El día de ayer se conoció la muerte de uno de los líderes más importantes de la organización palestina Hamas, Ahmed Yabari. El ataque se produce en un clima de violencia continuada en la Franja de Gaza, en donde tanto israelíes como palestinos, bajo la fuerza de la organización Hamas, han emprendido una lucha constante por mantener el poder y adquirir mayor fuerza en el territorio, desde que en la Guerra en 2008-2009, denominada Operación Plomo Fundido, provocara una lucha que dejara como saldo aproximado, a más de 1400 palestinos muertos y 14 israelíes muertos.
La Yihad Islámica, otro actor importante del conflicto, se responsabilizó en los últimos días, de todos los ataques con cohetes que alcanzaron a Israel, desde la frontera sur que colinda con la Franja de Gaza. Sin embargo, el gobierno Israelí ha atacado a Hamas y a su líder por ser la organización que claramente controla los movimientos en la Franja, y además resultaba Yabari, un objetivo importante para el Estado judío tras ser el carcelero del cabo israelí Gilad Shalit, ejecutado en 2006.
Las reacciones evidencian una partición clara, tanto como, el propio conflicto. La Unión Europea y Egipto, antes gran mediador en la región, condenaron enérgicamente los ataques de Israel, mientras Estados Unidos dice estar vigilando de cerca la evolución del conflicto, y respaldar el derecho de Israel de defender su territorio. Países de la región han hecho un llamado a la Liga Árabe para discutir los eventos, al tiempo que se insta al Consejo de Seguridad a tratar con urgencia, un tema que se puede desbordar ante cualquier iniciativa de mediación futura.
¿En qué contexto se da el ataque a Hamas y qué podemos esperar?
El Medio Oriente y Magreb siempre han sido consideradas zonas turbulentas no sólo por la cantidad de conflictos originados de las olas de descolonización en la década de los años 50 y 60, sino también, por las revoluciones y guerras que paralelamente se gestaron para empoderar a los líderes y casas gobernantes que, hoy por hoy, están la gran mayoría en el poder.
En el siglo XXI, estas dos regiones adquieren mayor importancia no solo por las doctrinas estadounidenses que perfilaron a algunos países árabes como estratégicos para la seguridad nacional del país, sino también, a raíz de las políticas emprendidas en el ámbito de la seguridad colectiva, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Lo segundo irá aunado al auge de los grupos islámicos radicales que incidirán en gran parte de los conflictos internos de estos países, y que en algunos casos forzaran tímidamente, los procesos políticos internos de sus países para hacerse del poder.
El ataque a Hamas el día de ayer, se encuadra en la radicalización de lo que será la seguridad en la región del Medio Oriente, a saber:
-Israel continuará con las operaciones que neutralizarán a los grupos islamistas, especialmente Hamas y Yihad Islámica, para evitar la desestabilización de su territorio y el refuerzo de gobiernos que tienen al Estado judío como enemigo principal.
-Siria y la guerra civil. Tras más de año y medio de conflicto interno, el gobierno de Al Assad no ha sido derrotado, teniendo aún en contra a gran parte de la comunidad internacional, y a una oposición activa en el terreno. Pero el conflicto se complica aún más, tras la falta de unanimidad por parte de las grandes potencias para reconocer a la oposición política del gobierno sirio, la fuerza que tiene Irán como gran protector, y el juego de fuerzas que está induciendo que tanto Turquía, Irán como Israel, midan sus pasos con respecto a, cómo afrontar el peligro de que esta guerra desestabilice la región, y ellos se vean seriamente involucrados.
-El próximo 29 de noviembre en reunión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, el gobierno palestino de Mahmud Abbas volverá factiblemente a pedir el reconocimiento de Palestina como Estado independiente, ante lo cual ya el jefe de la diplomacia israelí, Avigdor Lieberman, ha amenazado que de darse esto, el paso posterior es dar por enterrado los Acuerdos de Oslo de 1993, los cuales planteaban, entre otras cosas, un pacto en donde las discusiones se darían de forma bilateral, y respetar el orden establecido del proceso para llegar a la paz.
-Irán sigue siendo una amenaza para la región. Se conocerá el último informe de la Agencia de Energía Atómica en los próximos días con respecto a la evolución de su proyecto para desarrollar energía nuclear, que según el gobierno iraní, tiene propósitos pacíficos.
-En el marco de todo esto, se suma la reelección de Barack Obama, el presidente de un país que se perfila como gran productor de petróleo para el 2020, reemplazando a Arabia Saudí y que en materia de política exterior ha anunciado, se preocupará más por el Cambio Climático; el desarrollo de energía nuclear en Irán; y la guerra abierta en Siria.
Hay mucho más que analizar de este conflicto. Lo que si es cierto es que la profundidad con la que se evalúan los detalles merecerán más páginas, no sólo por lo complejo de la situación, sino también, por todos los eventos que quedarán por venir. Claramente lo que se ha dado esta semana es una declaración de guerra que seguirá envolviendo a estos países en más conflictos, y a la comunidad internacional,en mayores desafíos.