Milos Alcalay: “Sé que no es fácil, pero todos los caminos conducen a la transición"
Milos Alcalay: “No es fácil, pero todos los caminos conducen a la transición»

Milos Alcalay Paris 1. Andreína Mujica

Texto y fotos : @AndreinaMujica

Trabajó para Hugo Chávez durante cuatro años, como representante permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas. Fue embajador en la «cuarta república» en Brasil, Israel, Rumania y varios países más. A los 25 años ya formaba parte de la delegación nacional como consejero en la Embajada de Venezuela en París, punto de encuentro para la entrevista, ya no representando a Venezuela, ahora defendiéndola. Lleva una década dedicado a eso.

Embajador Alcalay, ¿cómo ve usted la situación para el próximo domingo en Venezuela ?

El 6 de diciembre es una fecha enigmática y fundamental para Venezuela. No se trata sólo de elegir a la nueva Asamblea Nacional, se trata del agotamiento de un sistema que durante mas de 16 años ha demostrado su incapacidad, inoperatividad, ineficacia, violación a los compromisos internacionales e incumplimiento a la Constitución, lo que ha llevado a una profundisima crisis económica, crisis social, crisis política, crisis ética, crisis humanitaria.  Evidentemente, la única solución es una transición pacifica, aunque esa palabra « transición » horrorice al gobierno, porque saben que la forma de mantenerse en el poder es utilizando los mecanismos autocráticos y autoritarios.

¿Cómo será el escenario en cuánto a la observación internacional ?

-El gobierno hace lo imposible por no tener observadores internacionales importantes, sea a través de lo que tanto critican a EEUU, lo que fuera la política de «carrot and stick» (Zanahoria y garrote). No en balde el programa de televisión de Diosdado Cabello se llama «Con el mazo dando».

Con una amplia mayoría de votos posibles estas elecciones marcan, más allá de una Asamblea Nacional, el inicio de una transición.

La observación internacional es una fotografía de la realidad y el gobierno lo sabe y hace todo para frenarla. No ha permitido que participen ni la OEA ni la ONU, ha tomado mano del acompañamiento de UNASUR, organismo que al igual que muchos otros ha logrado su «albanización», es decir un perfil gubernamental y a pesar de ello ha tenido grandes dificultades para lograrlo. Entre ellas, el Tribunal Supremo de Brasil no aceptó la participación de una forma incondicional hacia el gobierno. En todo caso, tuvieron que optar por la opción política, la reunión de cancilleres hasta el punto de buscar a un dominicano que no es miembro de Unasur y  a un hombre plegado a la posición de Ernesto Samper, que refleja la posición del gobierno. Esto es turismo parlamentario y no observación.

Nos queda la observación de los invitados de la oposición, aún sin credenciales oficiales y con todo tipo de limitaciones. Van a estar presentes más de un centenar de personalidades, ex-presidentes, parlamentarios en ejercicio, medios de comunicación social, alcaldes, representantes de organizaciones no gubernamentales, y los ojos de ellos van a estar puestos sobre el evento electoral de ese día. ¿Qué no tienen una credencial de CNE? Bueno, a Felipe Gonzalez no le hace falta esa credencial.

Vienen invitados como Zapatero, muchos  están plegados al gobierno de Nicolás Maduro. ¿En qué beneficia eso unas verdaderas elecciones democráticas?

-Ellos cuentan con toda una serie de invitados, pero más allá del turismo parlamentario, el hecho más evidente de que vengan todos sus invitados -porque en el fondo son todos necesarios-, ¿cómo es posible que no vean en los canales de televisión del Estado la forma absolutamente grotesca de intimidar a la oposición ? ¿cómo puede venir Zapatero y decir que los  parlamentarios regalan apartamentos a seguidores del PSUV ? ¿cómo vienen a Venezuela y no ven cómo se usan militares, motos y vehículos para trasladar a seguidores, en un «Plan República», que es más bien «Plan Monarquía»? O bien, ¿no se sorprenden con el cierre de fronteras y la utilización de 30 mil militares para votar, y cómo el gobierno define a las Fuerzas Armadas como fuerzas militares «chavistas»?  Hasta el nuevo secretario general de la OEA lo ha visto.  Imposible ocultarlo.

Aquí va a ver una clarísima orientación, que nos permita ver esa realidad:  si hay una victoria de la oposición o un fraude tan monumental que será visto por los representantes internacionales presentes el 6D.

Ante la amenaza del «cómo sea» de Maduro ¿cree que es una amenaza con base?

– Esa bravuconería es la demostración más palpable de un gobierno totalitario, militarizado, populista. Doy tres constataciones : Luis Herrera Campins decía que los militares son leales hasta que dejan de serlo. La segunda que los militares van a cumplir con el Jefe de Estado hasta que vean que ya no lo es, sino que es un jefe del PSUV.   Hay militares de alto rango que son militantes del partido de gobierno. Más de la tercera parte de los parlamentarios del partido de gobierno son militares, mas de la mitad de los gobernadores son militares, los diplomáticos están llenos de militares y de sus familiares, ministros hasta en economía está en manos de militares, el narcotráfico está en manos de militares.

