Dueño de empresa Tecnobreaks habla desde Panamá: “Voy a demandar a compradores de El Universal”
Carlos Odín Velazco, empresario venezolano radicado en la capital del itsmo, emprenderá acciones legales porque considera que el abogado José Alejandro Quiodettis usó su nombre para cometer un acto ilícito. Alega que le dieron un golpe de Estado para colocar como dueños a los españoles dueños de Epalisticia, la otra empresa supuestamente compradora del diario venezolano
Tamoa Calzadilla
@tamoac
El nombre de Carlos Odín Velazco Cuello salió a la luz con la compra del diario El Universal, en julio de 2014, y él fue el primer sosprendido. Se enteró por un tuit el 10 de julio, a las 6 pm, y comenzó a revisar cómo se hablaba de que la empresa Tecnobreaks INC. que fundó junto a su padre, Carlos Eduardo Velazco Mora (6/7/2011), como la que acababa de adquirir el centenario periódico.
Velazco Cuello y su padre, oriundos de Cumaná (Sucre), crearon la sociedad anónima en el país centroamericano con el fin de importar partes para vehículos, porque además son propietarios de TecnoFrenos Cumaná. Para eso, debieron cumplir con la ley panameña que obliga a tener contrapartes nacionales y buscaron por recomendación al abogado José Alejandro Quiodettis. De tal manera que padre e hijo Velazco tenían 49% cada uno y el restante 2% pertenecía a los socios panameños: 1% a Quiodettis y el otro 1% a Nelson Guevara Samudio, según cuenta Velazco Cuello y consta en documentos.
En febrero de 2014, el abogado Quiodettis hace un documento que Velazco Cuello califica como el golpe de Estado, pues le quita la presidencia para dársela a Eduardo Escribano López de La Osa; y saca de la dirección y tesorería a su padre Velazco Mora para otorgársela a José Luis Otero Basanta , aparecen también como dueños (presidente y representante) de la compañía española Epalisticia que finalmente ejecuta la compra de El Universal. Esta “Matrioska” empresarial es similar a la que se constituyó para adquirir la Cadena Capriles. Ninguna de las dos compra-ventas de medios queda clara para nadie. Pero con la querella que introducirá Velazco en Panamá, volverá la pregunta ¿Quién es el verdadero dueño de El Universal?
– ¿Qué fue lo primero que hizo al enterarse de que su nombre y empresa estaban involucrados?
Lo primero que hice fue llamar al señor José Alejandro Quiodetti para que me diera explicación de lo ocurrido y nos reunimos a los dos días aproximadamente junto a uno de mis abogados.
– ¿Usted conoce a la empresa Epalisticia y a sus socios españoles?
Según las investigaciones realizadas por periodistas y que yo constaté por Internet, Epalisticia es una empresa fundada en el año 2013 con un capital de 3.500 euros y no creo que pudiera con ese capital adquirir el periódico. Mi empresa tenía un capital de 10.000 dólares, el cual ellos subieron este año a un millón sin mi consentimiento, sin mi aprobación y mucho menos mi firma, para realizar las negociaciones, de igual manera desconozco si tiene cuentas en otros países o acá en Panamá. Lo que sí te puedo decir es que yo nunca le aperturé alguna cuenta bancaria ni acá ni en el mundo. Y la relación ahorita es que mi empresa es socia única de Epalisticia (ellos lo tendrán que informar). En pocas palabras, en estos momentos soy el único dueño del periódico El Universal.
– ¿Cuál es su hipótesis de lo que está pasando?
Esa es la pregunta que todo el mundo desearía que fuese respondida y yo soy el primero, pues soy el mayor afectado. Son unos payasos que creen que uno es un niño de 8 años. Me han nombrado, según ellos, dos dueños o compradores que de solo verlos directamente a los ojos supe que era una mentira y da risa que alguno de ellos este interesado en la compra de El Universal e invertir en Venezuela. En mi opinión necesitaban una empresa que no fuese venezolana o creada en Venezuela. Tenía que ser en un país donde se pueda realizar muchas cosas, en este caso Panamá, pero que el dueño sea venezolano para aplicar la ley de 1992 empleada cuando Carlos Andrés Pérez, con GacetaOficial Nº 34.930, del 25 de marzo de 1992, y Decreto Nº 2095, del 13 de febrero de 1.992, que según el artículo 26 establece que “Quedan reservadas las empresas nacionales los siguientes sectores de la actividad económica: a) La televisión y la radiodifusión; los periódicos en idioma castellano”, que solo deben ser venezolanos. Ellos trataron de usar tres países para despistar sobre el verdadedo dueño de El Universal. Acá en Panamá, las sociedades pueden mantener en la clandestinidad, por seguridad, el nombre del verdadero dueño. Pensaron que yo podría ser una persona manejable, de bajo perfil y con una empresa fundada hace tres años y que no ha tenido ninguna actividad.
