TelegramWhatsAppFacebookX

Banda del Jairito mató a un agente de Polisucre

Polisucre

Erick José Padilla Cabriales, de 32 años de edad, se convirtió en el funcionario 93 asesinado en la Gran Caracas en lo que va de 2106. Al oficial agregado de Polisucre un grupo de 10 hombres le disparó frente a su casa en la comunidad Las Casitas de La Vega y a pesar de que corrió fue alcanzado por los delincuentes que lo remataron en el sector El Hueco de esa parroquia.

Su madre, María Cabriales, vive en Santa Teresa del Tuy y el viernes viajó a Caracas para quedarse unos días en casa de su hijo y compartir con su nieto de 6 años. A las 5:15 am el funcionario salió sin uniforme porque el día anterior había entregado la guardia. Se marchó antes de que amaneciera para comprarle unos medicamentos a su mamá, que es sobreviviente de cáncer de tiroides. También iba a aprovechar para adquirir una harina de trigo en la panadería de un amigo y llevársela a su suegra. Ambas diligencias las realizaría en Los Dos Caminos, pero no llegó a esos lugares. Cuando apenas cerró la puerta de su casa para dirigirse a la parada de buses, los 10 hombres que estaban escondidos detrás de una camioneta Blazer salieron y lo interceptaron. Los vecinos escucharon que discutieron con el agente. Ellos le dispararon y a Padilla no le dio tiempo de sacar el arma de reglamento para defenderse del ataque.

Cabriales relató que escuchó cuando su hijo cerró la puerta de la casa y 15 minutos más tarde las detonaciones. Ella y su nuera se levantaron de las camas. “Presentía que esos tiros los recibió mi hijo y una vez que cesaron los disparos salí a buscarlo, lo llamamos al celular y no contestó el teléfono. Bajamos hasta la sede del consejo comunal de la zona y no lo vimos. Regresamos nuevamente a la casa. Ya había amanecido y observamos las marcas de sangre en la pared de la vivienda y otros rastros en el camino. Nos topamos con una patrulla de la PNB y le notificamos a los funcionarios para que lo buscaran”.

Luego de hablar con los agentes, Cabriales y la esposa del agente se dirigieron al hospital Pérez Carreño para verificar si lo habían trasladado a ese centro asistencial y al llegar recibieron la llamada de los funcionarios de la PNB que le notificaron que su cuerpo fue hallado en un callejón del sector El Hueco de La Vega. A Padilla lo tirotearon los integrantes de la banda del Jairito. Los vecinos escucharon cuando sus hombres le gritaban “Jairito, remátalo, remátalo”. Ellos ya habían asaltado a otros transeúntes esa madrugada y cuando el polisucre salió de su casa no vacilaron en sorprenderlo para robarlo. Se llevaron la pistola de reglamento.

TelegramWhatsAppFacebookX

Polisucre

Erick José Padilla Cabriales, de 32 años de edad, se convirtió en el funcionario 93 asesinado en la Gran Caracas en lo que va de 2106. Al oficial agregado de Polisucre un grupo de 10 hombres le disparó frente a su casa en la comunidad Las Casitas de La Vega y a pesar de que corrió fue alcanzado por los delincuentes que lo remataron en el sector El Hueco de esa parroquia.

Su madre, María Cabriales, vive en Santa Teresa del Tuy y el viernes viajó a Caracas para quedarse unos días en casa de su hijo y compartir con su nieto de 6 años. A las 5:15 am el funcionario salió sin uniforme porque el día anterior había entregado la guardia. Se marchó antes de que amaneciera para comprarle unos medicamentos a su mamá, que es sobreviviente de cáncer de tiroides. También iba a aprovechar para adquirir una harina de trigo en la panadería de un amigo y llevársela a su suegra. Ambas diligencias las realizaría en Los Dos Caminos, pero no llegó a esos lugares. Cuando apenas cerró la puerta de su casa para dirigirse a la parada de buses, los 10 hombres que estaban escondidos detrás de una camioneta Blazer salieron y lo interceptaron. Los vecinos escucharon que discutieron con el agente. Ellos le dispararon y a Padilla no le dio tiempo de sacar el arma de reglamento para defenderse del ataque.

Cabriales relató que escuchó cuando su hijo cerró la puerta de la casa y 15 minutos más tarde las detonaciones. Ella y su nuera se levantaron de las camas. “Presentía que esos tiros los recibió mi hijo y una vez que cesaron los disparos salí a buscarlo, lo llamamos al celular y no contestó el teléfono. Bajamos hasta la sede del consejo comunal de la zona y no lo vimos. Regresamos nuevamente a la casa. Ya había amanecido y observamos las marcas de sangre en la pared de la vivienda y otros rastros en el camino. Nos topamos con una patrulla de la PNB y le notificamos a los funcionarios para que lo buscaran”.

Luego de hablar con los agentes, Cabriales y la esposa del agente se dirigieron al hospital Pérez Carreño para verificar si lo habían trasladado a ese centro asistencial y al llegar recibieron la llamada de los funcionarios de la PNB que le notificaron que su cuerpo fue hallado en un callejón del sector El Hueco de La Vega. A Padilla lo tirotearon los integrantes de la banda del Jairito. Los vecinos escucharon cuando sus hombres le gritaban “Jairito, remátalo, remátalo”. Ellos ya habían asaltado a otros transeúntes esa madrugada y cuando el polisucre salió de su casa no vacilaron en sorprenderlo para robarlo. Se llevaron la pistola de reglamento.

Todavia hay más
Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.