Nationals a cambiar la historia Por Alejandro Betancourt
Jamás han ganado siquiera un banderín divisional. En 44 años de historia (primero como Expos de Montréal y desde 2005 como Nationals) apenas tienen una aparición en postemporada, entre todos el equipo que menos veces ha superado el mes de septiembre. Pero este año vienen con todo.
Con un cuarto de la campaña superada, los Nationals lideran la división Este de la Nacional, esa que muchos dicen es la más complicada de las tres por tener equipos de gran casta como Philadelphia (hoy sotaneros) y los Bravos de Atlanta. Es más, tienen el mejor récord de toda la costa Este en ambas ligas y el tercero en las mayores (.604); y todo parece indicar que lo van a poder sostener.
Contrario al caso de otros líderes como los Rangers, Reds o los Dodgers, Washington no tiene nada impresionante en su bateo. En porcentaje de bateo, hits e impulsadas están incluso por debajo del promedio de la liga y de sus propios rivales de división. Paradójicamente, el único departamento que lideran es el de los ponches (390).
Claro, tres de sus piezas fundamentales a la ofensiva hoy se recuperan en la lista de lesionados. De ellos ya es seguro que el careta venezolano, Wilson Ramos, no verá más acción esta temporada tras romperse el ligamento anterior cruzado de la rodilla derecha. Los dos que quedan (Morse, Werth) tienen la tarea de subirle el promedio de carreras por juego al equipo, que hoy es el cuarto peor de la liga con 3.94 rayitas producidas por cada 9 episodios de acción.
Se espera del 1B Michael Morse que repita su nivel de la temporada pasada y supere los .300 de efectividad y saque al menos 30HR otra vez, mientras que de Jayson Werth se ansía más bien que olvide la nefasta zafra 2011 y emule más al Phillie que se acercaba también a la marca de .300 y aseguraba un slugging de .500.
Pero si el dicho “al que no hace le hacen” funcionara en reversa sería perfecto para describir lo que sucede con los Nationals: como no les hacen, ellos hacen. Y es el staff de pitchers el que se lleva los laureles de este análisis al permitir sólo 3.28 carreras por juego, suficiente para hacerlos ganar por la mínima (cosa que ya han hecho en 11 de sus hasta ahora 29 victorias). Son líderes de todas las mayores en picheo colectivo con ERA con 2.95 y además el equipo de todo el beisbol grande al que menos hits y carreras le hacen; sus oponentes apenas les batean para .219. Impresionante.
Su roster es el más joven entre todos los equipos y también el que más ponches se ha anotado hasta ahora (415). Únicamente los Marlins los superan en ser la escuadra que menos vuelacercas permite a los contrarios. Sus abridores son el mejor set de 5 hombres en todo el beisbol profesional con un porcentaje de carreras limpias permitidas de apenas 2.90.
La razón por la que todo esto es sustentable es porque el equipo apenas despega. Si sus abridores emulan a Gio González y la incorporación de Werth y Morse se combina con el empuje de A.LaRoche y el novato sensación Bryce Harper, nada pareciera poder detenerlos hacia lograr meterse en la pelea del banderín de la Liga. Incluso si alguno de los abridores llegara a patinar, el taiwanés Chien-Ming Wang está recuperado ya de su lesión y listo para asumir un puesto en la rotación para intentar ganar por tercera vez 19 partidos en las mayores, tal y como lo hizo ya en dos ocasiones para los Yankees.
¿Quién diría que este año ambos equipos cercanos a la capital americana, Nationals y Orioles, serían líderes de división a estas alturas? Probablemente nadie. He allí la belleza del beisbol.
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