Frente a la Misión Vivienda, mejor tarjeta única. Hinterlaces descubrió el impacto electoral de la Misión Vivienda. En la arrancada. Falta ver si el gobierno cumple. Pero para anticiparse, a la oposición no le queda otra que apurar lo de la tarjeta única. Hacer campaña por ella. Recoger firmas de apoyo. Movilizar partidos por ella. Y así elevar las expectativas. Pues tanto el candidato Chávez como el candidato de la oposición parten con un respaldo sólido del 40%. Y si la Misión Vivienda le suma al gobierno, ¿cuánto no sumará la tarjeta única a la candidatura opositora? ¿O cuánto le restará la tarjeta única al candidato Chávez? De modo que aquellos partidos como Primero Justicia, y aquel precandidato, como Henrique Capriles, que calculan lo contrario, deben bajar las ansias, e inclinarse por la tarjeta única, que el objetivo en 2012 es derrotar a Chávez y no construir partidos. Que si Chávez gana no habrá partidos. En cambio, sacrificando la tarjeta partidista, el futuro pinta mejor para el partido, aunque ello parezca una paradoja.
Frente a la Misión Vivienda, mejor tarjeta única. Hinterlaces descubrió el impacto electoral de la Misión Vivienda. En la arrancada. Falta ver si el gobierno cumple. Pero para anticiparse, a la oposición no le queda otra que apurar lo de la tarjeta única. Hacer campaña por ella. Recoger firmas de apoyo. Movilizar partidos por ella. Y así elevar las expectativas. Pues tanto el candidato Chávez como el candidato de la oposición parten con un respaldo sólido del 40%. Y si la Misión Vivienda le suma al gobierno, ¿cuánto no sumará la tarjeta única a la candidatura opositora? ¿O cuánto le restará la tarjeta única al candidato Chávez? De modo que aquellos partidos como Primero Justicia, y aquel precandidato, como Henrique Capriles, que calculan lo contrario, deben bajar las ansias, e inclinarse por la tarjeta única, que el objetivo en 2012 es derrotar a Chávez y no construir partidos. Que si Chávez gana no habrá partidos. En cambio, sacrificando la tarjeta partidista, el futuro pinta mejor para el partido, aunque ello parezca una paradoja.