ONU alerta sobre proliferación de crisis en el mundo
A pesar de que los conflictos y las crisis humanitarias existentes no mejoran y a ellas se suman otras nuevas, la ONU alertó este lunes que no consigue los fondos necesarios para paliar las consecuencias de estas situaciones y, a mitad de año, sólo ha obtenido un 30 por ciento del dinero solicitado.
Actualmente, hay tres crisis humanitarias en el mundo calificadas por la ONU y la comunidad asistencial como de nivel 3, el máximo: Siria, República Centroafricana y Sudán del Sur.
Además, existen graves problemas en varios países con posibilidades de convertirse en catástrofes de enorme envergadura, como en Somalia, Sudán, Yemen, Ucrania y, el más reciente, Irak, sin citar las decenas de conflictos latentes o activos que pueden empeorar.
Pese a ello, la comunidad internacional sólo ha aportado un 30 % de los fondos que la ONU solicitó para hacer frente este año a las crisis existentes.
Según explicó en rueda de prensa la secretaria general adjunta de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, la organización solicitó este año 16.900 millones de dólares y hasta la fecha sólo se han obtenido 5.200 millones, “lo que significa que aún faltan 11.700 millones”.
“Nuestras capacidades están al límite, necesitamos aumentar nuestra respuesta”, afirmó Amos, quien asumió que las necesidades aumentan porque en muchos casos no existe voluntad política.
A su juicio, “en muchas de las crisis humanitarias que son consecuencia de un conflicto, las necesidades han crecido porque no se ha encontrado una solución política. Si se lograran soluciones políticas que acabaran con los conflictos, veríamos una reducción de las necesidades humanitarias”.
Amos recordó que la voluntad política y las soluciones políticas no sirven exclusivamente para acabar con un conflicto, sino que también ayudan a permitir, por ejemplo, el acceso a zonas donde hay personas que necesitan ayuda desesperadamente.
Precisamente, Siria es uno de los lugares donde el acceso a las personas necesitadas sigue estando muy obstaculizado y, de hecho, ha empeorado en las últimas semanas, en especial tras las elecciones presidenciales.
En este país devastado por la guerra 9,3 millones de personas necesitan ayuda para sobrevivir y otros 2,8 millones han tenido que abandonar su tierra y refugiarse en las naciones limítrofes.
“En las últimas semanas el acceso se está complicando aún más porque antes se podía negociar con las autoridades locales y ahora todo el sistema se ha centralizado”, añadió.
Con respecto a los efectos que la crisis en Irak pueda tener en Siria, Amos opinó que “es demasiado pronto para decirlo”.
No obstante, se mostró muy preocupada por los nuevos desplazamientos en Irak -más de 500.000 personas que escaparon de la ciudad de Mosul la semana pasada- que se suman a los que ya existían tanto de los propios iraquíes como de sirios que habían huido de la guerra en su país.
La semana pasada, los rebeldes yihadistas del grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL o ISIS, según sus siglas en inglés) se hicieron con el control de varias zonas del norte, entre ellas Mosul (la segunda ciudad del país), y amenazan con avanzar hasta Bagdad y los santuarios chiíes de Kerbala y Nayaf.
Respecto a las condiciones de vida en esas localidades, Amos afirmó que ya existe escasez de alimentos, de combustible y de electricidad. Explicó que el Gobierno iraquí tiene reservas de comida almacenada y podría distribuirlas.
La propia organización, agregó, podría repartir la comida que estaba destinada a Siria entre la población iraquí, pero esta decisión debería hacerse con el consentimiento de los donantes.
Otra situación que empeora es la de Ucrania, donde, de acuerdo con la ONU, ya hay 19.000 desplazados internos provenientes del sur y el este del país, a los que tal vez habría que sumar otras 15.000 personas que han abandonado sus hogares, según informaciones de fuentes locales no confirmadas oficialmente por Naciones Unidas.