A LAS 2:30 PM DEL JUEVES PASADO, Jesús del Valle Velásquez, boxeador amateur de 28 años de edad, salió de la pensión donde vivía, en el barrio La Trilla, adyacente a la antigua Torre de la Prensa, avenida Panteón del municipio Libertador. Iba a tomarse un café en una bodega cercana, como lo hacía siempre, pero esta vez no llegó al negocio.

Dos hombres que se trasladaban en una moto se le acercaron y trataron de someterlo, pero Velásquez los golpeó y ambos cayeron al pavimento.

El boxeador trató de huir, pero se enredó y cayó al tropezar con otra moto que estaba estacionada.

En ese momento una patrulla de las FAES, tripulada por dos funcionarios, entre ellos una mujer, le dieron un disparo en la espalda.

Luego, los policías y los motorizados sometieron a Velásquez, lo golpearon  y lo introdujeron en la patrulla.

Todo eso ocurrió delante de una hermana del boxeador y vecinos de la zona. El agredido protestó por el trato recibido, siendo él la víctima. Pidió que lo llevaran a un hospital.

Los de las FAES se lo llevaron vivo y prometieron que lo trasladarían al hospital Vargas cuestión que ocurrió dos horas y media después cuando Velásquez estaba muerto. El cuerpo estaba golpeado. Le rompieron la cabeza, la boca y la cara y le dieron cuatro tiros en  el pecho. 

Testigos dijeron a los familiares que la funcionaria de las FAES hizo un disparo al aire para simular un enfrentamiento.

Velásquez era padre de dos hijos que viven con su mamá, en Cumaná, estado Sucre, adonde el boxeador viajaba siempre para estar con su familia y comprar queso que vendía en Caracas. De la capital llevaba mercancía que ofrecía en venta en Cumaná.

Esperaba que su promotor le anunciara el día que viajaría al exterior donde realizaría varios combates. Había ganado varias peleas en el estado Sucre.  

@SandraGuerrero1