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Detención de Leopoldo López: ¿triunfo del chavismo?

En la madrugada del 5 de junio se acordó el inicio del juicio y se mantuvo la medida carcelaria para Leopoldo López, líder opositor del chavismo. El pasado 18 de febrero, López se entregó a las autoridades venezolanas, que lo señalan de ser responsable, directa o indirectamente, de las protestas y hechos violentos presentados el 12 de febrero, día que iniciaron las manifestaciones que no cesan en Venezuela.

El argumento jurídico en el que se basa la acusación que llevará a juicio a López es bastante insólito, pues tiene que ver con la instigación “subliminal” a la violencia en el discurso del líder opositor. Los delitos imputados son: “instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir”. Para José Ignacio Hernández, bloguero de Prodavinci, son delitos “comunes”, lo que significa que López no será juzgado por cargos contra la seguridad de Venezuela, sino por supuestos “delitos de opinión”.

De esta manera, el oficialismo saca de carrera (al menos por ahora) a un adversario que tiene unos índices de favorabilidad cada vez mayores. En ese sentido nos preguntamos, ¿con esta estrategia el chavismo se anota un triunfo político?

REACCIONES:

María Teresa Romero Venezuela 
PhD en Ciencia Política. Profesora titular de la UCV

La detención de López le ayuda al chavismo a mantener lejos a un líder opositor. Podría desmotivar a sus seguidores y en cierto modo desmovilizar la protesta en la calle, al menos por un tiempo.

Sin embargo esto es relativo. La calle está desmovilizada porque lleva un buen tiempo activa, sufriendo una fuerte represión, y por lo tanto ya hay mucho cansancio. Pero en días o semanas es muy probable que las protestas vuelvan a reactivarse, incluso proclamando banderas como la misma liberación de López.

El descontento es tan grande, y hay tantas razones por las cuales protestar, que se van a empezar a sumar nuevos sectores, además del estudiantil y la oposición.

Pero no se puede hablar de un éxito absoluto porque también tiene su parte desfavorable para el Gobierno. A nivel nacional e internacional, la falta de justicia ha hecho que muchos ciudadanos, incluso chavistas, se hayan disgustado. Basta con observar algunas de las revistas afines al proyecto bolivariano, como Aporrea, que son cada vez más críticas de Maduro.

Hubiera sido mucho más exitoso permitir la libertad de López. Eso hubiera ayudado a destrancar el diálogo entre el Gobierno y la oposición, y a reducir la imagen de autoritarismo, violación de derechos humanos y justicia politizada que tiene Venezuela. Sería una señal de cierta apertura, necesaria para Maduro porque externa e internamente sus detractores crecen cada vez más.

La detención también es un mensaje de miedo que busca amedrentar a otros líderes opositores, como es el caso de María Corina Machado. Es evidente que el Gobierno también quiere sacarla del juego, pero en mi opinión esto será más difícil. No porque tenga más seguidores (López y Capriles son mucho más populares), sino porque es mujer, y esto podría movilizar muchísimo a las personas. Allí sí se podría producir un estallido social y el costo para el Gobierno sería mucho más alto.

Ramón José Medina
Secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD

Este hecho demuestra una vez más la intolerancia del Gobierno, y por otra parte su injerencia en el poder judicial. El chavismo se acostumbró a que los adversarios políticos se contienen por la vía judicial. Y aunque en su racionalidad puede parecer un triunfo, de cara al mundo lo único que hace es develar el rostro totalitario del Gobierno de Maduro.

Las encuestas muestran que los venezolanos, salvo el chavismo radical, están muy claros en que se trata de un juicio político.

Para nosotros como oposición es un golpe muy duro, como lo sería si eventualmente sucede lo mismo con María Corina. Ya el Gobierno está dando señales de querer hacerlo, con una acusación que tampoco tiene fundamento. Primero porque se han inventado unos correos electrónicos para incriminarla en un magnicidio. Y segundo, porque de esos correos falsos ni siquiera se desprende tal participación.

Ahora, es cierto que este tipo de acciones sirven para distraer la atención. La represión y la violencia en general le han permitido al Gobierno mover el foco de la opinión pública, evadiendo el costo político por temas como la escasez y la inseguridad. El rol de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) justamente es conectar la altísima conflictividad socioeconómica de los venezolanos con lo político.

Si estas acciones continúan, por ejemplo con Machado, la oposición tendrá que adoptar posiciones más radicales. El diálogo con el Gobierno, que sigue suspendido, va a ser muy difícil de reanudar.

