El chavismo y la oposición medirán su fuerzas este domingo y el resultado dará mucho de qué hablar. La participación para estas elecciones municipales se espera que sea inferior a la participación de las presidenciales de abril, cosa que es conceptualmente y tradicionalmente normal. Si bien no es correcto comparar mediciones que son diferentes, el resultado de las elecciones sí nos dará un indicador de cómo se sienten los seguidores oficialistas y los opositores con sus respectivos líderes.
Hay decisiones que han tomado las dirigencias políticas en los últimos meses que lógicamente van a afectar su movilización. Por ejemplo, la oposición tiene razones para desmovilizarse; esta quedó afectada por los resultados del 14 de abril y por el discurso de Henrique Capriles que cuestionaba la transparencia del Consejo Nacional Electoral. Pero el chavismo también tiene sus razones; recordemos que la base chavista está muy molesta por el hecho de que no se hicieran primarias y por el hecho de que los acuerdos post 14 de abril no se respetaran.
El país ha sufrido este año por diversas razones que van desde la muerte del presidente Chávez hasta una escasez promedio del 20% y una inflación que cerrará el año en 50%. La calidad de vida para los venezolanos se ha visto muy afectada en el 2013 por la economía, a tal punto que hoy por hoy la economía es el principal problema para los habitantes de Venezuela. Esto sin duda tendrá un impacto en las elecciones.
Por su parte, el año 2014 llega con mucha incertidumbre y con expectativa, sobretodo porque las elecciones definirán el margen de maniobra que tendrá el gobierno para tomar las decisiones que se deben tomar para corregir la economía.
Sé que hay miles de opositores desmotivados y con razones de peso para no acudir a las urnas este domingo, pero a todos ellos les digo que la lucha por rescatar la democracia nunca se dijo que sería fácil. El voto es el único instrumento que tienen los ciudadanos para expresar su voz.
Salgamos a votar para comenzar a llenar la política de valores. Apostemos por una renovación de liderazgo y por una mejor Venezuela. Exijámosle a nuestros líderes gestiones de alturas y no seamos cómplices de un silencio conformista.