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Se va La Niña, prepara El Niño por Francisco Ibarra Bravo

Zea
Hace 13 años

El intenso invierno de 2011, que dejó numerosos damnificados en Venezuela y Colombia, queda atrás. Hay mucho trabajo por hacer para reconstruir infraestructura y dar el apoyo necesario a las víctimas. Las dos estaciones, invierno y verano, que ocurren con frecuencia anual en Venezuela se ven afectadas por un fenómeno de frecuencia menor llamado El niño Oscilación del Sur. Este fenómeno tiene, por lo general, dos fases, El Niño y la Niña. En Venezuela la primera fase tiende a generar sequías prolongadas y mayores temperaturas. La Niña tiende a generar mayores precipitaciones y menores temperaturas de lo usual.

Si bien los ciclos de este fenómeno son irregulares, históricamente pueden ocurrir entre 2 y 7 años, sabemos que en algún momento se darán nuevamente las condiciones para que El Niño, desde el Océano Pacífico, irrumpa nuevamente en el ciclo de lluvia y sequía de nuestro país. Sabemos las consecuencias que esto traerá. Si bien no podemos afectar el fenómeno, si podemos prepararnos para sus efectos con tiempo. Lo primero que debemos hacer para prepararnos es dejar de lado las teorías conspirativas de que el capitalismo y el imperio son los causantes de la sequía. Hay evidencia prehispánica de que el fenómeno de El Niño precede al “capitalismo” salvaje del “imperio”. Así pues, no más comerciales ridículos la próxima sequía por favor y menos en el aeropuerto de Maiquetía.

La sequía afecta al país en tres áreas fundamentales. La primera es en los niveles de agua contenida en los embalses. Esto afecta directamente la disponibilidad de agua para el consumo humano y también para uso agrícola. La segunda, los niveles de agua contenida en las represas para generación hidroeléctrica disminuyen y afectan la capacidad de generación de energía. En Venezuela la mayor parte de la energía que se produce tiene este origen por lo que la sequía implica, por ahora, menos generación eléctrica. La tercera tiene que ver con un incremento del número y magnitud de los incendios forestales. Estos incendios destruyen importantes extensiones de terreno, en ocasiones de importantes parques nacionales como los caraqueños pudimos comprobar en 2009 y 2010.

Es posible mitigar los efectos desfavorables antes descritos pero para ello requerimos planificación y voluntad política. Es necesario ser más eficientes en el uso de agua, tanto para el consumo humano como para usos agrícolas. Generar conciencia, más allá de hacerlo con publicidad, tiene que necesariamente venir aparejado con un precio del bien que refleje su escasez. Es también necesario modificar la matriz energética y minimizar la dependencia de la energía hidroeléctrica, en particular de aquella que es producida en el Caroní. Los dos puntos anteriores parecen gozar de mayor exposición pública, quizás por su efecto directo en el bienestar ciudadano, los incendios forestales no ocupan un lugar de importancia. Es necesario que dotemos a nuestros bomberos forestales con el equipo y preparación necesarios para combatir los incendios. Hemos visto volar Sukhois sobre Caracas mientras que carecemos de aviones para controlar los incendios forestales. Es un problema de prioridades. La Niña deja detrás una estela de daños y nos recuerda lo vulnerables que somos ante la naturaleza. El Niño volverá, como nos preparemos para ello será responsabilidad exclusivamente nuestra.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10

Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.

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