina Pastora para implorar su amparo y protección.

De repente, en mitad de su encendido sermón, el sacerdote cayó de rodillas y, con los brazos en cruz, ofreció su vida exclamando: “Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera!”.

La epidemia finalizó, el padre Yépez murió el 16 de junio de 1856, y fue la última víctima del cólera. Su muerte fue un sacrificio pleno de bondad y entrega. Esa es la tradición que ha perdurado hasta el presente, grabada en la memoria colectiva de barquisimetanos y larenses. ¡Detalles conocidos y desconocidos de la Divina Pastora!

Volviendo a lo terrenal, al hotel llego el huésped Pedro Carreño, con parafernalia revolucionaria y muy custodiado, al contrario del discreto diputado Germán Ferrer, que pasó casi desapercibido.  Hicieron presencia dirigentes de Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Vente Venezuela, representantes de empresarios y dueños de empresas, artistas, políticos y líderes varios, periodistas, es decir, lo más variado y representativo de las fuerzas vivas y la sociedad venezolana, la que trabaja sin descanso y sostiene las esperanzas de un cambio necesario e inevitable en la políticamente sísmica y encolerizada Venezuela de hoy.

Lo grato, lo impresionante, la gentileza, amabilidad y cordialidad del barquisimetano, y muy digno de acentuar y destacar el comportamiento cívico, hondamente ciudadano de la inmensa multitud.

Hay que subrayar muy especial, el discurso pronunciado en los actos de la procesión de la Virgen de la Divina Pastora, durante la eucaristía, en la plaza del pueblo de Santa Rosa en honor a la imagen Mariana, del Arzobispo de Barquisimeto monseñor Antonio López Castillo.

Se refirió a la situación del país, invocando la intercesión de la madre de Cristo. “Este pueblo tiene hambre, no tiene comida (…) pedimos el encuentro de la Virgen de la Divina Pastora”. Asimismo, aseveró que no callará y hablará a favor del pueblo, al tiempo que cuestionó el modelo político que rige en el país exclamando: “No creemos en este comunismo socialista fracasado, somos demócratas”.

Además, se pronunció a favor de la libertad de palabra, de opinión, el nepotismo cerró el diario El Impulso, “pero viva la libertad de expresión”. Instó a los partidos políticos a que piensen en el país y no en sus propios intereses. De igual manera, Monseñor López pidió la liberación de los “presos políticos” e imploró la protección y bendición para todos venezolanos de la Divina Pastora.

Al mismo tiempo, la Conferencia Episcopal, su secretario general Monseñor Diego Padrón, el Cardenal Baltazar Porras, el Cardenal Jorge Urosa Savino, Monseñor Roberto Lucker y otros destacados dirigentes eclesiásticos, están dando una lección, cátedra de cristianismo, bondad y protección de los más necesitados, los vulnerables, los más frágiles y a ellos se unió con intensa fe el Arzobispo de Barquisimeto; en estos días asediado en su residencia por grupos oficialistas, maduristas, insultándolo con groserías e improperios para intimidarlo. Se equivocan, lo seguirán muchos, miles, millones y presenciaremos, con el esfuerzo de todos y la ayuda de Dios, un milagro que bien merecen los ciudadanos de esta admirable Venezuela.

Después de todo, no hay mal que dure 20 años ni pueblo hambreado, reprimido y maltratado que lo resista.

@ArmandoMartini

 

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Este fin de semana rendimos tributo a la Divina Pastora, fuimos a renovar la experiencia. La fe cristiana se expande al caminar la procesión con la inmensa e incalculable masa, el calor y la inclemencia del sol se hacen compañeros de ruta, aunque este año fueron benevolentes. El recorrido de poco más de 7 km. comienza en las afueras del templo de Santa Rosa. La Virgen inicia su peregrinar por la Avenida Lara hasta la Plaza Macario Yépez. La devoción por la Divina Pastora es sagrada e infinita, este año caminaron más personas que nunca, y en 2018 habrá más.

Se respira ambiente de fiesta, celebración, fe y esperanza religiosa. Extraordinaria la escultura cinética Manto de María Divina Pastora, monumento mariano más alto del mundo. Barquisimeto llena de jolgorio, plena de extraños que inundamos la ciudad de la música y los crepúsculos, en búsqueda de absolución a nuestros pecados, y en reconocimiento de nuestra vocación mariana.

Esta devoción proviene de Sevilla, España, donde en 1.703 el capuchino Fray Isidoro experimentó en sueños una visión en la cual se le apareció la Virgen María en un paisaje campestre, rodeada de árboles, vestida con túnica púrpura, mantilla azul y portando en su mano un cayado pastoril rodeada de ovejas. Conmovido, acudió al taller del pintor Alonso Miguel de Tovar y le encomendó plasmar la imagen en un lienzo.

