La paradoja griega por Luis DE LION

Paradójico es poco decir, al leer el documento titulado “Acciones prioritarias y compromisos” presentado por Alexis Tsipras, el cual retoma con puntos y comas, las medidas propuestas por los acreedores luego de la reunión del Eurogrupo del pasado 25 de junio. Proposiciones rechazadas por los griegos de forma mayoritaria en el referéndum del 5 de julio.
El IVA era uno de los temas de mayor discordia y finalmente Atenas promete fijarlo en 23%. Tsipras propone igualmente suprimir ciertas ventajas fiscales para las islas griegas las más turísticas. El impuesto a las sociedades de 26% a 28% así como también las tasas sobre los artículos de lujo serán igualmente aumentadas.
Sobre la edad de jubilación de los funcionarios, Tsipras propone exactamente lo mismo que reclamaban los acreedores. 67 años o 62 para los que acumulan 40 años de trabajo.
Solo la promesa de reducción del gasto militar, es inferior a lo sugerido por los acreedores. 300 millones de euros en dos años en lugar de 400 millones. Atenas hizo valer razones geopolíticas para no reducir drásticamente su presupuesto de defensa.
Igualmente ofreció Tsipras un importante programa de privatizaciones y elaboró una lista de empresas privatizables que no fue impuesta por el Eurogrupo.
Hasta aquí, ha quedado en evidencia que el referéndum no sirvió de nada, aparte de la renuncia del folclórico ministro Varufakis.
¿Por qué esperó tanto Tsipras en asumir su sola y única responsabilidad al frente del gobierno de su país? ¿Inexperiencia o simple provocación?
La cohesión europea, muy a pesar de sus dificultades, tiene como objetivo y como carburante, la obtención de acuerdos, y de compromisos, es ese un fin en ella misma. Porque la unión es ante todo un proyecto político, donde lo económico es secundario.
La integración europea es de lejos el plan político más ambicioso que la humanidad haya conocido. Las instituciones de que hoy dispone la Unión para su funcionamiento se fueron construyendo a partir de las ruinas de dos guerras mundiales. Una construcción franco-alemana de manera que más nunca ninguno de esos países pudiera hacerle la guerra al otro. Luego la Unión se amplió, dándole cabida a las naciones que salían de la dictadura, y más tarde se produjo la adhesión de las naciones que salían de la esfera soviética.
En el contrasentido de Tsipras, nunca fue capaz de proponer una puerta de salida, ni siquiera la adopción de otra moneda. Puede que sea pura y simple incapacidad política de su parte o que en el fondo sabía que su país entraría en una esfera de dependencia política que lo haría retroceder a tiempos más oscuros que los de la dictadura de los Coroneles. Puesto que, eso era lo único que Putin podía ofrecerle, una entera y total sumisión política.