“El presidente ruso Vladimir Putin hizo historia hoy al programar la primera cumbre del flamante grupo de naciones llamado G1”, bromeaba este lunes el columnista satÃrico de la revista The New Yorker Andy Borowitz.
Según el imaginado escenario de Borowitz, tras el anuncio -real- del resto de las naciones del G8 (EE.UU., Alemania, Canadá, Francia, Japón, Italia y Reino Unido) que no participarán de la próxima reunión del grupo en Sochi y que decidieron excluir a Rusia, Putin decidió formar su propio club internacional, con un solo miembro: Rusia.
Más allá de la broma, las tensiones crecientes entre Moscú y la comunidad internacional acerca de la anexión de Crimea por parte de Rusia, dejan abierta la pregunta de con quién puede contar el Kremlin.
¿Qué paÃses realmente apoyan la campaña rusa en Crimea?
Siria y Venezuela
Dos. Ese es el número de paÃses que han exhibido una postura absolutamente favorable a Rusia.
Por un lado, Siria. El 6 de marzo, la agencia estatal de noticias siria SANA informó que el presidente Bashar al Asad le envió un mensaje a Vladimir Putin expresando su solidaridad.
Reiteró el “respaldo de Siria al enfoque racional de Putin, que favorece la paz y busca establecer un sistema global que apoye la estabilidad y combata el extremismo y el terrorismo”, según la agencia.
Rusia tiene en Tartus, Siria, su único puerto militar en el mar Mediterráneo, un enclave estratégico.
Moscú es además uno de los principales proveedores de armamento del gobierno de Siria y, junto a China, votó en contra de una resolución contra Damasco en la ONU en 2012.
Por otro lado está Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, dijo dÃas atrás: “Quieren rodear a Rusia para debilitarla, para allanarla, para destruirla”.
A fines de febrero el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, dijo que su paÃs estaba pensando expandir su presencia militar en varios paÃses, incluyendo Venezuela, Cuba y Nicaragua, según informó la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
En 2008, durante una visita a Moscú, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, manifestó su apoyo a la presencia militar en territorio venezolano.
“Rusia tiene suficiente potencial como para garantizar su presencia en diferentes partes del mundo. Si las Fuerzas Armadas rusas quieren estar en Venezuela, serán recibidas calurosamente”, señaló entonces el presidente Chávez.
Venezuela también ha comprado armamento a Rusia, que es el segundo exportador de armas del mundo por detrás de EE.UU.
China
“China ofreció un modelo ejemplar de cómo jugar a dos puntas”, le dijo a BBC Mundo Nicholas Redman, experto en riesgo geopolÃtico y de seguridad económica del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés).
Aunque habitualmente el paÃs apoya a Rusia en asuntos de polÃtica exterior, esta vez no ofreció un compromiso total.
“La relación China-Rusia está en el mejor momento de la historia”, habÃa dicho en Canciller chino Wang Yi durante la sesión parlamentaria anual que tuvo lugar semanas atrás.
En julio pasado, ambos paÃses condujeron los más grandes ejercicios militares conjuntos en la historia de China.
China es también el paÃs que más petróleo compra de Rusia, aún más que Alemania.
El problema, dice Celia Hatton, de la BBC en PekÃn, es que la separación de Crimea de Ucrania “desafÃa la habitual reticencia China de involucrarse en lo que percibe como asuntos domésticos de otros paÃses”.
Además, agrega Hatton, “si China respeta las demandas de autonomÃa de Crimea, ¿por qué no hace lo mismo en Tibet, Xianjiang o Taiwán?” (todos territorios que buscan, de un modo u otro, independizarse).
La solución de PekÃn fue entonces tomar una posición más bien tibia.
El 17 de marzo, el portavoz de la CancillerÃa Hong Lei dijo: “El asunto de Crimea debe resolverse polÃticamente dentro de un marco legal y ordenado”.
“La comunidad internacional debe jugar un papel constructivo en mejorar la presente situación”, agregó.
Dos dÃas antes, China habÃa optado por abstenerse -y no usar su veto- en una votación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para condenar el referendo de independencia de Crimea.
Según Redman, del IISS, estos últimos mensajes por parte de China pueden ser tomados como favorables por cualquiera de las partes: Rusia o Ucrania.
En este caso, China no se ha jugado el todo por el todo por su aliado.
Sin definiciones claras
Rusia juega un rol clave en las negociaciones nucleares con Irán, como uno de los actores más cercanos a ese paÃs.
Sin embargo, el 1 de marzo, el canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif, dijo que a su paÃs le preocupaba la intervención extranjera en los asuntos de Ucrania. Una afirmación que puede a la vez tomarse como una crÃtica a Rusia o a Occidente y, en todo caso, no revela un claro apoyo a Moscú.
Es decir, Irán no ha adoptado aún una posición clara de uno u otro lado.