 

 

Revista Perspectiva

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En la madrugada del 5 de junio se acordó el inicio del juicio y se mantuvo la medida carcelaria para Leopoldo López, líder opositor del chavismo. El pasado 18 de febrero, López se entregó a las autoridades venezolanas, que lo señalan de ser responsable, directa o indirectamente, de las protestas y hechos violentos presentados el 12 de febrero, día que iniciaron las manifestaciones que no cesan en Venezuela.

El argumento jurídico en el que se basa la acusación que llevará a juicio a López es bastante insólito, pues tiene que ver con la instigación “subliminal” a la violencia en el discurso del líder opositor. Los delitos imputados son: “instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir”. Para José Ignacio Hernández, bloguero de Prodavinci, son delitos “comunes”, lo que significa que López no será juzgado por cargos contra la seguridad de Venezuela, sino por supuestos “delitos de opinión”.

De esta manera, el oficialismo saca de carrera (al menos por ahora) a un adversario que tiene unos índices de favorabilidad cada vez mayores. En ese sentido nos preguntamos, ¿con esta estrategia el chavismo se anota un triunfo político?

REACCIONES:

María Teresa Romero Venezuela 
PhD en Ciencia Política. Profesora titular de la UCV

La detención de López le ayuda al chavismo a mantener lejos a un líder opositor. Podría desmotivar a sus seguidores y en cierto modo desmovilizar la protesta en la calle, al menos por un tiempo.

Sin embargo esto es relativo. La calle está desmovilizada porque lleva un buen tiempo activa, sufriendo una fuerte represión, y por lo tanto ya hay mucho cansancio. Pero en días o semanas es muy probable que las protestas vuelvan a reactivarse, incluso proclamando banderas como la misma liberación de López.

El descontento es tan grande, y hay tantas razones por las cuales protestar, que se van a empezar a sumar nuevos sectores, además del estudiantil y la oposición.

Pero no se puede hablar de un éxito absoluto porque también tiene su parte desfavorable para el Gobierno. A nivel nacional e internacional, la falta de justicia ha hecho que muchos ciudadanos, incluso chavistas, se hayan disgustado. Basta con observar algunas de las revistas afines al proyecto bolivariano, como Aporrea, que son cada vez más críticas de Maduro.

Hubiera sido mucho más exitoso permitir la libertad de López. Eso hubiera ayudado a destrancar el diálogo entre el Gobierno y la oposición, y a reducir la imagen de autoritarismo, violación de derechos humanos y justicia politizada que tiene Venezuela. Sería una señal de cierta apertura, necesaria para Maduro porque externa e internamente sus detractores crecen cada vez más.

La detención también es un mensaje de miedo que busca amedrentar a otros líderes opositores, como es el caso de María Corina Machado. Es evidente que el Gobierno también quiere sacarla del juego, pero en mi opinión esto será más difícil. No porque tenga más seguidores (López y Capriles son mucho más populares), sino porque es mujer, y esto podría movilizar muchísimo a las personas. Allí sí se podría producir un estallido social y el costo para el Gobierno sería mucho más alto.

Ramón José Medina
Secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD

Este hecho demuestra una vez más la intolerancia del Gobierno, y por otra parte su injerencia en el poder judicial. El chavismo se acostumbró a que los adversarios políticos se contienen por la vía judicial. Y aunque en su racionalidad puede parecer un triunfo, de cara al mundo lo único que hace es develar el rostro totalitario del Gobierno de Maduro.

Las encuestas muestran que los venezolanos, salvo el chavismo radical, están muy claros en que se trata de un juicio político.

Para nosotros como oposición es un golpe muy duro, como lo sería si eventualmente sucede lo mismo con María Corina. Ya el Gobierno está dando señales de querer hacerlo, con una acusación que tampoco tiene fundamento. Primero porque se han inventado unos correos electrónicos para incriminarla en un magnicidio. Y segundo, porque de esos correos falsos ni siquiera se desprende tal participación.

Ahora, es cierto que este tipo de acciones sirven para distraer la atención. La represión y la violencia en general le han permitido al Gobierno mover el foco de la opinión pública, evadiendo el costo político por temas como la escasez y la inseguridad. El rol de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) justamente es conectar la altísima conflictividad socioeconómica de los venezolanos con lo político.

Si estas acciones continúan, por ejemplo con Machado, la oposición tendrá que adoptar posiciones más radicales. El diálogo con el Gobierno, que sigue suspendido, va a ser muy difícil de reanudar.

 

 

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