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De cómo el bolívar perdió el autobús de las monedas petroleras por Jon Urruzuno

El anuncio histórico  de Standard & Poors el pasado viernes de rebajar la calificación de la deuda norteamericana de la máxima nota AAA a AA+, colocándola por primera vez como bonos soberanos no totalmente seguros, obliga a analizar qué países presentan monedas y bonos más seguros hoy que los Estados Unidos y qué han hecho para alcanzar esa posición.

La mayoría de estas naciones son las llamadas “potencias energéticas”, productores  y exportadores de petróleo y minerales; llámese  Canadá, Australia, Noruega. Es así el dólar norteamericano y el euro se devalúan constantemente ante las monedas de esos países y otros.

Por ejemplo, hace cinco años  con un dólar americano se compraban 1,3 dólares canadienses, hoy la relación es inversa se necesitan 1,05 dólares canadienses para comprar 1 dólar americano.

Igual sucede con el dólar australiano (Aussie) que de una relación 1,6 a 1 hoy está 1 a 1. La corona Noruega también ha tenido una apreciación considerable,  y le sigue el dólar novozelandés. Estos son algunos casos.

El éxito de estos países ha sido el buen uso de los fuertes ingresos petroleros.  Sin escatimar en gasto social, han tenido un gasto publico transparente y adecuado, han invertido en infraestructura  y mantienen herramientas macroeconómicas como el Fondo de Estabilización Macroeconómica, invento noruego en los noventas.

Recordamos que Canadá se convierte en potencia petrolera en los noventas al igual que Australia, Noruega lo hace en los setentas.

Sin ir tan lejos, Brasil y Colombia hoy son percibidos como economías confiables.  El real brasilero y el peso colombiano se han revaluado constantemente con respecto al dólar.  Los bonos soberanos de esos países son muy apetecidos y su prima de riesgo disminuye anualmente.

Lamentablemente, el bolívar nuevo podría estar en ese club de monedas fuertes. Y no está.  Cuando EEUU y Europa sufren su mayor crisis, un país petrolero y energético, con poca población como Venezuela,  podría haber amanecido hoy lunes 8 de agosto como destino seguro de inversiones.

Sin embargo, políticas fiscales erradas, sustitución del Fondo de Estabilización Macroeconómica por el Fonden, falta de transparencia en el gasto público e inestabilidad jurídica, entre otras muchas mediocres políticas económicas, harán que, cuando el dólar se devalúe ante casi todas las monedas del mundo, principalmente las de los países petroleros, el bolívar será de las pocas que no ganará terreno.  Al contrario, seguirá perdiendo terreno.

Este fin de semana pasado, además de haber significado un golpe duro a la economía de Estados Unidos y Europa,  significa que ésta ha sido la década perdida del bolívar.

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El anuncio histórico  de Standard & Poors el pasado viernes de rebajar la calificación de la deuda norteamericana de la máxima nota AAA a AA+, colocándola por primera vez como bonos soberanos no totalmente seguros, obliga a analizar qué países presentan monedas y bonos más seguros hoy que los Estados Unidos y qué han hecho para alcanzar esa posición.

La mayoría de estas naciones son las llamadas “potencias energéticas”, productores  y exportadores de petróleo y minerales; llámese  Canadá, Australia, Noruega. Es así el dólar norteamericano y el euro se devalúan constantemente ante las monedas de esos países y otros.

Por ejemplo, hace cinco años  con un dólar americano se compraban 1,3 dólares canadienses, hoy la relación es inversa se necesitan 1,05 dólares canadienses para comprar 1 dólar americano.

Igual sucede con el dólar australiano (Aussie) que de una relación 1,6 a 1 hoy está 1 a 1. La corona Noruega también ha tenido una apreciación considerable,  y le sigue el dólar novozelandés. Estos son algunos casos.

El éxito de estos países ha sido el buen uso de los fuertes ingresos petroleros.  Sin escatimar en gasto social, han tenido un gasto publico transparente y adecuado, han invertido en infraestructura  y mantienen herramientas macroeconómicas como el Fondo de Estabilización Macroeconómica, invento noruego en los noventas.

Recordamos que Canadá se convierte en potencia petrolera en los noventas al igual que Australia, Noruega lo hace en los setentas.

Sin ir tan lejos, Brasil y Colombia hoy son percibidos como economías confiables.  El real brasilero y el peso colombiano se han revaluado constantemente con respecto al dólar.  Los bonos soberanos de esos países son muy apetecidos y su prima de riesgo disminuye anualmente.

Lamentablemente, el bolívar nuevo podría estar en ese club de monedas fuertes. Y no está.  Cuando EEUU y Europa sufren su mayor crisis, un país petrolero y energético, con poca población como Venezuela,  podría haber amanecido hoy lunes 8 de agosto como destino seguro de inversiones.

Sin embargo, políticas fiscales erradas, sustitución del Fondo de Estabilización Macroeconómica por el Fonden, falta de transparencia en el gasto público e inestabilidad jurídica, entre otras muchas mediocres políticas económicas, harán que, cuando el dólar se devalúe ante casi todas las monedas del mundo, principalmente las de los países petroleros, el bolívar será de las pocas que no ganará terreno.  Al contrario, seguirá perdiendo terreno.

Este fin de semana pasado, además de haber significado un golpe duro a la economía de Estados Unidos y Europa,  significa que ésta ha sido la década perdida del bolívar.

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