En 1740 el Vicario de la iglesia Inmaculada Concepción, ubicada en el centro de Barquisimeto, quiso incorporar la imagen de la Divina Pastora. Por equivocación llegó a Santa Rosa y, cuando el párroco se percató, ordenó la llevaran al destino original. Para asombro de los presentes ocurrió un hecho excepcional, calificado de milagro: el cajón se puso pesado y por más esfuerzo que hacían para cargarlo no fue posible levantarlo. Este insólito acontecimiento fue interpretado como una señal del cielo de que la Divina Pastora no se quería ir, y allí habitará por siempre, en los altares de la iglesia en Santa Rosa del Cerrito.

Otro hecho de fuerza espiritual fue en el terremoto de 1812, un jueves Santo, cuando se desplomó el templo de Santa Rosa, excepto el nicho donde se encontraba la Divina Pastora que permaneció intacto, lo cual fue interpretado como señal clara del poder de Dios y de la intercesión de la Virgen María para la protección de sus creyentes. Se destaca que el nicho ileso reposa en Santa Rosa, específicamente en su Museo.

En 1856 llegó a Barquisimeto la epidemia de cólera que azotaba el país. El Padre José Macario Yépez, ante las innumerables muertes, clamó en una misa, con palabras que resonaban estremecedoras en el templo, suplicando ayuda celestial y exhortando a los fieles a que acudiesen confiadamente ante la Divina Pastora para implorar su amparo y protección.

De repente, en mitad de su encendido sermón, el sacerdote cayó de rodillas y, con los brazos en cruz, ofreció su vida exclamando: “Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera!”.

La epidemia finalizó, el padre Yépez murió el 16 de junio de 1856, y fue la última víctima del cólera. Su muerte fue un sacrificio pleno de bondad y entrega. Esa es la tradición que ha perdurado hasta el presente, grabada en la memoria colectiva de barquisimetanos y larenses. ¡Detalles conocidos y desconocidos de la Divina Pastora!

Volviendo a lo terrenal, al hotel llego el huésped Pedro Carreño, con parafernalia revolucionaria y muy custodiado, al contrario del discreto diputado Germán Ferrer, que pasó casi desapercibido.  Hicieron presencia dirigentes de Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Vente Venezuela, representantes de empresarios y dueños de empresas, artistas, políticos y líderes varios, periodistas, es decir, lo más variado y representativo de las fuerzas vivas y la sociedad venezolana, la que trabaja sin descanso y sostiene las esperanzas de un cambio necesario e inevitable en la políticamente sísmica y encolerizada Venezuela de hoy.

Lo grato, lo impresionante, la gentileza, amabilidad y cordialidad del barquisimetano, y muy digno de acentuar y destacar el comportamiento cívico, hondamente ciudadano de la inmensa multitud.

Hay que subrayar muy especial, el discurso pronunciado en los actos de la procesión de la Virgen de la Divina Pastora, durante la eucaristía, en la plaza del pueblo de Santa Rosa en honor a la imagen Mariana, del Arzobispo de Barquisimeto monseñor Antonio López Castillo.

Se refirió a la situación del país, invocando la intercesión de la madre de Cristo. “Este pueblo tiene hambre, no tiene comida (…) pedimos el encuentro de la Virgen de la Divina Pastora”. Asimismo, aseveró que no callará y hablará a favor del pueblo, al tiempo que cuestionó el modelo político que rige en el país exclamando: “No creemos en este comunismo socialista fracasado, somos demócratas”.

Además, se pronunció a favor de la libertad de palabra, de opinión, el nepotismo cerró el diario El Impulso, “pero viva la libertad de expresión”. Instó a los partidos políticos a que piensen en el país y no en sus propios intereses. De igual manera, Monseñor López pidió la liberación de los “presos políticos” e imploró la protección y bendición para todos venezolanos de la Divina Pastora.

Al mismo tiempo, la Conferencia Episcopal, su secretario general Monseñor Diego Padrón, el Cardenal Baltazar Porras, el Cardenal Jorge Urosa Savino, Monseñor Roberto Lucker y otros destacados dirigentes eclesiásticos, están dando una lección, cátedra de cristianismo, bondad y protección de los más necesitados, los vulnerables, los más frágiles y a ellos se unió con intensa fe el Arzobispo de Barquisimeto; en estos días asediado en su residencia por grupos oficialistas, maduristas, insultándolo con groserías e improperios para intimidarlo. Se equivocan, lo seguirán muchos, miles, millones y presenciaremos, con el esfuerzo de todos y la ayuda de Dios, un milagro que bien merecen los ciudadanos de esta admirable Venezuela.

Después de todo, no hay mal que dure 20 años ni pueblo hambreado, reprimido y maltratado que lo resista.

@ArmandoMartini

 

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