Baja la tensión en Ormuz por Oláguer Chacón y Claudia Sisco - Runrun
Baja la tensión en Ormuz por Oláguer Chacón y Claudia Sisco

Podemos respirar aliviados, aunque no sabemos por cuánto tiempo. Las tensiones Irán –Israel y el escenario de una guerra en Ormuz se enfrían dado 2 acontecimientos fundamentales: Los resultados de las elecciones parlamentarias en Irán y la aplastante derrota de los partidarios de Ajmadineyad, y la resistencia de Barack Obama de ceder ante las presiones de Netanyahu.

En las elecciones del 2 de marzo se concretó la ya esperada derrota de Ahmadineyad en el Parlamento, previsible desde que rompió con nada menos que el gran líder de la revolución iraní el ayatolá Alí Jamenei en junio del año pasado. Cabe recordar que en ese momento Jamenei realizó sobre Ahmadineyad la acusación más grave que puede recibir iraní alguno: que estaba poseído por el diablo.

Las críticas a la gestión de Ahmadineyad han aumentado desde entonces. La primera de ellas se refiere a su mal manejo de la política exterior y de las tensiones con Occidente por el desarrollo nuclear iraní, quejas que ha sido reflejadas por la prensa iraní que incluso le sacó en cara los pobres resultados de su gira por América Latina, tal como se vio el 19/01/2012 en el artículo del diario Khorasan: “Ahmadineyad debería escoger mejor sus amigos”, haciendo referencia a lo poco provechoso que ha sido la amistad con Daniel Ortega y Hugo Chávez (Al contrario de lo que se cree, la prensa iraní suele discutir cuestiones políticas con bastante libertad, salvo aquello que afecte a Jamenei).

La otra crítica es la corrupción dentro del gobierno. Por primera vez en los 33 años de la revolución islámica, el Parlamento (Majlis) aprobó en febrero llamar a comparecer a Ahmadineyad, quien deberá hacer frente a un legislativo completamente hostil. A esta acusación se le une el señalamiento hecho por Jamenei de que Ajmadineyad es una amenaza para la economía del país y le responsabiliza por las consecuencias del embargo. Jamenei trata de dirigir la furia popular hacia el presidente iraní a fin de evitar que un estallido social se vuelva en su contra.

Ante esta circunstancia, Ajmadineyad, quien no puede postularse a las presidenciales del 2013 ya que la constitución limita a 2 períodos el ejercicio del gobierno, entra en una fase de gobiernito, es decir, de una pérdida gradual de poder y una incapacidad de tomar grandes decisiones dada su poco caudal político, será a partir de ahora un simple conserje.

Emerge ahora la figura de Alí Laridjani quien ya ha sido candidato presidencial en el 2005 y 2009 pero no ha contado con la bendición del líder supremo. Sin embargo, esta podría ser la oportunidad de Laridjani quien ganó cómodamente en la sagrada ciudad de Qom y lleva 2 períodos al frente del parlamento. Ya el pulso entre Laridjani y Ahmadineyad ha tomado intensidad ante la decisión del parlamento de acortar el presupuesto para el año que comienza el próximo 20 de marzo, según el calendario persa.

Los conservadores han manifestado interés en regresar a la mesa de negociación, lo que ha sido bien recibido por el presidente Barack Obama, quien el lunes 5 de marzo recibió al Primer Ministro de Israel Netanyahu. El Jefe de gobierno israelí ha ejercido una fuerte presión sobre EEUU a fin de atacar a Irán. Netanyahu declaró que en 1944 EEUU había desconocido las cartas que pedían el bombardeo de Auswitch y pedía que no volviera repetir ese error. Sin embargo, Obama le dijo a Netanyahu que una guerra con Irán no podía tomarse a la ligera y que quería darle la oportunidad a Irán de demostrar que su llamado a la negociación es sincero (cosa muy acertada de su parte). Agregó además, que Israel era un país soberano y que no necesitaba de pedirle permiso a nadie (en pocas palabras le dijo, si quieres echarle bolas hazlo pero estás solo en eso, en todo caso no me empaves la campaña electoral).

Sin embargo, los pre-candidatos republicanos ante la AIPAC (el principal y poderoso lobby israelí en EEUU) dijeron que respaldarían a Israel si atacase a Irán y que una victoria de Obama era el equivalente de una victoria de los Ayatolás en EEUU (hay que ver que si tienen bolas).

Para Venezuela, el cambio político no es crucial ya que nuestros decisores no distinguen matices políticos en Irán. Jatami visitó nuestro país 3 veces en tanto que fue anfitrión de nuestro presidente 4 veces, y cuando asumió su rival más bien la relación se volvió más cercana. Se podría esperar que no haya cambios ya que Irán sigue teniendo intereses en América Latina que serán manejados como política de Estado.

La distensión disminuye el escenario de precios petroleros especialmente elevados en año electoral lo cual sería un factor crucial ya que dotaría al gobierno de muchos recursos a repartir en la campaña.

@olaguerchacon y @claudiasisco