La mayoría de líderes europeos y analistas económicos han alabado la labor llevada a cabo por Mario Monti desde que asumió el liderazgo del gobierno de Italia a finales de 2011. Aseguran que él y su gabinete “tecnócrata” lograron frenar una peligrosa situación, y hacer que Italia fuera mínimamente confiable para los mercados internacionales.
Ese agrado en el exterior parece no estar muy extendido dentro de su país. El actual Primer Ministro tardó en indicar si iría a las urnas para mantenerse en el poder, y sólo lo hizo cuando Silvio Berlusconi le retiró el apoyo en el Congreso y forzó un adelanto electoral que se dará este 24 y 25 de febrero.
Fue entonces cuando Monti y sus más cercanos aliados crearon una agrupación política y una coalición con otras formaciones, que respaldaran su continuidad. Las encuestas le auguran el cuarto puesto entre las preferencias de los votantes y una única y lejana posibilidad de seguir al mando. Gracias a la particularidad de las leyes italianas, la esperanza del ex Comisario Europeo radica en que la coalición de centro-izquierda, que lidera Pier Luigi Bersani, obtenga la mayoría de votos en la Cámara de Diputados pero se quede corta de la mitad más uno en el Senado. Esto obligaría a una coalición para formar gobierno con el grupo de Monti, único potencial aliado de los moderados de izquierda, según indica la prensa italiana.
Aun en ese escenario, es posible que las negociaciones den a Bersani la Jefatura del Gobierno. No sería ésta tampoco una elección de temer. A pesar de sus diferencias ideológicas, Ángela Merkel y sus aliados europeos, preferirán debatir con este hombre tranquilo, poco llamativo y controversial (similar al francés Hollande en ciertos aspectos), que con su viejo conocido Silvio Berlusconi. El magnate de los medios y el AC Milan perdió el respaldo de la centro-derecha Europea, la cual en conjunto decidió nombrar a Monti oficialmente como su candidato.
Los posibles escenarios
Las últimas encuestas publicadas en Italia daban a la coalición de Bersani “Italia, Bien Común” el primer puesto con cerca de 40% de los votos. La legislación italiana premia a quien obtenga la mayor cantidad de votos a nivel nacional en la Cámara de Diputados con los escaños que le falten para obtener la mayoría. El problema está en que las leyes no hacen lo mismo en el Senado. Ahí el premio se le da a la coalición ganadora en cada una de las 20 provincias, dejando abierta la posibilidad de que ninguna agrupación obtenga la mitad de los cargos y deban lograrse alianzas para elegir a un gobierno.
Bersani y la centro-izquierda esperan obtener la mayoría en ambas Cámaras. De lo contrario, es probable que se dé una negociación con Monti para evitar nuevas elecciones. Éste, cuyo grupo rondaba el 15% de las preferencias, se encontraría en una situación bastante particular. Podría volver a ser nombrado Primer Ministro a pesar de que su coalición llegue en el cuarto lugar y sin aparecer entre la lista de candidatos: como fue nombrado Senador Vitalicio en 2011 (para poder formar el gobierno de emergencia), Monti ya forma parte del Congreso y no necesita ganarse su escaño.
En el segundo lugar de las encuestas aparecía el mencionado Berlusconi, quien vio crecer su respaldo desde el anuncio de su candidatura, llegando en las últimas semanas a cerca de 30% de apoyo. Su alianza con la “Lega Nord” (partido que pide la independencia del norte del país) fue sellada con la promesa de que Berlusconi no volvería a lo más alto del gobierno, sino que se quedaría sólo al frente de uno de los ministerios y daría el poder a Angelino Alfano, secretario general de su partido.
Y a pesar lo poco deseado que sería un nuevo gobierno con Berlusconi, el dirigente más temido por el resto de los líderes europeos es el comediante y bloguero Beppe Grillo. Con permanente presencia en las calles, y alejado voluntariamente de las entrevistas en televisión, el Movimiento 5 Estrellas ha sido organizado en torno a Internet y el rechazo a la política tradicional.
Lo que hace algunos años parecía una broma está a punto de convertirse en la tercera fuerza más importante de la Cámara de Diputados. Aunque en sus mítines admite no saber qué hacer con la deuda y el déficit, el éxito del Movimiento de Grillo es el claro reflejo de lo que siente parte de la ciudadanía europea afectada por la crisis: Rechazo pleno a todos los partidos, a las ideologías, exigencia de mayor participación y renovación de la clase política.
Curiosamente, Grillo tampoco es candidato en esta elección. El comediante fue sentenciado por homicidio no intencional por un accidente de tránsito en los 80 y las normas de su propio Movimiento prohíben la participación política de personas enjuiciadas.
Las urnas abrirán el domingo a las 8 de la mañana y el proceso finalizará el lunes a las 3 de la tarde. Entonces se sabrá el camino que toma Italia, y con ella la delicada subsistencia del proyecto europeo.