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Hablando de Refinerías por Tony Bianchi

Zea
Hace 12 años

Hablando de refinerías, estos complejos vitales para la producción de gasolina, jet fuel (gasolina para aviones), diesel y combustible para calefacción, van a jugar un papel siempre más importante en los mercados internacionales debido a la creciente demanda de productos de valor agregado del petróleo.

Comenzando por Rusia, Arabia Saudita y Kuwait las refinerías están siendo sometidas a relevantes mejoras y expansiones que dentro del corto plazo transformarán el mercado de las exportaciones petroleras, cambiando la forma de vender gasolina y el mismo precio del combustible automotor en muchas partes del mundo.

La vanguardia de este importante movimiento lo tiene Rusia la cual se ha dedicado a refinar siempre más petróleo para uso interno y reducir drásticamente su dependencia de los países del Medio Oriente para la compra de gasolina de alto octanaje.

Hace siete años, 40 de las 50 refinerías rusas producían solamente gasolina y diesel de segundo grado (Euro-2) lo que obligaba al país importar parte de la gasolina para su parque automotor por la creciente demanda de gasolina de alto octanaje necesaria para carros más sofisticados. Esto de debía principalmente al hecho que las refinerías rusas producían un crudo negro sumamente pesado destinado a la calefacción y muy poca gasolina de primera.

Tal como han admitido tristemente las autoridades rusas, su gasolina corriente con su alta concentración sulfúrica era y sigue siendo responsable del estallido de mucho buenos motores. Otra importante razón por la transformación es que hace tres años más de la mitad del crudo ruso era exportado porque las refinerías no estaban equipadas para convertirlo en gasolina de primera o productos de valor agregado.

Ahora Moscú ha emprendido un ambicioso y costoso plan de sofisticación para convertir sus refinerías en productoras de una gran gama de derivados cuyos mercados siguen un inexorable proceso de expansión. Tal como lo señalan expertos petroleros de Houston, Rusia se ha dado cuenta que además de derivar ganancia de su crudo pesado, puede sacar un segundo provecho refinando y colocando en los mercados productos derivados.

Pero esto no es todo, Rusia está también terminando su inmenso oleoducto del Este de Siberia al Océano Pacífico (ESPO) para poder enviar a China crudo desde el puerto de Kozmino, en la costa del Pacífico rusa. Por supuesto este importante puerto también albergará una nueva refinería para procesar lo que no se exportará como crudo pesado.

Mientras tanto en el sector Oeste, Transneft ( la empresa que monopoliza los oleoductos rusos) acaba de terminar BPS-2 (Baltic Pipeline System 2) el oleoducto destinado a llevar crudo y derivados desde la zona de Primorsk al Golfo de Finlandia en el Mar Báltico por vía de San Petersburgo.

Lo que revela este plan es que Rusia tiene toda la intención de convertirse en un importante exportador de productos refinados dirigidos no solamente a los mercados Asiático y del Pacífico sino también ir más lejos como la Costa Oeste de los Estados Unidos y hasta América Latina.

La meta tanto de Rusia como de Arabia Saudita y Kuwait es de aumentar considerablemente sus ingresos y Producto Interno Bruto (PIB) a través de la exportaciones de productos petroleros de valor agregado aprovechando al máximo la fuente básica de su riqueza natural. Lejos de ser la Rusia de hace cinco años que imponía a gran parte de Europa los precios de su gas entregado por gasoducto, esta “nueva” Rusia ha planteado un nuevo esquema impositivo reduciendo sustancialmente los impuestos a la exportación para que precisamente sus productos de valor agregado sean más competitivos.

Esta nueva política petrolera ya está causando cierta preocupación en escala internacional. ¿Qué sentido tienen que otros grandes productores de petróleo imiten a Rusia y emprendan la construcción de nuevas, sofisticadas y costosísimas refinerías cuya terminaciones tomarían por lo menos diez años si no pueden competir con los precios de las importaciones del gigante ruso ?

La respuesta es que aunque no logren que los precios de sus productos FOB (puerto de embarque) sea tan bajo como los de Rusia, Venezuela, por ejemplo, sería muy competitiva si los exportara a países vecinos o al Caribe por el bajo costo del transporte. Prestando atención especial a lo que nos concierne, es decir Venezuela, hay que señalar que hace años nuestros expertos petroleros – los cuales ya no trabajan en este país – proyectaron diversificar y dedicarles grandes inversiones a los productos de valor agregado del crudo (downstreaming). Ellos individuaron esta posibilidad y necesidad muchos antes de los rusos y dieron los primeros pasos en ese sentido antes que todo despareciera en la “revolución.”

Finalmente cabe la pregunta: ¿Quién podría llevar a cabo una transformación importante de nuestras refinerías y cuidarlas…los nuevos jefes de PDVSA responsables del desastre de Amuay?

 Tony  Bianchi

tb@tonybianchi.com

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