¿Dios proveerá? por Andrés E. Hobaica
Ene 28, 2015 | Actualizado hace 9 años
¿Dios proveerá? por Andrés E. Hobaica

NicolásMaduroMemoriayCuenta5

 

En su pasada alocución, el 21 de enero de 2015, Maduro cambió públicamente la religión en nuestro país, o mejor dicho, oficializó la que existía de hecho. Es una (triste) realidad, que la gran mayoría de los venezolanos no depositan su fe en el cristianismo-catolicismo, judaísmo, islamismo, ni siquiera en los distintos cultos santeros que están de boga en estos días, sino en el culto al Estado (Estadismo). El Estado venezolano, desde hace más de 40 años, ha intentado ser todopoderoso, receptor de plegarias y ejecutor de deseos, con más ahínco en estos últimos 13 años; pues no hay tarea que no se arrogue o necesidad que no intente de satisfacer, desde la producción de abono a subsidiar whiskey, de producir bicicletas a crear un organismo para gestionar la suprema felicidad social. Sin embargo, hemos visto que la omnipotencia de un Estado es directamente proporcional a su cartera…

Después de más de un mes de expectativas para los anunciados anuncios económicos y cambiarios, Maduro terminó diciendo poco, y de lo poco, bastante mal es lo que se puede esperar. Después del derrumbe de los precios del petróleo en el último cuarto del 2014 y en lo que va de 2015, Maduro optó por gastar en lugar de recortar. Cuando la realidad económica clama desesperadamente por austeridad, el gobierno refuerza el paternalismo: el presupuesto de las misiones va a toda marcha,  millones y millones de bolívares para las pintorescas ocurrencias “sociales” de los planificadores revolucionarios. Arrancaron decretando 15% de aumento del salario mínimo, cuando el Estado venezolano es el principal empleador nacional, con casi 3 millones de empleados.  Después de prácticamente un año de discusión, el Gobierno no logra dilucidar si es necesario el aumento de la gasolina, mientras tanto este subsidio regresivo nos cuesta más de 200 millones de dólares al mes. Por último, en materia cambiaria optaron por conservar 3 tipos de cambio, la única tasa que anunciaron que iban a mantener es la más irracional e irreal de todas, Bs. 6,30 por dólar; pero únicamente para alimentos y otros bienes de primera necesidad.

Hasta la fecha, no se han adoptado los ajustes económicos necesarios, y los anunciados son insignificantes. El resultado será (y es) lógico: nuestro Estado Divino no proveerá, y Dios menos. La economía no escucha plegarias, ni cree en religiones, no jugar por sus reglas conlleva ciertas consecuencias (“autosuicidio colectivo”). No quiero parecer un hombre de poca fe, pero se quieren lograr ciertos resultados y todos los esfuerzos de aquellos en la posición de dirigirnos a ellos, van en el sentido opuesto… ¡Y Él lo dijo! (o por lo menos se le atribuye la frase): “ayúdate, que yo te ayudaré”.