-¿Y cómo entra Quiodettis en todo esto? ¿Cómo lo conoció?
A él me lo recomendaron como abogado para registrar la empresa y yo a su vez también lo recomendé a otros para establecerse aquí en Panamá como empresarios. Imagínate. No sé cómo fueron las conversaciones con Quiodettis, pero supongo que ofrecieron una buena cantidad de dinero para utilizar la empresa, dejarme en la junta directiva y así, si algo se ventilaba, fuese yo quien saliera a la palestra. Siendo venezolano, y según el decreto de 1992, Tecnobreaks INC. podía ser la empresa que adquiriera El Universal. Con mi compañía compraron otra de bajo perfil que es Epalisticia, fundada en 2013, que figura como socio único, y con ella directamente negocian el periódico. Cuando chequean documentos, ven una tal Tecnobreaks, pero por España nunca consiguieron nada de ella, ya que mi empresa fue fundada en otro país. Ellos creyeron que iba a ser casi imposible que descubrieran de dónde eran y probablemente hasta allí llegarían las informaciones, pero no tenían en cuenta que hay muchos periodistas de investigación que se dieron a la tarea de investigar y llegar a mí, e ir destapando la olla.
-¿En qué consiste la querella y contra quiénes va?
Voy a introducir en las próximas horas una demanda civil y penal en contra de los autores materiales de la compra del periódico El Universal, en la que estoy inmerso, ya que no he obtenido respuesta satisfactoria por parte del abogado Alejandro Quiodettis, quien fue el autor de la estafa realizada con mi buen nombre y utilizando de manera ilícita y fraudulenta mi empresa. Pero también voy contra los españoles: Eduardo Escribano López de La Osa y José Luis Otero Basanta.
-¿Por qué decide demandar? ¿Qué busca?
Busco resolver los hechos donde me involucran pero para eso primero se necesitaba dialogar y tratar de resolver o buscar la mejor manera de limpiar mi nombre. Alejandro me pidió el 17 de julio en una reunión a solas los dos una oportunidad de arreglar todo, cosa que jamás realizo o cumplió y lo que hicieron fue dar tiempo para que el tema se olvidara. Mientras tanto, yo recuperé mis documentos originales que me faltaban. Siempre tuve presente la demanda como punto principal para resolver mi problema y de esta manera por medio de la investigaciones que entre todos realicemos (periodistas, abogados y personas interesadas en España, Panamá y de repente Venezuela) llegar a esclarecer muchas cosas; y, por supuesto, obtener mi indemnización por los daños y perjuicios, daños morales, psicológicos y usurpación de mi empresa para adquirir bienes sin mi consentimiento y cualquier tipo de delito que surja como resultado de la investigación.
-¿Qué tanto afectó esto a su familia?
Los primeros días fueron un infierno una locura, no lograba reaccionar, estaba en shock pues la sorpresa era de magnitud gigantesca. No dormía, sentía mucho miedo y nervio pero antes de la reunión, la primera con Alejandro, creía que esto podría ser una equivocación y que posiblemente era otra empresa con un nombre parecido al mío y esperaba que eso en días se aclarara. Pero me llevé otra sorpresa cuando me dijo que sí la vendió, que cometió un error en no informarme y que en días esto se iba a arreglar, cosa que jamás sucedió. Me preocupaba mi familia y el riesgo que tenían en Venezuela y mi intención era traérmelos a Panamá lo antes posible, dejé de visitar sitios públicos por el miedo de que la gente me reconociera y de alguna manera me tildaran de boliburgués, testaferro y cualquier improperio muy común hoy en día por los problemas políticos de nuestro país. Igual los recibí por las redes sociales; y de esa forma, los verdaderos involucrados en la compra del periódico lograron mantenerme preso en mi propia casa. Ahí se habla de montos que yo jamás he manejado, por ejemplo.
Carlos Odín Velazco Cuello insite en que no ha dormido; que sabe que esto le traerá consecuencias. La última vez que vio a Quiodettis fue en el aeropuerto de Tocumén, en Ciudad de Panamá, mientras esperaba a unos familiares. Cruzaron pocas palabras. Un “tenemos qué hablar”. Quiodettis tiene perfil, poca actividad y fotos en Facebook, pero no contesta a preguntas incómodas. Su celular repica y repica y, después de varios intentos escribe que hay que esperar. Va a hablar, promete. Pero no aún.
Esta historia continuará.
Si quiere ver el acta constitutiva de Tecnobreaks INC en julio de 2011, mire aquí.
Y si quiere ver el documento en el que los Velasco son desplazados por los españoles de Epalisticia, el 14 de febrero de 2014, mire aquí.
Vea más de este caso: Así se gestó la venta del diario venezolano El Universal