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La Crisis en Europa no es sólo económica por Adriana Boersner


Las noticias que sobre la crisis llegan desde el viejo continente a América Latina parecieran tener un matiz meramente económico, sin tener en cuenta que los problemas sociales y políticos están haciendo mella igualmente en la estabilidad de gran parte de los países de la zona euro.

España por ejemplo, vive hoy por hoy una falta de legitimidad política, en donde los dos partidos dominantes de la escena nacional, Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se han visto golpeados por falta de asumir compromisos y no poder solucionar la situación financiera con planes claros de acción, además de darle la espalda a problemas socio-económicos como el nivel de paro,  las finanzas de los gobiernos autónomos que revelan cada vez mayores desequilibrios y la crisis del sector hipotecario que siguen siendo bandera de reclamos desde movimientos como el 15-M. La falta de legitimidad de estos dos partidos desde una inmensa mayoría de jóvenes desencantados, está poniendo en tela de juicio el sistema representativo que hasta ahora había gobernado en la España democrática.

Por otro lado,  el ascenso de partidos de derecha radical en Europa y su influencia en el seno de sus sociedades,  además de los grupos  clandestinos que actúan con una agenda propia, están tomando cada vez más fuerza ante insuficientes políticas para aplacar crisis internas de gobiernos tanto de izquierda como de derecha moderada.

La tragedia de Noruega con el caso de Anders Behring Breivik ha desencadenado nuevamente en los países más nórdicos del continente europeo, temores que parecían haberse borrado tras episodios nefastos de la historia como el de la época de Hitler, Mussolini o Franco. Encender la televisión europea y ver el miedo de los jóvenes y no tan jóvenes por un porvenir no tan claro, está socavando las bases de gobiernos que hasta ahora habían sido democráticos, y que ahora están en peligro de recaer en formas conservadoras para dar respuesta a los miedos y los problemas.

Francia vive sus escándalos políticos a la luz de los periódicos amarillistas, al igual que ocurre con el gobierno de Berlusconi, los cuales se encargan de sobredimensionar y darle una importancia superior a eventos como los de Dominique StraussKahn, el embarazo de la primera dama Carla Bruni o  el harén de Berlusconi, mientras políticas como la prohibición del velo y el burka en sitios públicos en países como Francia y Bélgica, intentan evitar que movimientos y grupos islámicos tomen mayores espacios en Europa. Con ello se pone en tela de juicio la verdadera política de inclusión y de diálogo intercultural que se pretendía años atrás, y del cual ya la canciller alemana Angela Merkel en meses anteriores ha calificado como un fracaso, al menos desde la óptica de la gran Alemania.

La crisis de deuda soberana en Europa está en la agenda del Fondo Monetario Internacional, al igual que la deuda de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que más allá del problema económico financiero de Grecia y de que Portugal, España e Italia están en el grupo de las economías que se ven presionadas por la comunidad internacional para aplicar programas de reajuste económico, los problemas económicos no son los únicos que han de solucionar los gobiernos de los países de la zona euro para salir de la crisis que está atravesando desde 2007 en adelante.

Por Adriana Boersner Herrera

Twitter: @aboersner   @diploos

http://diploos.com

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Las noticias que sobre la crisis llegan desde el viejo continente a América Latina parecieran tener un matiz meramente económico, sin tener en cuenta que los problemas sociales y políticos están haciendo mella igualmente en la estabilidad de gran parte de los países de la zona euro.

España por ejemplo, vive hoy por hoy una falta de legitimidad política, en donde los dos partidos dominantes de la escena nacional, Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se han visto golpeados por falta de asumir compromisos y no poder solucionar la situación financiera con planes claros de acción, además de darle la espalda a problemas socio-económicos como el nivel de paro,  las finanzas de los gobiernos autónomos que revelan cada vez mayores desequilibrios y la crisis del sector hipotecario que siguen siendo bandera de reclamos desde movimientos como el 15-M. La falta de legitimidad de estos dos partidos desde una inmensa mayoría de jóvenes desencantados, está poniendo en tela de juicio el sistema representativo que hasta ahora había gobernado en la España democrática.

Por otro lado,  el ascenso de partidos de derecha radical en Europa y su influencia en el seno de sus sociedades,  además de los grupos  clandestinos que actúan con una agenda propia, están tomando cada vez más fuerza ante insuficientes políticas para aplacar crisis internas de gobiernos tanto de izquierda como de derecha moderada.

La tragedia de Noruega con el caso de Anders Behring Breivik ha desencadenado nuevamente en los países más nórdicos del continente europeo, temores que parecían haberse borrado tras episodios nefastos de la historia como el de la época de Hitler, Mussolini o Franco. Encender la televisión europea y ver el miedo de los jóvenes y no tan jóvenes por un porvenir no tan claro, está socavando las bases de gobiernos que hasta ahora habían sido democráticos, y que ahora están en peligro de recaer en formas conservadoras para dar respuesta a los miedos y los problemas.

Francia vive sus escándalos políticos a la luz de los periódicos amarillistas, al igual que ocurre con el gobierno de Berlusconi, los cuales se encargan de sobredimensionar y darle una importancia superior a eventos como los de Dominique StraussKahn, el embarazo de la primera dama Carla Bruni o  el harén de Berlusconi, mientras políticas como la prohibición del velo y el burka en sitios públicos en países como Francia y Bélgica, intentan evitar que movimientos y grupos islámicos tomen mayores espacios en Europa. Con ello se pone en tela de juicio la verdadera política de inclusión y de diálogo intercultural que se pretendía años atrás, y del cual ya la canciller alemana Angela Merkel en meses anteriores ha calificado como un fracaso, al menos desde la óptica de la gran Alemania.

La crisis de deuda soberana en Europa está en la agenda del Fondo Monetario Internacional, al igual que la deuda de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que más allá del problema económico financiero de Grecia y de que Portugal, España e Italia están en el grupo de las economías que se ven presionadas por la comunidad internacional para aplicar programas de reajuste económico, los problemas económicos no son los únicos que han de solucionar los gobiernos de los países de la zona euro para salir de la crisis que está atravesando desde 2007 en adelante.

Por Adriana Boersner Herrera

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