Ejemplos En Nuestro Continente Por Armando Briquet
Estamos sumergidos en un país agobiado por el conflicto y la confrontación entre la oposición y el Gobierno
El pasado domingo hubo elecciones locales en Ecuador, un país que no ha dudado en repetir, a su manera, el modelo e ideas que llevó el presidente Chávez por América Latina. Un gobierno que ha puesto en práctica lo que ellos han denominado como la “Revolución Ciudadana” que ha dejado algunos buenos resultados para los ecuatorianos, mejoras en infraestructura, avances significativos en materia de educación, pero también retrocesos importantes y preocupantes para la libertad de expresión.
El gobierno del presidente Correa ha sido exitoso en las urnas, hasta el pasado domingo, cuando sufrió un importante revés electoral, tal y como él declaró, pues perdió en las cinco principales ciudades del Ecuador. Para los venezolanos nos resulta una sorpresa que un Presidente reconozca los resultados pasados quince minutos que cierra una mesa electoral, y además que en el discurso de reconocimiento no se insulte ni se ataque al contrario. Para los venezolanos, lastimosamente, es muy extraño que las instituciones que se involucran en un proceso electoral sean reconocidos por todos los actores y su participación no sea cuestionada. Para nosotros es imposible imaginar que una autoridad del gobierno que perdió en las elecciones llame por teléfono a felicitar al contrario y a ponerse a la orden para la entrega, en orden y transparente, de una alcaldía. Para nosotros esto es demasiado extraño.
Estamos sumergidos en un país agobiado por el conflicto y la confrontación entre la oposición y el Gobierno. Hemos estado sobreviviendo en medio de una crisis política y económica que no da tregua, y dirigidos por un gobierno que se empeña en repetir errores y hundir la cabeza cuando alguien distinto a ellos asoma una propuesta para salir de este caos. El presidente Correa, luego de la derrota electoral, pidió la renuncia de todos sus ministros y personajes claves de su partido. Nicolás Maduro lleva diez meses en el Gobierno, y la crisis no ha hecho nada más que agravarse, y los ministros son recompensados y felicitados en cadena nacional.
La rectificación no es una palabra que esté en el diccionario del Gobierno. En cambio es lo que piden a gritos los venezolanos. Es lo que, legítimamente, están pidiendo en la calle.
Hay ejemplos que pudieran tomarse en cuenta. Ni siquiera de sus similares del continente toman nota.