El dÃa de ‘Volver al futuro’ finalmente ha llegado. En la pelÃcula Marty McFly viaja al 21 de octubre de 2015 para salvar a sus hijos. La cinta, que fascinó a los espectadores su visión de cómo serÃa el mundo treinta años después, se ha convertido en un clásico. Pero, ¿qué tanto acertó?
¿Carros voladores? No. ¿Realidad virtual? Lista. ¿Videollamadas? SÃ. ¿Tabla de patinar que flota? Más o menos. ¿Ropa que se ajusta? Nada.
Este video que rápidamente se ha vuelto viral en las redes en anticipación a la fecha del ficticio viaje de Marty compara el futuro de hoy al de la pelÃcula:
Las imágenes muestran a un hombre de hoy repasando las escenas de la pelÃcula que mostraban los avances que supuestamente tendrÃamos. Fue creado por Junkee y publicado en su página de Facebook, donde ya más de 700.000 personas la han compartido.
En las fiestas y sesiones maratonianas de cine convocadas en todo el mundo para celebrar la saga, los fans siempre se hacÃan la misma pregunta: ¿cuáles de los pronósticos de la pelÃcula acertarÃan sobre el “futuro”?
Ahora se pueden dar algunas respuestas. El aeropatÃn, ese aparato volador sin ruedas en el que se subÃa McFly -interpretado por Michael J. Fox- sigue siendo una pieza museo, como puede verse en Seattle. Y aún no se puede comprar.
Aunque en Internet circulan un par de videos con esas tablas sin ruedas, se trata de falsificaciones o modelos que sólo funcionan en suelos muy especiales, como un prototipo de suspensión magnética de la firma automotriz Lexus. En base a eso, 2015 no serÃa un futuro tan rompedor como se imaginaban en aquel entonces.
Y lo mismo rige para los robots que sacaban a pasear al perro, o las chaquetas inteligentes que se adaptaban solas al tamaño de quien las llevaba y se secaban en un instante.
Ya hay lectores de huellas dactilares en lugar de picaportes, pero se utilizan casi más como un juguete. El “hidratador” que convertÃa en unos segundos una pequeña pieza en una pizza caliente también está por inventar y lo mismo cabe decir para los automóviles voladores.
“Pero es que se trata de una pelÃcula sobre el futuro y para hacer eso se necesitaban automóviles voladores”, contaba hace cinco años el coautor del guión, Bob Gale, que escribió el libreto junto al cineasta Robert Zemeckis.
Entonces, ¿erraron todos los pronósticos? De ninguna manera, en muchos aspectos la pelÃcula fue increÃblemente visionaria: en aquel futuro ficticio por todas partes colgaban pantallas planas, algo que no podÃa preverse a finales de los años 80. Y las personas se comunicaban por videollamada, algo totalmente posible en la actualidad. Pero en “Volver al Futuro II” se buscan en vano teléfonos móviles, no hay ni rastro de Internet y un mensaje llega a 2015 por fax. ¡Por fax!
Eso sÃ, los asiáticos ya constituÃan una parte fundamental de la economÃa y un cartel publicitaba vacaciones surferas en Vietnam, algo absurdo poco más de diez años después de aquella guerra, pero algo totalmente normal hoy en dÃa para muchos estadounidenses.
Además, en la pelÃcula se ve también un PC de Apple en una tienda de antigüedades. Algo que también podrÃa encontrase hoy en dÃa. Y nada barato.La mala noticia: no existe la lluvia que pare al segundo. La buena: la inflación no es tan alta como para que haya que pagar una Pepsi con un billete de 50 dólares, por mucho que los 6.500 ejemplares de la edición especial que la marca ha hecho para el “Back to the Future Day”, “Pepsi Perfect”, puedan valer mucho más como pieza de colección para los fans.
Los controles de voz para muchos aparatos y la tecnologÃamultimedia ya se veÃan en la pelÃcula, como unas gafas de video al estilo de las Google Glass. Y cuando aparecÃan los datos personales de quien llamaba en la pantalla del teléfono, era casi como si fuera Facebook, solo que 15 años antes de que se inventara la red social.
En lo que respecta a la energÃa, aún no se ha alcanzado el futuro: Cuando el profesor Doc Brown, interpretado por Christopher Lloyd, necesitaba energÃa, tiraba simplemente un par de desperdicios de cocina en el reactor blanco “Mr. Fusion”.
Curiosamente, ese suministrador de combustible para la máquina del tiempo, el “condensador de fluzo (o flujo)”, se inspiró en un molino de café de la marca alemana Krups.
*Con información de Tal Cual y CNN