Con Cientos De Escoltas Los Funcionarios Rojos No Sienten La Inseguridad
Cerca del apartamento de Cilia Flores en El Paraíso se nota a leguas una tanqueta de la Guardia Nacional. Lo mismo en las cercanías de las residencias de varias decenas de funcionarios, diputados, magistrados y militares afectos al proceso bolivariano.
Personajes coprófagos como el de La Hojilla, quien tiene más de treinta custodios con motos de alta cilindrada y vehículos blindados puestos por el gobierno, son el común denominador en medio del país que tienen la muy lamentable condición de tener la primera o la segunda tasa global de delincuencia y criminalidad. Solamente en las últimas 72 horas ha quedado demostrado fehacientemente lo que aquí denunciamos: los asesinatos de dos escoltas rojitos, uno el martes, Celes Abreu que formaba parte del equipo de seguridad del diputadito escandaloso y gritón Robert Serra (decía el gran poeta Andrés Eloy Blanco que un diputado nuevo sonaba más que un carro viejo) y otro, José Manuel Pérez Castillo, asesinado en el kilómetro 3 de El Junquito y que integraba la treintena de escoltas de Mario Silva, el más violento y vulgar vocero del régimen, para quien no hay ley que valga, y quien despacha desde su bunker en la misma zona.
Ya antes, el 11 de julio del año pasado otro escolta del animador de la revolución con sus escatológicos discursos por el canal del gobierno todas las noches, había sido asesinado en el barrio El Huete de Cagua. Su nombre era José Gregorio Guevara Mendoza. Los dos asesinos de éste fueron capturados el pasado 4 de Octubre.
Otros asustadizos miembros VIP del régimen reciben protección adicional viviendo en hoteles lujosos como el Meliá Caracas y los funcionarios, diputados o ministros que no tienen casa propia en Caracas se alojan en los hoteles Alba de la capital.
Todos esos gastos que asume el gobierno los pagamos los contribuyentes al fisco nacional.
Patria socialista y gastos…viviremos.