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Editorial del Diario las Américas: De la palabra al hecho

Es decepcionante que John Kerry se limitara únicamente a realizar una denuncia de la situación en Venezuela, que es sobra conocida

“Estados Unidos está profundamente preocupado por la situación en Venezuela”. Éstas fueron las declaraciones de John Kerry, la máxima figura en la política exterior de la administración de Barack Obama el miércoles en Washington en una conferencia de prensa dedicada a analizar la situación de la región. Otra declaración hubiera sido escandalosa, ante la violación continua -registrada y documentada por numerosas asociaciones de derechos humanos independientes- que padece el país.

Estamos seguros de que el secretario de Estado tiene en su escritorio todos los datos de los presos políticos, las represiones, las golpizas y represión que están padeciendo los manifestantes, así como de todas las anomalías que hacen que la democracia en Venezuela sólo exista de forma nominal. Por eso es decepcionante que la mano ejecutora de Barack Obama fuera de las fronteras de Estados Unidos se limitara únicamente a realizar una denuncia de la situación que es sobra conocida. Para eso no es necesario hacer una conferencia de prensa.

Si realmente John Kerry cree en las palabras que él mismo pronunció, no se entiende que critique la terrible situación de país pero no ofrezca ninguna pista sobre las acciones que está realizando desde su departamento para tratar de solucionar el terrible panorama en el que viven los venezolanos. Cierto que mostró su apoyo al diálogo que hay entre la oposición y el Gobierno, pero de sobra sabe Kerry que los mecanismos que tiene la mayor potencia del mundo van más allá de las declaraciones diplomáticas cuyos efectos prácticos son nulos. No vimos una diplomacia de hierro en guante de seda, como se podría esperar. Lo que presenciamos fueron declaraciones muy medidas que vuelven a demostrar que es más fácil hablar que actuar.

Diario las Américas 

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Es decepcionante que John Kerry se limitara únicamente a realizar una denuncia de la situación en Venezuela, que es sobra conocida

“Estados Unidos está profundamente preocupado por la situación en Venezuela”. Éstas fueron las declaraciones de John Kerry, la máxima figura en la política exterior de la administración de Barack Obama el miércoles en Washington en una conferencia de prensa dedicada a analizar la situación de la región. Otra declaración hubiera sido escandalosa, ante la violación continua -registrada y documentada por numerosas asociaciones de derechos humanos independientes- que padece el país.

Estamos seguros de que el secretario de Estado tiene en su escritorio todos los datos de los presos políticos, las represiones, las golpizas y represión que están padeciendo los manifestantes, así como de todas las anomalías que hacen que la democracia en Venezuela sólo exista de forma nominal. Por eso es decepcionante que la mano ejecutora de Barack Obama fuera de las fronteras de Estados Unidos se limitara únicamente a realizar una denuncia de la situación que es sobra conocida. Para eso no es necesario hacer una conferencia de prensa.

Si realmente John Kerry cree en las palabras que él mismo pronunció, no se entiende que critique la terrible situación de país pero no ofrezca ninguna pista sobre las acciones que está realizando desde su departamento para tratar de solucionar el terrible panorama en el que viven los venezolanos. Cierto que mostró su apoyo al diálogo que hay entre la oposición y el Gobierno, pero de sobra sabe Kerry que los mecanismos que tiene la mayor potencia del mundo van más allá de las declaraciones diplomáticas cuyos efectos prácticos son nulos. No vimos una diplomacia de hierro en guante de seda, como se podría esperar. Lo que presenciamos fueron declaraciones muy medidas que vuelven a demostrar que es más fácil hablar que actuar.

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