China y los sindicatos por León Arismendi @Leonarismendi
Valdría la pena que los ideólogos de la “revolución bolivariana” metieran sus seseras dialécticas en el examen de lo que está ocurriendo en la economía china y sus efectos en el andamiaje jurídico o, para decirlo en la jerga de los manuales de marxismo-leninismo: en la estructura y la superestructura.
Para hacer la cosa más interesante deberían añadir una referencia a la situación de las clases sociales y sus relaciones con el poder ¿por dónde va la lucha de clases en China? ¿la clase obrera está en el poder? ¿Qué es de la vida de la dictadura del proletariado? El Partido Comunista Chino, es de verdad la vanguardia de la clase obrera? Y los sindicatos? Qué pito tocan los sindicatos en esta fase de la revolución? A lo mejor para los instructores de la escuela de cuadros del PSUV ya eso es clavo pasado y súper estudiado, porque supongo que privilegiar las relaciones comerciales con aquel gobierno, con el consiguiente desplazamiento de las que manteníamos con el imperio gringo, debe estar asociado a alguna afinidad ideológica. Lo que uno recuerda de los tiempos en que la felicidad se estaba construyendo en la Unión Soviética, era que los gobiernos que entraban en ese bloque debían seguir sus directrices, homologar hábitos, cultura, etc. y mantener un permanente intercambio, sobre todo en la formación de los dirigentes.
La cosa con los chinos es bastante curiosa porque, como se sabe, los jefes de aquel país le dieron un giro a la economía para reconvertirlo al capitalismo, tanto que unas cuantas empresas norteamericanas fueron a parar en aquel territorio, para lo cual se les ofreció mano de obra disciplinada y barata. Ambas características derivadas del irrestricto control que el Partido Comunista chino tiene sobre la vida de todo lo que se mueve en tan inmensos predios.
Y si se reinició el capitalismo, la lógica elemental dice que la lucha de clases también; pero bueno, la tarea que el gobierno le asigna a los sindicatos es garantizar que todo funcione bien, que los trabajadores no saboteen la producción. Por eso, la central sindical china, según sus estatutos, supedita sus decisiones a las del Partido Comunista. En fin, estas organizaciones no están concebidas para la defensa de los intereses de sus miembros sino los del partido y el Estado, que son la misma vaina.
Ese es el modelo sindical que le gustaba al finado Chávez y, a lo mejor, habida cuenta de la enorme deuda que el gobierno “bolivariano” tiene contraída con el gigante asiático, se nos imponen condiciones con arreglo a las cuales (ya hay señales de que eso es así) los inversionistas chinos traigan sus propios trabajadores y el área de sus actividades sea zona de seguridad donde no puedan entrar ni los sindicatos rojos rojitos, y si los dejan cruzar el portón que sea para recibir instrucciones adicionales sobre cómo sofocar conflictos o impedir huelgas.
Por fortuna para los trabajadores, las informaciones que vienen del mundo chino, señalan que por allá el desarrollo capitalista está propiciando la formación de sindicatos de verdad.