La baja en los niveles de la producción nacional podría dejar al país sin suficientes alimentos en los anaqueles en el futuro próximo, denunció el diputado
Los niveles de producción de maíz blanco y amarillo van en picada desde hace 11 años, lo que podría disminuir la cantidad de productos derivados en los anaqueles del país, denunció el diputado a la Asamblea Nacional, Carlos Paparoni.
De los 35 millones de hectáreas con vocación agrícola que existen en Venezuela, solo han sido sembradas seis millones, de las cuales poco más de 1.100.000 hectáreas fueron sembradas con productos destinados al consumo humano, dijo el parlamentario en la sede del partido Primero Justicia el pasado viernes 19.
Aunado a esto, la siembra de maíz ha decrecido de las 650.000 hectáreas registradas en 2007, a 350.000 hectáreas en 2017 y para 2018 se estima un total de 168.000 entre maiz blanco y amarillo, el primero usado en la harina de arepas y el segundo destinado a producir comida animal y permite la producción de leche y quesos.
Eso tendrá un notorio efecto en la disponibilidad de alimentos para el consumo del país, en el cual el 80 % de los productos son de origen agropecuario. Paparoni lo explicó al señalar que “si normalmente un venezolano se come dos arepas al día según el porcentaje calculado, con esta producción vamos a poder comernos una arepa cada cuatro días”.
A pesar de que el último ciclo de siembra tuvo mejores lluvias que los anteriores, estas no pudieron ser aprovechadas para levantar la producción por la falta de cooperación del gobierno, que tiene el control completo sobre los insumos, semillas, abono y agroquímicos necesarios para producir, y cuyo burocracia -como las más de 12 guías necesarias para transportar café- no permite tal cooperación, dijo el diputado.
Medidas ineficaces para controlar la inflación
Dentro del balance que ofreció el parlamentario incluyó las conclusiones de las últimas políticas del gobierno de Nicolás Maduro, como la toma de ocho importantes mercados municipales del país.
La inflación de alimentos alcanzó un incremento de 3 % diario -que supera el de la inflación general- después de la medida del Ejecutivo, que ocasionó un rompimiento en la cadena de distribución tradicional de los mercados mayoristas, donde solían calcularse los precios de los productos perecederos como hortalizas, lácteos, huevos, entre, otros alimentos.
El diputado, quien encabeza la Comisión Especial de la Crisis Alimentaria del Parlamento, detalló que un mes antes de la toma de los mercados el precio del queso se promediaba en Bs. 2.600.000 y actualmente se encuentra en cerca de Bs. 6.300.000, lo que considera “una respuesta directa” a la intervención.
Los huevos son otro producto afectado por la decision del Ejecutivo. “Con lo que hoy se compra un solo huevo, para esta fecha el año pasado se compraban 18 cartones”, declaró.
“Estamos en una crisis humanitaria”
Los altos precios de los alimentos, sumados a la escasez, han agravado la nutrición de los niños. Paparoni citó cifras de la experta en nutrición, Susana Raffalli, que aseguran que 17 % de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición grave, por lo que dos de cada 10 niños por debajo de esa edad están en peligro de morir de hambre.
Además, acotó que el 5,8% de los niños en Venezuela ya muestran retardo en el crecimiento, lo que en el futuro podría reducir su competitividad lógica y laboral.
Los mismos problemas han derivado en un incremento de protestas para exigir mejoras salariales en las últimas semanas, que para el primer semestre superan las 3308 según sus calculos, “porque no hay dinero para comprar la mercancía que se encuentra en los anaqueles y el precio unitario es más alto que el sueldo mínimo”.
“Esto es una crisis humanitaria que el gobierno no podrá detener, no solamente por prohibiciones o amenazas, sino porque su sistema apuesta por la importación y abre brechas para la corrupción”, comentó Paparoni y exhortó al gobierno a no alejarse de la producción nacional pues consideró es la única forma para cambiar la situación.
También destacó la importancia de pedir cooperación internacional a países que puedan dar insumos a Venezuela para reactivar la producción nacional a corto plazo.