Es decir, esa cierta nomenclatura de la nueva clase militar será hasta cierto punto incondicional, pero no todos son narcotraficantes o corruptos.  Dentro del estamento militar hay  reacciones como en el resto de los venezolanos. Fijémonos en Pinochet que fue a elecciones pensando que era imposible perder y cuando le dijo a sus militares, supuestos incondicionales, que  no respetarán las elecciones, ellos le dijeron «caramba Presidente, usted perdió las elecciones, entregue a Patricio Aylwin». En Venezuela lo vimos con Baduel, que se rebeló ante unos resultados electorales. En Rumania, Ceausescu sacaba 98% de los votos, y cuando colapsó el sistema, fue juzgado por sus propios militares y ministros.

Creo que el tema fundamental en Venezuela es que Maduro no es Chávez. A eso hay que  agregar que los errores cometidos llevaron a Venezuela de ser una potencial tacita de oro a uno de los países con mayor índice de inflación, colapso administrativo, corrupción. Un país de contraste que va desde el más alto nivel de la boliburguesía hasta los estratos más bajos, una especie de mendicidad proyectada y eso hiere la dignidad de los venezolanos honestos.

¿Pero cómo es posible una transición bajo este marco?

-Sé que no es fácil, pero todos los caminos conducen a la transición. Buscar dentro de los equipos gobernantes aquellos hombres que hoy en día no pueden expresarse. El diálogo no sólo no existe con la oposición, dentro del madurismo no puede surgir públicamente un disidente, una crítica, porque es expulsado aparte de no ser escuchado.

Yo manejo dos hipótesis, la primera que el gobierno le de una patada a la mesa: “señores yo no tengo votos suficientes pero me da la gana y soy el pueblo”. Todos los argumentos de que él tiene los votos que legitimaban su origen, la legalidad que le permitía hacer lo que le diera la gana, pues se perdería. Sería un arrebatón del destino.

La hipótesis dos es la chilena: que el mismo PSUV le diga“señor Maduro, esta es una situación ingobernable, hay que reconstruir el Estado, volver a crear un poder judicial, las bases de un poder moral, el poder ciudadano, fortalecer el poder legislativo. Para lograr un equilibrio de fuerzas hay que retomar la separación de poderes; se ha barrido tanto debajo de la alfombra que se formó una montaña. Quien le toque venir a gobernar no le será fácil.

Por pretender establecer unos límites absolutamente desmedidos, una política internacional de carros chocones, donde cualquiera que establezca la más mínima preocupación es agredido, nos ha llevado a un aislamiento; incluyendo quienes se solidarizan, nos ven como una piedra en el zapato.

Milos Alcalay Paris 2. Andreina Mujica

 

¿Cómo se maneja Venezuela bajo éste nuevo escenario político latinoamericano?

-En América Latina se está viviendo un péndulo. Primero, la internacional de las espadas, protagonizada por militares que violaban libertades y derechos humanos, ya que los gobiernos civiles y corruptos no daban respuestas. Después vino un proceso de democratización en el cual el populismo comenzó a ofrecer una gran esperanza para los sectores más pobres, pero estos se empobrecieron más.

Ahora vemos el vuelco en Argentina con Macri, es una nueva esperanza; la alcaldía de Bogotá donde Peñaloza gana después de 12 años de gobierno de izquierda. Los cambios están sucediendo  y Venezuela va hacia ellos el domingo 6 de diciembre. Estamos en una nueva transición democrática, progresista, pero democrática. Tenemos que apostar a una transición, eso necesita de un elemento chavista o madurista; se puede vislumbrar quien o quienes serían estos personajes.

Evidentemente para bailar un tango hacen falta dos. No se puede sustituir la posición prepotente del madurismo por otra similar de la MUD. Parte de la metodología que ha utilizado Maduro y sus grupos de poder, ha sido precisamente anular la posibilidad del diálogo. A mi me ha sucedido: en programas de televisión en los que coincido en algún tema general con un representante del gobierno sin testigos, apenas llegan las cámaras de televisión el diálogo se convierte en un monólogo, y comienzan con aquello de «usted es un representante de la CIA». ¿Porqué ese Doctor Jeckyl y Mister Hyde? Pues porque le toca demostrar al resto de los militantes que él tiene una línea dura. Hay muchos que no están de acuerdo y están allí.

Por ejemplo Jorge Giordani, con todo y que es uno de los grandes responsables de la crisis, habría que sentarse con él a discutir, puesto que fue  ministro de Chávez durante 14 años. El gobierno tenía que escucharlo, no expulsarlo del partido porque estaba haciendo denuncias, hablando sobre la corrupción. Esos mecanismos de diálogo si existen; el venezolano ha demostrado tener una forma de ser totalmente alejada del totalitarismo. Lo ves cuando se acerca una gente de seguridad, oficial, o privada y cuando están fuera de la mirada de sus superiores, y te dicen con respeto: «disculpe embajador yo tuve que tratarlo de esta manera, usted sabe». Es decir hay un país ávido de salidas, y fácil no es pero es perfectamente posible.