Este jueves el Primer Ministro griego Alexis Tsipras renunció a su cargo y convocó a elecciones anticipadas. Una decisión si bien previsible, no obstante, sorprendió la premura y el momento escogido para hacer el anuncio.

La velocidad luce como una razón de peso, para el zigzagueante Primer Ministro quien paradójicamente conserva una alta popularidad (40%) según los más recientes sondeos. Con dichos niveles de aceptación, se corre menos riesgo de perder unas elecciones, y más aún, para un político que hace menos de un año estuvo a punto de obtener la mayoría absoluta en el Parlamento. Una mayoría necesaria, que por ahora, se ha desvanecido y hacía inviable el gobierno de Tsipras.

La astucia política del Primer Ministro griego, radica nuevamente, en convocar unas elecciones con el mínimo de anticipación que permite la Constitución de su país. Con el objetivo de no permitir que la oposición logre construirse.

Igualmente se le adelanta a su propio partido de donde algunos diputados habían votado contra el tercer plan de rescate el pasado 14 de agosto. Pero el partido Syriza, luego del anuncio de elecciones anticipadas, se derrumbó aún más éste viernes, cuando miembros de dicha agrupación política, decidieron fundar un nuevo movimiento político. Secesionistas unitarios se hacen llamar los diputados del nuevo partido de izquierda radical Unidad Popular en Grecia. Todo un oxímoron.

La severa crisis del « Grexit » dejó una fractura abierta en la mayoría parlamentaria que sostenía a Tsipras. Las nuevas medidas de austeridad, el plan de privatizaciones y la imposibilidad de tomar decisiones presupuestarias sin la aprobación de los acreedores, constituyeron un muy alto precio a pagar para la coalición de extrema izquierda.

La victoria del No en el referéndum fue una suerte de estrella fugaz.

La contradicción ha quedado patente. Aplicar las reformas de Bruselas sobre la deuda y reconquistar un electorado al que se le prometió todo lo contrario a ésta política de austeridad.

Apenas siete meses después de haber sido electo, Tsipras, debe renunciar y ya no tiene el apoyo total de Syriza.

Una enésima crisis política griega, la cual sorpresivamente, ha sido bien recibida por los acreedores. Ellos consideran que Tsipras tiene muchas opciones de ganar las elecciones y salir fortalecido para así poder llevar adelante las medidas más dolorosas.

@LDeLION