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¿Qué pasa realmente en la Unidad? por Darío Ramírez

caminos

 

Uno de los mayores daños que ha causado estos ya casi 16 años de involución en Venezuela, ha sido que la gente prácticamente no entienda o acepte el debate de ideas público. Nos han transformado en soldados del pensamiento, solo queremos recibir órdenes, “Que aparezca un líder y nos saque de esto”, se ha vuelto la súplica de casi cada venezolano.

Hoy vemos a una mesa de la unidad que públicamente no comulga con las mismas ideas de cómo enfrentar el desastre de desgobierno que ha instaurado este régimen liderado por malandros y mafiosos sin la más mínima idea de cómo crear políticas y cuyo único objetivo es robar y quebrar el país. Muchos se decepcionan y se sienten perdidos al ver a un Capriles que opina distinto a un Leopoldo y sienten que entonces todo está perdido.

Se dice que la mayor disyuntiva que existe en la mesa es entre la Asamblea Nacional Constituyente (personalmente creo y profeso es la verdadera solución a la situación actual) y esperar a las elecciones parlamentarias para tener mayoría de diputados y así ir generando las condiciones que harían que en 4 años ganásemos la Presidencia de la República.

Pero ¿es realmente esa la discusión dentro de la MUD? Realmente no, esa es solo una consecuencia de la que es la verdadera diferencia que hay hoy entre un grupo de partidos y otro.

¿Qué estamos enfrentando? Un grupo cree que seguimos ante un modelo político que tiene cautivado a un sector mayoritario del país y que debe ser derrotado por una victoria contundente en las urnas electorales bajo sus condiciones y normas sin protestar, sino haciendo un trabajo uno a uno. Por otro lado, estamos quienes creemos que este modelo dejó de ser una ideología para transformarse en un sistema dictatorial moderno que ha secuestrado cada institución y las utiliza para defenderse y mantenerse en el poder y solo será derrotado mediante la protesta pacífica de calle, de la mano con un momento electoral generado por el mismo pueblo, no por ellos, que le genere costos inmediatos.

Si tuviésemos que hacer una metáfora de la situación a través de una pelea de boxeo estaríamos hablando de dos tipos de entrenadores: el primero sabe que el árbitro está vendido al contrincante, que el cuadrilátero está hecho a la medida del contrincante, que no lo dejan usar guantes mientras que el adversario tiene puyas en los suyos y que además le amarran una mano para la pelea, su estrategia es lanzar los golpes por donde el contrincante le pide que lo haga. Pero está convencido de que podrá de esta manera debilitarlo dando un golpe lo suficientemente fuerte que hará que el árbitro se convenza y que el público lo proclame.

Por el otro lado está el entrenador que sabe todas estas desventajas pero que decide no lanzar los derechazos que espera y desea el contrincante sino que se reinventa, se sale del cuadrilátero y anima al público a unirse con él, que saca a su contrincante de esa zona de confort en la cual su trampa está no solo permitida sino prácticamente promovida al no hacer nada al respecto. Este otro entrenador sabe que no existe manera de ganar bajo ese sistema y por eso sabe también que solo la presión del público puede forzar un cambio y solo asumiendo que esta es una situación extraordinaria y tomando medidas extraordinarias, podrá alcanzarse un cambio real.

Querido lector: no permita que su esperanza la manejen las decisiones de otro, actívese usted y genere decisiones que movilicen a su entorno y antes de que se lo imagine será un líder que podrá transformar realidades y generar esperanzas. Salvar a Venezuela es una tarea compartida y no exclusiva de uno o dos líderes.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda

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Uno de los mayores daños que ha causado estos ya casi 16 años de involución en Venezuela, ha sido que la gente prácticamente no entienda o acepte el debate de ideas público. Nos han transformado en soldados del pensamiento, solo queremos recibir órdenes, “Que aparezca un líder y nos saque de esto”, se ha vuelto la súplica de casi cada venezolano.

Hoy vemos a una mesa de la unidad que públicamente no comulga con las mismas ideas de cómo enfrentar el desastre de desgobierno que ha instaurado este régimen liderado por malandros y mafiosos sin la más mínima idea de cómo crear políticas y cuyo único objetivo es robar y quebrar el país. Muchos se decepcionan y se sienten perdidos al ver a un Capriles que opina distinto a un Leopoldo y sienten que entonces todo está perdido.

Se dice que la mayor disyuntiva que existe en la mesa es entre la Asamblea Nacional Constituyente (personalmente creo y profeso es la verdadera solución a la situación actual) y esperar a las elecciones parlamentarias para tener mayoría de diputados y así ir generando las condiciones que harían que en 4 años ganásemos la Presidencia de la República.

Pero ¿es realmente esa la discusión dentro de la MUD? Realmente no, esa es solo una consecuencia de la que es la verdadera diferencia que hay hoy entre un grupo de partidos y otro.

¿Qué estamos enfrentando? Un grupo cree que seguimos ante un modelo político que tiene cautivado a un sector mayoritario del país y que debe ser derrotado por una victoria contundente en las urnas electorales bajo sus condiciones y normas sin protestar, sino haciendo un trabajo uno a uno. Por otro lado, estamos quienes creemos que este modelo dejó de ser una ideología para transformarse en un sistema dictatorial moderno que ha secuestrado cada institución y las utiliza para defenderse y mantenerse en el poder y solo será derrotado mediante la protesta pacífica de calle, de la mano con un momento electoral generado por el mismo pueblo, no por ellos, que le genere costos inmediatos.

Si tuviésemos que hacer una metáfora de la situación a través de una pelea de boxeo estaríamos hablando de dos tipos de entrenadores: el primero sabe que el árbitro está vendido al contrincante, que el cuadrilátero está hecho a la medida del contrincante, que no lo dejan usar guantes mientras que el adversario tiene puyas en los suyos y que además le amarran una mano para la pelea, su estrategia es lanzar los golpes por donde el contrincante le pide que lo haga. Pero está convencido de que podrá de esta manera debilitarlo dando un golpe lo suficientemente fuerte que hará que el árbitro se convenza y que el público lo proclame.

Por el otro lado está el entrenador que sabe todas estas desventajas pero que decide no lanzar los derechazos que espera y desea el contrincante sino que se reinventa, se sale del cuadrilátero y anima al público a unirse con él, que saca a su contrincante de esa zona de confort en la cual su trampa está no solo permitida sino prácticamente promovida al no hacer nada al respecto. Este otro entrenador sabe que no existe manera de ganar bajo ese sistema y por eso sabe también que solo la presión del público puede forzar un cambio y solo asumiendo que esta es una situación extraordinaria y tomando medidas extraordinarias, podrá alcanzarse un cambio real.

Querido lector: no permita que su esperanza la manejen las decisiones de otro, actívese usted y genere decisiones que movilicen a su entorno y antes de que se lo imagine será un líder que podrá transformar realidades y generar esperanzas. Salvar a Venezuela es una tarea compartida y no exclusiva de uno o dos líderes.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda

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