Motorizados ejecutan nuevas formas de violencia
En Sucre, motorizados ejecutan nuevas formas de violencia

EL ESTADO SUCRE NO ESCAPA del incremento de la acción delictiva y la inseguridad con la participación de grupos motorizados quienes, incluso, utilizan este tipo de vehículo para crear nerviosismo y estimular el miedo en la población que se encuentra cada vez más vulnerable debido a la crisis política, económica y social del país.

“Aquí vivimos en una constante zozobra. En la subida de Corporiente por ejemplo, vemos cómo las personas que van a pie son atacadas a cualquier hora. Los motorizados les arrebatan las bolsas de comida cuando vienen del abasto Bicentenario o les roban las carteras y celulares” comenta Marina Vallera, quien trabaja en la calle Bolívar de Cumaná.

Son cada vez más frecuentes los robos cometidos por sujetos a bordo de vehículos tipo motos que aprovechan la aglomeración de gente en las colas y despojarlos de sus pertenencias (incluyendo productos de primera necesidad) para luego huir de manera velozmente.

Para Nancy Pereda la situación no es distinta en el centro de Carúpano, pues asegura que no cumple la jornada laboral con tranquilidad y son reiteradas las oportunidades que ha presenciado robos y atracos con la actuación, principalmente, de jóvenes motorizados.

Moto, armas y drogas, la combinación del miedo

En el análisis realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia Sucre, coordinado por Jesús Subero, queda sentada la incidencia de las acciones delictivas con la utilización de armas de fuego, motos para el rápido desplazamiento de los antisociales y el uso de drogas como estímulo para la actuación. Los móviles de venganza y sicariato son los que cobran más vidas en estos casos.

Lo preocupante es que debido a la situación del país, los ciudadanos se encuentran cada día más indefensos frente a grupos delictivos que aprovechan hasta el congestionamiento de las paradas de transporte -debido a la falta de unidades, insumos y repuestos- para cometer robos masivos que anteriormente efectuaban dentro de los propios vehículos del transporte público.

“Definitivamente, andamos a la buena de Dios porque hasta la falta de efectivo nos deja indefensos. A mí me pasó cuando iba al gimnasio a las 6:00 de la mañana, y aunque intenté evadir al motorizado, me hizo detener para pedirme dinero pero como solo llevaba mi morral con la toalla y el agua para entrenar, se robó mi celular de mala gana porque eso no era lo que buscaba. Quería el dinero” explicó Deisy Contreras.

La política de la violencia motorizada

En Sucre durante episodios trascendentales del histórico acontecer, los grupos motorizados se han organizado para respaldar la actuación política del oficialismo, como ocurrió durante el período de manifestaciones antigubernamentales este 2017.

Mientras en horas de la mañana se registraban la mayoría de las movilizaciones opositoras, entre el mediodía y el final de la tarde, los llamados “colectivos” recorrían calles, avenidas y zonas populares tanto de Cumaná como de Carúpano, para promover un ambiente de violencia que incluyó daños a sedes de organizaciones políticas y viviendas, además de enfrentamientos con la ciudadanía.

La situación no es nueva, ya el 14 de junio de 2016 se registraron saqueos en el centro de Cumaná, así como zonas populares como Caigüire y el Mercadito de La Llanada en las parroquias Valentín Valiente y Altagracia respectivamente, donde los principales promotores de estos hechos se desplazaron a bordo de motos, comandados por dirigentes reconocidos dentro del sector oficial, quienes al poco tiempo de su detención, fueron dejados en libertad, lo cual deja en evidencia la impunidad que impera en el país.

Igualmente, durante los últimos años al finalizar cada evento comicial, cuando crece la expectativa sobre los resultados, un nutrido grupo de motorizados se desplaza por los alrededores de los centros electorales para promover escaramuzas entre los participantes y dejar en evidencia el triunfo oficial o peor aún, amenazar con iniciar actos vandálicos si los resultados no son favorables al sector que los controla.
Un medio de transporte más

Por otro lado, la ciudadanía ha encontrado en el uso de motos un alivio a la carga diaria frente a la escasez de transporte público para llegar a tiempo a sus lugares de trabajo o retornar a sus hogares. Sin embargo, recorrer las calles a bordo de este tipo de vehículos también ha sido motivo de discriminación para personas trabajadoras como Jesús Salazar, quien se desplaza diariamente desde la comunidad de Lomas de Ayacucho hasta la Avenida Miranda, donde labora como mensajero.

“He notado cómo la gente se asusta cuando llego a un lugar en la moto o me bajo con el casco, lo tratan a uno feo pero yo solo hago mi trabajo. También dicen que las calles son una anarquía por los motorizados, pero tampoco hay control y no todos somos culpables porque el Gobierno no ha hecho nada para atender las necesidades del pueblo” añadió.