Maduro se aferra a los militares para mantenerse en el poder
Maduro se aferra a los militares para mantenerse en el poder

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Álex Vásquez S.

@AlexVasquezS

 

En su formación, a los militares venezolanos se les explica que el poder político, una vez conquistado, se mantiene gracias a tres elementos: la masa crítica –compuesta por la conjunción de territorio y población–, el poder económico y el poder militar. Hoy, al chavismo sólo le queda el componente militar, por eso se aferra a él.

Esa es la opinión de Raúl Salazar, ex ministro de Defensa, quien asevera que, acorralado como está, el presidente Nicolás Maduro sólo puede darle más poder a la única persona capaz de mantenerlo en la Presidencia en medio de la crisis: el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, comandante del Comando Estratégico Operacional y recién designado jefe de la misión Abastecimiento Soberano. Esto lo ha convertido en una suerte de segundo vicepresidente, pues todos los ministros están bajo sus órdenes.

Salazar aseveró que para lograr su objetivo, Padrino López debe cumplir una primera misión y así lo evidencian los movimientos que se han dado en los últimos días dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana: evitar el referéndum revocatorio o, en el peor de los casos, retrasarlo hasta 2017. En ese escenario, si la oposición gana la consulta, es el vicepresidente quien culmina el período y el chavismo no pierde el poder.

“Con Padrino controlando todas las áreas de la economía, sobre todo en cuanto a distribución de alimentos y medicinas, tiene a los militares en capacidad de evitar las protestas que se están dando todos los días por motivos políticos o incluso por falta de alimentos o medicinas. Los militares se llevan preso al que proteste e intentan llegar a 2017 sin el revocatorio”, opinó.

A juicio de Salazar, el oficialismo perdió la masa crítica (territorio y población), como se evidenció tras la derrota en las elecciones parlamentarias de 2016, y el poder económico, debido a la caída de los precios del petróleo.

“Sólo les queda el poder militar, y tienen que fortalecerlo para su beneficio. Su estrategia desde un principio ha sido controlar todos los poderes del Estado, pero han perdido el Parlamento y en este momento la oposición gana, al menos 74 a 26 en intención de voto. Y estoy siendo generoso. Por eso, no pueden ir a un revocatorio, y sólo tienen a los militares para evitarlo”, agregó.

El dilema de Maduro es que depende de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para mantenerse en el poder, pero él es un civil dentro del chavismo, un movimiento político de génesis militar, por lo cual su influencia en la institución no es profunda.

Ante esa debilidad, recurre a su ministro de Defensa, a quien le entrega superpoderes como parte de una estrategia que distintos analistas se han atrevido a calificar de “autogolpe” de Estado: Padrino López adquiere más poder en detrimento de civiles, como el vicepresidente Aristóbulo Istúriz o del propio Maduro.

Enrique Márquez, primer vicepresidente del Parlamento, aseguró que la profundización de la militarización en el gobierno demuestra la dependencia de Maduro a la FANB y su incapacidad de resolver los problemas del país.

“La militarización demuestra que Maduro está en una condición terminal como presidente. Si está tan débil, que renuncie y que el señor Padrino López compita en una elección”, instó.

 

Tres tendencias

Otro objetivo de Padrino López, afirman fuentes militares, es neutralizar ciertas divisiones dentro de la FANB que podrían afectar la continuidad de Maduro.

Por un lado, afirman las fuentes, están los oficiales que apoyaron el golpe de Estado de Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992, que se empiezan a distanciar de Maduro debido a su fracaso como presidente y consideran necesario una “vuelta a los orígenes” del proyecto bolivariano.

Sus más claros representantes –ya retirados– son el ex ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, y el mayor general retirado, Cliver Alcalá Cordones. Ambos poseen una fuerte influencia dentro de la FANB.

El lunes, Alcalá Cordones, junto con dirigentes chavistas que se han distanciado del gobierno, como los ex ministros Ana Elisa Osorio y Héctor Navarro, y la organización Marea Socialista, afirmaron que el revocatorio es la salida constitucional idónea a la crisis.

Alcalá Cordones incluso entregó al Consejo Nacional Electoral un documento exigiendo que se haga este año la consulta. “Nos calificamos como defensores de la Constitución, estamos a favor de que el pueblo decida”, aseveró luego de entregar la carta. “El referendo revocatorio, aparte de ser un derecho constitucional, es también una salida pacífica a la crisis política del país”, lo secundó Osorio.

El otro grupo en la FANB depende del poder del diputado Diosdado Cabello, que también posee una fuerte influencia dentro de la institución militar. Entre los oficiales que están bajo su control, hay muchos que estuvieron vinculados al golpe de 1992, pero “aunque creen que algunas cosas deben cambiar, no atacan a Maduro, porque Cabello es su aliado político”.