India, tradicionalmente cercano a Rusia y uno de sus principales compradores de armas (le compra un 75% de su armamento a Rusia, de acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo), evitó apoyar las sanciones impuestas por Occidente a Moscú.
Pero en un comunicado del 6 de marzo, la CancillerÃa india dijo que el paÃs “espera que una solución para las diferencias internas de Ucrania se halle de forma que satisfaga las aspiraciones de todos los sectores de la población de Ucrania”.
Y agregó que veÃa como importante que se lleven a cabo elecciones justas y libres. El mensaje es algo ambiguo, porque hay un llamado a elecciones para el 25 de mayo próximo, pero Rusia insiste en que el legÃtimo presidente de Ucrania es el depuesto VÃktor Yanukóvich (quien a su vez habÃa ofrecido llamar a elecciones anticipadas antes de ser removido de su cargo).
Unión Euroasiática
Las exrepúblicas soviéticas de Bielorrusia y Kazajistán forman parte de la Unión Euroasiática, la unión aduanera impulsada por Vladimir Putin.
Eso da cuenta de cuán cercanas son a Rusia.
No obstante, ninguna salió a defender ciegamente el avance ruso sobre Crimea.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, advirtió el 23 de marzo que la anexión de la penÃnsula sentaba un mal precedente y llamó a una Ucrania “unida, indivisa y no alineada”.
Como Ucrania, Bielorrusia entregó su arsenal nuclear a principios de los 90, a cambio de que Reino Unido, EE.UU. y Rusia garantizaran su soberanÃa e integridad territorial.
A pesar del fantasma causado por la anexión a Crimea y su expresión de preocupación, Lukashenko reafirmó su lealtad a Rusia.
Kazajistán, el noveno paÃs más grande del mundo, es uno de los principales aliados de Moscú y ambos paÃses realizan ejercicios militares conjuntos en forma habitual.
Pero la acción militar rusa en Crimea creó malestar en Kazajistán, donde existe el miedo de que se repita en su territorio algo semejante.
Como Ucrania, Kazajistán tiene una gran población de origen ruso.
Su presidente, Nursultan Nazarbayev, le dijo por teléfono a Vladimir Putin que “entiende la posición de Rusia al defender los derechos de las minorÃas nacionales en Ucrania y sus intereses en seguridad”.
Pero también llamó a una resolución pacÃfica del conflicto “basada en la preservación de la soberanÃa de Ucrania y conforme al derecho internacional”.
Este tipo de enunciados que exploran un lugar neutral, dice el periodista kazajo Sergey Duvanov, da cuenta de la ambivalencia del paÃs respecto a la intervención militar rusa.
Además, este martes Nazarbayev se reunió con Barack Obama, para discutir su interés en incorporarse a la Organización Mundial del Comercio.
En general, las exrepúblicas soviéticas de Asia Central, temerosas de sufrir su propio “momento ucraniano” tendieron más a sembrar sutiles dudas respecto a la decisión Moscú que a celebrarla.
La peculiar postura de Israel.
A pesar de su profunda enemistad con Siria, aliado feroz de Rusia, Israel sigue siendo uno de los pocos paÃses occidentales que se niegan a criticar públicamente al Kremlin por sus acciones en Crimea.
“Tenemos buenas relaciones con los estadounidenses y los rusos y nuestra experiencia ha sido muy positiva con ambas partes”, dijo hace un par de semanas Avidgdor Lieberman, ministro de Relaciones Exteriores de Israel en una entrevista televisiva en el Canal 9 de ese paÃs.
Lieberman, como muchos otros ministros, creció en la ex Unión Soviética.
“Asà que no entiendo la idea de que Israel deba involucrarse en esto”, concluyó.
Lieberman creció en Moldavia cuando ésta era parte de la Unión Soviética. Varios miembros del gobierno provienen de esta y otras exrepúblicas soviéticas o de Rusia misma.
Israel tiene más de un millón de habitantes originarios de la vieja Unión Soviética; más del 10% del total de habitantes del paÃs.
Y Vladimir Putin fue el primer lÃder ruso en visitar Israel.
En todo caso, aclara Nicholas Redman, del IISS, “los israelÃes no suelen meterse” en asuntos internacionales fuera de su órbita regional.
Osetia y Abjasia
Es posible hallar una posible fuente de respaldo internacional en los paÃses que reconocieron la independencia de Osetia del Sur y Abjasia tras la intervención militar de Rusia en Georgia en 2008.
No son muchos, además de Rusia. Uno es Venezuela y el otro es Nicaragua.
A estos se suman los pequeños estados del PacÃfico Nauru, Vanuatu y Tuvalu.
Sin embargo, de estas naciones, la única que ofreció un respaldo explÃcito fue Venezuela.
Y ninguna de ellas tiene verdadero peso en el concierto internacional de naciones.