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Radar de los Barrios: Amazonas no queda en el planeta de al lado por Jesús Chuo Torrealba @ChuoTorrealba

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Hace 11 años

LIBORIO GUARULLA

 

Es innecesario gastar demasiada tinta para demostrar que el gobierno en ejercicio desde 1999 hasta nuestros días ha tenido por los indígenas venezolanos algo mucho peor que el desprecio. En efecto, gobiernos anteriores a 1998 han exhibido por las diversas etnias indígenas asentadas en nuestro territorio un absoluto desinterés, que expuso a esas comunidades al abandono más patético con sus secuelas conocidas: maltrato cultural, segregación económica, enfermedades, hambre, desarraigo, marginalidad…

Este gobierno, sin embargo, no se limitó (como los pasados) a desatender o ignorar a nuestros indígenas. Este gobierno fue más allá: Los atacó. Si, así como lo leen: ¡Los atacó! Como si se tratara de alguna feroz campaña como las que en el pasado fueron desatadas en Argentina contra “los pampas” o en Norteamérica contra el pueblo pielroja, en Venezuela -por primera vez desde la Conquista- un gobierno “criollo” la emprendió contra nuestros indígenas. Y cuando decimos que “atacaron a los indígenas” no es un tropo, una metáfora, un recurso retórico o una exageración pedagógica. ¡Se trata de hechos, lamentables y trágicos!

En efecto, desde lo ocurrido en el nor-occidente del país, en la Sierra de Perijá, donde personajes del gobierno utilizaron los reclamos del pueblo Yukpa y otras etnias para sacar de sus tierras a hacendados que tenían una larga tradición productiva (para luego no proceder a la demarcación de las tierras indígenas, dejando tales propiedades en un limbo jurídico aprovechado por quienes tienen las conexiones adecuadas tanto con el poder político como con compañías transnacionales “amigas del proceso” interesadas en la explotación del carbón, tal como han denunciado reiteradamente organizaciones defensoras de los Derechos Humanos com la Sociedad Homo et Natura y PROVEA, entre otras), hasta lo ocurrido en el Sur del país, en el Estado Bolívar, donde al amparo del llamado Plan Caura se pretende desalojar por la fuerza a comunidades de las etnias Chirichan, Yekuana y Pemón de su hábitat natural y de las actividades que les garantizan su supervivencia económica, tal como ha sido denunciado por medios regionales como el Correo del Caroní y por diputados de la región como Américo De Grazia, de norte a sur, de occidente a oriente, el gobierno ha mantenida una retórica supuestamente “indigenista” mientras en los hechos ha desarrollado conductas claramente lesivas a los intereses de los pueblos indígenas. Son contradicciones, si. Contradicciones manchadas con sangre aborigen.

Ese es el contexto, el marco real en el que se desarrolla la actual ofensiva oficial contra un indígena de la etnia Baniva, que por decisión del pueblo de Amazonas es gobernador de esa entidad. A través de #ElRadardelosBarrios ese indígena, Liborio Guarulla, ha dicho su verdad. Ha relatado como a la gobernación le quitaron la policía, el aeropuerto, el Gran Hotel Amazonas, la emisora radial La Voz de Amazonas. Ha contado como en la toma oficial del Hotel Amazonas los representantes del Gobierno Nacional detuvieron a 19 personas, entre ellos cuatro abogadas de la Procuraduría del Estado que iban a hacer la entrega física de la instalación y personal de Protección Civil Amazonas que estaba presente para apoyar a quien lo requiriese. Relató que en la madrugada del sábado, cuando se produjo la liberación de 12 de los 19 detenidos, cinco de estos estaban vomitando sangre y presentaban lesiones que hacían presumir que habían sido objeto de torturas y otros maltratos, por lo que les fue practicada el examen forense respectivo.

Todo eso espera respuesta, y no sólo del gobierno. También se espera la respuesta solidaria de la Venezuela decente, esa que (aunque porte franela roja, amarilla, azul, blanca o verde) no puede sentarse impasible a ver como un gobernante electo por el pueblo, como Liborio Guarulla, es atacado y calumniado por un funcionario designado como el Ministro de Turismo.

El Estado Amazonas, ese donde según Liborio Guarulla hay cuatro mil guerrilleros colombianos explotando ilegalmente nuestra riqueza mineral,  no queda en el planeta de al lado. Lo que permitamos que ocurra allí, podrá repetirse luego frente a nuestra casa. No se trata de “solidarizarnos con el pueblo de Amazonas y con su gobernador”. Se trata de solidarizarnos con nosotros mismos.

Entonces, ¿Quién convoca? ¿Cuándo? ¿Para dónde? Porque este es el tipo de cosas frente a las cuales los dirigentes no pueden “fijar posición” con una “rueda de prensa”, y los ciudadanos no podemos sencillamente hacer catarsis a través de las redes sociales.  Este es un tema de ciudadanía.  ¿Entonces?

Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.

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