Esta vez unos 1500 activistas manifestaron en el estadio Arena de Corinthians.
Alrededor de 1500 activistas de los movimientos Sin Tierra y Sin Techo del país anfitrión de la copa, arremetieron contra la sede de la empresa Odebrecht, constructora del estadio Arena de Corinthians ubicado en Sao Paulo, el cual será escenario para el partido inaugural del mundial entre Brasil y Croacia, el próximo 12 de junio.
Los activistas del Movimiento Trabajadores Sin Techo (MTST) y del Movimiento Sin Tierra (MST) pintaron la fachada de la estructura, escribiendo: “La Copa de las empresas” y “El poder es del pueblo”, en el acto aunque no se registraron grandes daños en las instalaciones de la constructora, ni hubo confrontación con la fuerza pública.
Ambos movimientos se congregaron hoy en Sao Paulo tras una marcha que comenzó el lunes en el municipio de Itapevi, en la región metropolitana de la ciudad, con la cual manifiestan su inconformismo por la realización del mundial de futbol. Según Delwek Matheus el representante del MST, el objetivo de la marcha “es dialogar con la sociedad, principalmente con la clase obrera, para decirles que la reforma agraria está parada”, así mismo manifestó que la empresa fue centro de esta protesta en la medida que sus proyectos están generando impactos en la población situada en el campo y en la ciudad. Los activistas denuncian que Brasil vive bajo un sistema económico subordinado al capital, del cual uno de sus exponentes más grandes es Odebrecht, siendo unas de las principales constructoras en Brasil con presencia en otros países.
El MST denunció además, la implicación de la compañía en el sector del agronegocio, cuyo “modelo agrícola no representa los intereses del pueblo brasileño” debido a que “su matriz productiva se basa en enormes cantidades de elementos tóxicos, no respeta el medio ambiente y la diversidad” y expulsa a la población del campo. Entre sus denuncias se encuentra el acceso a “una vivienda digna” y alertaron que la constructora mantenía a sus trabajadores con precarias condiciones laborales.
Esta unión entre los dos movimientos activistas es decisiva para enfrentar las grandes corporaciones situadas en el gigante de Latinoamérica. La constructora por su parte, en un comunicado declaró que “respeta todo tipo de manifestación pacífica, pero rechaza cualquier acto de vandalismo”. La compañía indicó que “con el objetivo de proteger la integridad física de las personas presentes en el local, reforzó su sistema de seguridad”. La manifestación ocurrió unas horas antes de que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, realizara una visita al estadio Arena Corinthians.
El movimiento de los Trabajadores Sin Techo ha realizado manifestaciones de gran envergadura, desde que se realizó la Copa Confederaciones, reclamando un gasto excesivo del gobierno en este tema y descuidando la inversión en educación, salud, transporte y otras áreas sociales.