A un año de aquella desastrosa “cadena” por Damián Prat C. @damianprat - Runrun

 

Hoy se cumple un año del acto de Chávez (q.e.p.d.) en Guayana y la “cadena” de radio y TV que terminó estrepitosamente.  ¿La recuerdan? Era plena campaña electoral. Fue en Caruachi. Acto encerradito y aislado de la gente, sólo con sus militantes. Ningún trabajador que no fuera “de la lista”. Y sin embargo, fue un tormento de principio a fin. Protestas, reclamos, desmentidos. Un “conveniente” apagón  y la orden tajante:  “esto se acabó”. Los reclamos le arrancaron al mandatario dos concesiones que hasta ese día se negaba a siquiera considerar:  activar Tavsa devolviéndola a Sidor y discutir los contratos colectivos que la famosa carta de casi tres años antes del vicepresidente Jaua “siguiendo instrucciones del comandante-presidente”, prohibía discutir.  A regañadientes y sin ocultar su disgusto, exclamó:  “no tengo problemas en que se discutan. Háganlo, pues”.  Fue también esa noche cuando firmó el punto de cuenta con el aporte de los 314 millones de dólares para inversiones en Sidor que debían mejorar la productividad en algunas áreas. ¿Qué harían Maduro, Jaua, Khan, Menéndez y Giordani con ese dinero? Hasta el sol de hoy. Jamás llegaron.

 

Cadena-Caruachi1

 

Aquel acto-cadena no estaba previsto.  Fue inventado de forma improvisada porque el mitin de tres días antes en San Félix fue poco alentador ya que mostró los signos inequívocos del declive del entusiasmo popular con el chavismo en Guayana que se manifestaría el 7-O con el triunfo de Capriles en las zonas, parroquias y municipios en los que es mas pronunciada la residencia de trabajadores estables de las grandes industrias (Unare, Cachamay, Ciudad Piar, El Callao, Ciudad Bolívar, Upata, Tumeremo) y que remataría luego el 14-A cuando Capriles (liderando la fuerza del cambio progresista) venció a Maduro en todo el estado Bolívar, en Caroní, Upata, Cd Piar, Guasipati, El Callao y Tumeremo.

 

¿Qué recuerdan de aquel mitin en Dalla Costa?.  ¿Ya lo olvidaron?  ¡Petro San Félix!.  Si.  Una promesa típica electorera.  Para levantar ilusiones.  Una parte de Pdvsa justo en San Félix. ¿Cuántos desempleados o “medio-empleados”, no se vieron en nómina de Pdvsa?.  “Busquen algún galpón desocupado por allí”, dijo el comandante.  ¿En un galpón funciona una petrolera?.  Obvio que jamás se hizo nada.  Tengo otro recuerdo de aquel mitin. En línea recta  entre la tarima y la represa de Macagua II y III (2.600 MW), construida por aquella Edelca (ahora desbaratada) e inaugurada por Caldera II en 1997, no hay mas de 6 o 7 kilómetros.  Pero el candidato-presidente  dijo que “en los 40 años anteriores no se hizo nada en inversiones para generar electricidad”.  Y reescribió la historia:  “las empresas básicas fueron construidas por MI general Pérez Jiménez. Los gobiernos posteriores las destruyeron y nosotros las estamos rescatando”.  Hace un mes, cuando estuve en Mérida en un par de foros sobre mi libro “Guayana:  El Milagro al revés”, encontré -por absurdo que parezca- personas repitiendo esa historia.

 

 

Hace un año que -aún a regañadientes– se aceptó que se iniciara la discusión de los contratos colectivos vencidos durante, dos, tres, cinco y hasta seis años por orden del “gobierno revolucionario”.   Ninguno se ha firmado. Ninguno se ha discutido con las reglas y formas normales establecidas en la Ley.  Quizás terminen firmándolos (“por ahora”) por necesidad político-electoral, probablemente “chucutos”, pero está claro que el propósito general de los supuestos “socialistas” que gobiernan es eliminar los convenios colectivos y sustituirlos por “decisiones y dádivas centralizadas por arriba”. El control social.  El plan de someter a los trabajadores y al pueblo al arbitrio de los reyezuelos gobernantes. Eso si, diciendo que son “la nueva democracia popular en lugar de la democracia burguesa”. Igualíto que era en la Alemania Comunista que sin tener elecciones, sindicatos, prensa libre, se llamaba “República Democrática Alemana” porque “gobierna la clase obrera”.  Hasta que el pueblo derribó el bochornoso Muro de Berlín. Igualíto en la Corea del Norte con dinastías de reyes rojos que se llama “República Popular Democrática”.  Igualito que en la Cuba donde un Castro gobierna 50 años sin elecciones y le hereda a su hermano, no existe derecho de huelga, medios libres ni contratos colectivos, pero son “la verdadera democracia”.

 

Ahora militarizan pero sigue la ruina  

 

Ya el engaño del “control obrero” quedó atrás.  Nunca creyeron en él. Sirvió para ilusionar a algunos cientos de trabajadores, de modo que el grupito corrupto gobernante pudiera seguir disfrutando del poder y del control de los negocios.  Esa coba se agotó.  Ahora “la moda” es militarizar todo.  Hacer creer que “lo que faltaba era disciplina y eficiencia”.  Alargar la expectativa.  A Maduro y compañía solo les quita el sueño acaparar el poder para ellos.  Inventarán lo que tengan que inventar.  ¿Eficiencia?  Sidor, por ejemplo, sigue sin las inversiones que debieron llegar con los $314 millones.  Ayer cumplió 9 días paralizado el Laminador de Alambrón.  “No hay palanquillas”.  ¿Y el Laminador de Barras (cabillas)?. Trabajando una semana si y una no.  ¿Cuál es el cambio?. La ruina sigue igual.  ¿Y Venalum?.  Incorporan dos celdas y desincorporan tres.  O al revés.  Nada cambia. Ahora es con Ferrominera.  Algo ofrecerá Maduro con tal de aplacar algo del descontento.  Pañitos de agua tibia, si acaso.  ¿Soluciones verdaderas y de fondo?  No les interesan.