¿Está justificada la fama de la calidad de los médicos cubanos?
Vía BBC Mundo
Cuba se ha labrado en el último medio siglo una imagen como potencia médica.
A los miles de médicos formados en la isla desde el inicio de la revolución liderada por Fidel Castro, se le suman las estadísticas que demuestran que el país caribeño ha logrado mantener los principales indicadores sanitarios al nivel de las naciones más desarrolladas.
De donde están menos acostumbrados a escuchar halagos los cubanos es de Estados Unidos.
Pero en los últimos días al país le han llovido buenas palabras de su vecino del norte a cuenta de la labor de sus médicos en el exterior y concretamente por el envío de personal sanitario a los países más afectados por el ébola para tratar de contener la epidemia.
“Cuba, un país de apenas 11 millones de habitantes, ha enviado 165 profesionales de salud y prevé enviar cerca de 300 más”, sostuvo el viernes el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
El despliegue de médicos cubanos en el exterior no es nuevo: más de 50.000 de sus doctores prestan servicios en 66 países de América Latina, África y Asia.
¿Fama o mito?
Para el representante de la Organización Panamericana de Salud (OPS) en Cuba, José Luis Di Fabio, el éxito de la medicina en la isla, se debe a la formación y al enfoque preventivo del sistema sanitario cubano.
“La formación médica en Cuba y el sistema de salud se basa en la atención primaria, donde tenemos un médico de familia responsable de una población de unas mil personas, donde hay una relación estrecha del médico con la familia (…) Hay mucha experiencia en un trabajo de promoción de la salud y prevención y mucho contacto con la comunidad”, le dice Di Fabio a BBC Mundo.
Además, Di Fabio destaca que los médicos cubanos se educan “en el concepto de internacionalismo, de solidaridad” y que, como parte de su formación, deben trabajar en misiones en los lugares más remotos, a donde no llegan otros doctores.
La salud en Cuba es pública, gratuita y muchas medicinas están subvencionadas. No existen hospitales privados ni seguros médicos.
Además, la enseñanza de la medicina también gratis. La carrera básica se estudia por seis años y es muy práctica. Desde el segundo año los alumnos cambian las aulas por salas de hospitales, y atiende pacientes con todo tipo de enfermedad.
Cuando un estudiante cubano se gradúa, es posible que haya realizado más operaciones que estudiantes de medicina de países desarrollados.
Preparación cuestionada
Sin embargo, en los últimos años, la preparación de los médicos cubanos ha sido puesta en tela de juicio en países como Brasil, Bolivia, Costa Rica o Chile que han calificado de deficiente la formación de los doctores cubanos que buscaban la revalidación en esos países.
A eso se suman las quejas de un grupo de estudiantes paquistaníes que cursaron medicina en Cuba y al regresar a su país lamentaron que las escuelas de medicina de la isla estaban mal equipadas y la calidad de la educación era inferior a la de Pakistán, por lo que no podrían aprobar la prueba del Consejo Médico y Dental del país para revalidar sus títulos.
¿Se sostiene entonces la fama de la calidad de la medicina cubana?
Ciertamente el sistema de salud cubano sigue presentando unos resultados mucho mejores que los de otros países en desarrollo.
En algunos indicadores, como mortalidad infantil o esperanza de vida, Cuba compite con los niveles de los países más avanzados.
La mortalidad infantil de 4,2 por cada mil nacimientos es menor que la de EE.UU. y la esperanza de vida de 79,4 años es superior a la de casi toda Latinoamérica y a la de muchos países europeos.
Algunos expertos aseguran que el deterioro de la medicina cubana se debe en parte a las misiones de médicos al exterior.
La exportación de servicios médicos se ha convertido en una de las principales fuente de ingresos para Cuba, por encima del turismo. En 2011, representó más de US$6.000 millones.
Esta necesidad de formar más médicos ha hecho que el gobierno recurra a la formación de especialistas emergentes, graduando a alumnos de cursos más cortos.
Además, muchos de los médicos que Cuba envía a estas misiones aún no están graduados de la carrera.
“Negocio perfecto”
Para el representante de la OPS en Cuba, con las misiones se puede ver la voluntad del gobierno y del sistema de salud cubano de apoyar a otros países del mundo.
“Lo llevan haciendo por más de 50 años en todo momento, en momentos de necesidad, de emergencia como en los huracanes George y Mitch en Centroamérica. Lo hicieron con el terremoto de Paquistán enviando casi 2000 trabajadores de salud. Fueron los primeros que llegaron y los últimos que se fueron”, le dice Di Fabio a BBC Mundo.
Sin embargo, como afirma Julio César Alfonzo, médico cubano que se exilió a EE.UU. en 1999, algunos de estos médicos ni siquiera han completado sus estudios en Cuba.
“Es un negocio perfecto porque ganas una gran cantidad de dinero y te anotas el papel de héroe ante la comunidad internacional”, le dice Alfonzo a BBC Mundo, director de la ONG Solidaridad sin Fronteras, que desde 2009 ha asistido a más de 5.000 médicos cubanos llegados a EE.UU. para integrarse en el sistema de salud estadounidense.
Y pese a que lamenta la menor preparación de los recién llegados, destaca que sus cualificaciones siguen siendo altas y podrían ser de gran ayuda para el sistema de salud estadounidense que, a su juicio, tiene un déficit de médicos tras la reforma patrocinada por la administración de Barack Obama.
De la misma opinión es Adrián Luis Sosa, un médico general de 39 años que se exilió a EE.UU. el año pasado, cuya meta actual es conseguir la revalidación de su título en ese país.
Para Sosa, el sistema sanitario estadounidense ganaría mucho con la aceptación de más doctores formados en Cuba.
Y es que, pese a reconocer que EE.UU. cuenta con mayores recursos tecnológicos, para él la atención al paciente en Cuba es “mucho mejor”.
“Siempre llevo grabada la enseñanza de un profesor que me decía que mirase a cada paciente como si fuera mi padre o mi madre”, le dice a BBC Mundo. “Pero aquí la medicina es estrictamente un negocio”.