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Suspendido y arrepentido por Mari Montes

Zea
Hace 13 años

“He herido a una comunidad. No sólo al pueblo cubano. Estoy aquí para pedirles disculpas con el corazón en la mano. Para pedirle perdón a todos aquellos que he herido. No vengo aquí a tratar de salirme de un problema, sino a aclarar cosas que hay que aclarar. Dios y mi familia sabemos por lo que hemos pasado”.

Luego se excusó con la interpretación del periodista de la revista Time, pero no lo culpó, fue algo como que no quiso decir lo que dijo. Casi parafrasea a Yogi Berra: ” No he dicho todo lo que dije”. De inmediato la emprendió contra Fidel Castro y más adelante fue contra Hugo Chávez, cuyo ejercicio, igual que el de Castro, “poco apoco hace daño a los venezolanos”. Asemás agregó que trabaja para las Empresas Polar, que es amigo de Lorenzo Mendoza y columnista de El Universal, al que identifica como un diario opositor.

De inmediato se convirtió en la séptima tendencia mundial en la red social twitter.

Estaba realmente comprometido, Guillén no es un actor, es obvio que como nunca antes, el manager mirandino se dio cuenta de lo que las palabras pueden causar.

(Entre paréntesis me habría gustado verlo disculparse con los maestros venezolanos).

Por el otro lado está la sanción de los Marlins de suspenderlo cinco juegos, las presiones anunciadas por organizaciones anticastristas, las amenazas de anunciantes, el desprestigio en la cantidad de medios de comunicación que manejan la numerosa comunidad cubana, el boicot a la taquilla y las protestas no son poca cosa. El equipo necesita que el manager de su equipo esté concentrado en conseguir victorias, en jugar un beisbol que traiga gente al estadio de la Pequeña Habana y si para ello debe poner una pausa de cinco juegos, a la espera de que se bajen las aguas, es comprensible que lo haga.

Pero, ¿Opinar amerita una sanción? obviamente no, la decisión de los Marlins tiene razones gerenciales, lo dicho por Guillén no es un delito, jamás opinar es un delito, fue una impertinencia, una torpeza inmensa, pero jamás una opinión puede conllevar un castigo.

Además si disculpó, si le creen o no, también es derecho de cada quien, si no es obligado creer en Dios, y es Dios, tampoco en Oswaldo Guillén, pero hay que reconocer que fue importante que saliera a encarar la situación tan pronto como pudo y que pidiera perdón “de rodillas”, eso no es fácil, en estos tiempos no es habitual ver a los hombres presentarse así.

Yo le creo, algo lo conozco, se que Oswaldo Guillén es un auténtico deslenguado, pero es un hombre sincero, bocazas, pero no es un mentiroso.  Le creo porque lo veo año a año, junto a su esposa Ibis, demostrando con obras de su fundación lo que le importa nuestro país, especialmente nuestros niños. Ya tendrá tiempo para demostrar la sinceridad de sus palabras.

Se equivocó, se disculpó, esperemos que de ahora en adelante haga lo que tiene que hacer, para lo que lo llamaron, para jugar beisbol y ganar juegos, de eso dependerá su permanencia en Miami.

No fue mal bounce, cometió un error importante, pero hay otro turno “siempre hay otro turno” decía mi papá.

@porlagoma

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