"B-stylers": los japoneses de alma negra - Runrun
Desiree Sousa May 27, 2014 | Actualizado hace 10 años

 

La joven Hina fue la puerta de entrada a la cultura del B-Style para la fotógrafa Desiré Van Den Berg. «Fue extraño cuando conocí a los ‘b-stylers’ porque algunos de ellos no parecen japoneses pero tampoco diría que son negros. Es un término medio», dijo la fotógrafa.

Hina trabaja en una tienda dedicada a este estilo, el Baby Shoop, que tiene como slogan la frase: «Negro para toda la vida». Según Van Den Berg, los ‘b-stylers’ aman esa parte de la cultura estadounidense y añaden expresiones en inglés cuando hablan japonés, como terminar las frases con la palabra “man»

Además de sus vestimentas, Hina usa lentes de contacto para que sus ojos se vean más grandes y, así como a otros ‘b-stylers’, le gusta tener la piel más oscura, algo que logra con sesiones de bronceado artificial y maquillaje. «Me sorprendí al saber que existían salones bronceadores en Japón, ya que la predilección por la piel morena es poco común en esta parte del mundo».

Sin embargo, dice Van Den Berg, Hina aún se comporta como una joven japonesa típica. «A pesar de aparentar dureza, ella era muy amigable, dulce, humilde y gentil. Como cualquier chica japonesa era muy educada y me pedía disculpas todo el tiempo», afirmó Van Ben Berg. Añadió que todos los otros «b-stylers» que conoció se comportaron de la misma manera.

Muchas personas piensan que seguir este estilo es racista, comentó la fotógrafa. «Estoy de acuerdo que vestirse como un negro no es necesariamente la misma cosa que ser negro. Pero los ‘b-stylers’ ven la belleza en esta raza y la admiran tanto que han creado todo una cultura en torno a ella”.

Aunque buscan un estilo bien diferente al estereotipo japonés, los «b-stylers» no rechazan la cultura de Japón. «Comen comida japonesa, hablan japonés y viven en Japón», explicó Van Den Berg, «pero no les gustan ciertas cosas típicas de su cultura como la animación ‘anime’. Ellos prefieren imitar a los raperos estadounidenses».

El hecho que Japón esté lleno de subculturas y no sea común que una persona se enfrente a otra en medio de la calle, hace que las personas tengan mayor libertad de comportarse como quieran, dice la fotógrafa. «Cuando anduve con Hina por la calle, nadie parecía fijarse en ella, tal vez porque había gente más extraña andando entre ellos. Y, como no se trata de un movimiento nuevo, las personas ya están acostumbradas».

Los «b-stylers» organizan sus propios eventos, donde los jóvenes bailan «break», hip-hop y R&B con artistas locales que interpretan estos géneros musicales. «Estos eventos atraen principalmente a japoneses. Fue muy interesante verlos reunidos en un lugar así”.

Los «b-stylers» parecían realmente sorprendidos de encontrar a alguien que venía desde tan lejos sólo para conocerlos, como la fotógrafa Van Den Berg. «Reaccionaban con curiosidad cuando les pedía una entrevista o para fotografiarlos. Un exmiembro me llevó a pasear por Tokio y me mostró todos los lugares que solía frecuentar.

Según Van Den Berg, la cultura B-Style ya pasó su auge. Hoy en día se tiene que salir a buscarlos. «Solo hay unos pocos ‘b-stylers’ en cada ciudad. Ya no son tan comunes, tal vez son ya un grupo muy pequeño como para ser denominado una subcultura», señaló. «Quizás es porque su estilo recuerda tanto a los años 90. Pero, como ahora esa época está volviendo a estar de moda, es posible que su estilo se vuelva popular otra vez”.

 

 

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