El diputado, de hecho, se ha negado de lleno a la posibilidad de realizar el revocatorio: “No hay revocatorio, ni este año ni el otro”, afirma constantemente en su programa de Venezolana de Televisión.

“Hay tres grupos en la FANB. Los históricos, donde está por un lado Padrino y por el otro Diosdado, que quieren salvar la revolución, cada uno a su manera. La disidencia, que son estos comandantes del 4-F que culpan a Maduro y no a Chávez de la crisis. Y el sector institucionalista, del que nadie habla, cuya única bandera es el respeto a la Constitución”, agregaron las fuentes.

La preocupación de esos grupos de la FANB no es gratuita: la popularidad de Maduro enfrenta su más fuerte crisis desde que llegó a la Presidencia. El más reciente estudio de Venebarómetro  (la encuestadora que más se acercó a los resultados de las parlamentarias) señala que 58% de los electores estaría muy dispuesto a firmar para activar el revocatorio. Una intención que creció 18 puntos porcentuales en apenas cuatro meses.

De acuerdo con las proyecciones de la firma, ese porcentaje representa a alrededor de 11,4 millones de personas, que son los que colocarían su rúbrica para activar la consulta. Además, si se realiza el revocatorio, 62% de los encuestados está seguro de votar y 88% de ellos lo haría para sacar al mandatario de Miraflores. La elección quedaría así: 10,8 millones de votos a favor de revocar a Maduro contra 1,4 millones en contra.

“Algunos no lo van a creer, pero la revocación de 20% bien podría ser el revocatorio adelantado. La vieja consigna: ‘Son diez, son diez millones, son diez’, nunca antes había adquirido tanta vigencia… en contra de quienes la inventaron”, afirmó Edgard Gutiérrez, director de Venebarómetro, en su cuenta de Twitter.

 

La cabeza de Reverol

Entre los tres grupos dentro de la FANB, a los que realmente controla Maduro son los que, a su vez, están controlados por Padrino López. Por eso, el ministro de Defensa también es el jefe del Comando Estratégico Operacional, un espacio clave para la acción militar; controla en buena medida las Regiones de Defensa Integral en los principales puntos del país, y ahora es el jefe de la misión Abastecimiento Soberano, para intentar combatir la escasez de alimentos, fenómeno que se ha comido la popularidad del presidente.

“Cabello ha buscado fortalecer su influencia dentro de las FANB. En las últimas semanas ha hecho su programa de televisión en distintos estados del país, pero antes de hacerlo, tiene reuniones con los comandantes de las guarniciones de las regiones”, han señalado las fuentes.

El vicealmirante Rafael Huizi Clavier,  presidente del Frente Institucional Militar, no duda que el poder absoluto dentro de la FANB lo tiene Padrino López. “Ante las expresiones de los disidentes como Rodríguez Torres o Alcalá Cordones, se fortalece a Padrino López para hacer frente. Hay fricciones dentro de la FANB, muchas fracciones que no apoyan a Maduro y quieren recuperar el prestigio del chavismo”, explicó.

Huizi Clavier aclaró que las fricciones hicieron que Padrino pidiera remover a Nestor Luis Reverol (ex ministro de Interior y Justicia de Chávez) del cargo de comandante en jefe de la Guardia Nacional, para colocar en su lugar a Antonio Benavides Torres. “Fue su condición para seguir donde está”, ha indicado.

Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano, afirma que Padrino López, además, busca “lealtad a toda prueba” en las Regiones de Defensa Integral (REDI) que se consideran clave.

Es por eso que Maduro colocó al general José Ornella Ferreira al frente de la REDI Capital (Caracas, Vargas y Miranda), al general Jesús Suárez Chourio al frente de la REDI Central, y al almirante Remigio Ceballos como jefe del Estado Mayor Conjunto del CEO-FANB. Todos leales a Padrino.

El ministro de la Defensa, un militar al que se le reconocen su disciplina, su capacidad de tomar decisiones en medio de situaciones estresantes, y su respeto a la autoridad, cuenta con control absoluto de buena parte del territorio. San Miguel opinó que, con Padrino López al frente del Gobierno, Maduro simplemente guarda las apariencias de que controla plenamente el poder en medio de la crisis.

¿Entonces, el país es testigo de una suerte de transición? San Miguel advierte: “Padrino López es un oficial bisagra, se adapta a las desesperadas necesidades de Maduro y a la vez mantiene las apariencias de orden en la FANB. Entiende el significado de los enormes peligros de la transición, pero también sus oportunidades. Cometen un error quienes lo ven desde la oposición como un posible aliado y desde el chavismo como traidor”.