Los eventos acontecidos en Venezuela entre los días 11 y 14 de abril de 2002 dejaron un saldo de 19 muertos, más 100 heridos, y un país ensangrentado.

Aunque el régimen chavista  ha denunciado esta serie de sucesos a través de los años, como un golpe de estado, la periodista Ángela Zago rehúsa a aceptar éste término.

“Un golpe de estado lo hacen los generales escondiditos en una noche tenebrosa contra un Gobierno democrático”, dijo Zago en diálogo exclusivo con DIARIO LAS AMÉRICAS.

“Esa fue una rebelión civil: la más importante que se ha hecho en América completa”, afirmó.

El nuevo libro de Zago, “En Nombre de los Pobres”, sirve como un reportaje interpretativo que explora, entre otros temas, el continuo incumplimiento de la constitución venezolana por parte del Gobierno de corte socialista, y las repercusiones que sufren aquellos que se alzan en su contra.

“Si te rebelas, te dicen que lo que quieres es que la gente se mate, pero yo no quiero que en mi país muera absolutamente nadie más”, advirtió Zago.

Luego añadió: “Tengo derecho a exigir que se apliquen la constitución y las leyes en mi país. A un funcionario de EEUU le descubren que está violando la constitución, y lo sacan del poder. ¿Por qué no podemos nosotros tener ese derecho?”

Protesta pacífica

Para Zago, la manifestación del 11 de abril tenía una naturaleza alegre y optimista, pero recibió una respuesta violenta e injustificada de parte de un Gobierno asustado.

“Fuimos civiles a exigirle la renuncia a un presidente, que estaba violando nuestros derechos y ese mismo día, Chávez violó los dos artículos más importantes en cualquier constitución de los países civilizados, que es el derecho a la vida y a la libertad de expresión,” anotó.

“Cuando pones a francotiradores a matar gente, es peor que poner a policías a enfrentarse a una marcha, porque tienes todas las de ganar; nos tratas como si fuéramos venados, y en la historia de nuestro país jamás ningún Gobierno puso a cazadores a asesinar ciudadanos para evitar que llegáramos hasta la casa de gobierno con nuestro derecho constitucional de pedirle la renuncia”, subrayó.

Asimismo, Zago condenó las acciones de Chávez, quien invocó el plan Ávila de intervención militar, a pesar de que éste sólo podía entrar en efecto si los manifestantes destruían edificaciones.

“Los que estuvimos en esa inmensa marcha, no rompimos un vidrio”, aseguró.

“Teníamos banderas y pitos; ni siquiera ensuciamos el piso, y de eso existen videos, periódicos, cualquier muestra que garantiza que nosotros no empujamos a una persona”, enfatizó.

Este y otros supuestos abusos de las autoridades venezolanas sirven como la base para el texto de Zago, donde la escritora enfatizó la impotencia de un pueblo incapacitado para ejercer sus derechos.

“Si uno ve el lenguaje desarrollado durante estos 15 años en mi país, es el de un padre grosero y abusivo, que decide que puede golpear a los integrantes de la familia, que puede caerle a palos a la mujer, que además puede regalarle las posesiones de la familia a quien le dé la gana, y que la señora y los niños se tienen que quedar callados”, detalló.

El “festín”

Zago recientemente recibió ataques verbales durante el programa de Actualidad 1020 de Roberto Rodríguez-Tejera. Según la periodista, un individuo llamó para decir que ella “dejó de estar con Chávez porque no le permitieron disfrutar del festín”.

“Eso quiere decir que las personas creen que si tú estás cerca del poder, eso es un festín; el poder es algo donde tu te puedes comer todos los alimentos, todas las bebidas y puedes hacer lo que te da la gana”, afirmó.

“Yo pertenezco a una generación donde la lucha política era al revés, porque tú jurabas que, si tú te metías en una cuestión política, era para ayudar a la población”, añadió.

No obstante, Zago argumenta que fueron 3 millones 800 mil venezolanos los que apoyaron a Chávez en un principio, y que ella no estuvo en la campaña.

“Me llama la atención esa idea, y eso me permite a mí pensar que hay que empezarle a exigir a los políticos honestos que no permitan que se crea que si ellos están en el poder, es porque ellos van a beneficiarse del poder”, dijo.

“Si quieres ganar dinero, métete a la empresa privada, pero en la empresa pública no puedes permitirte el lujo de obtener beneficios, porque ese no es tu trabajo”, puntualizó.

*Para leer el reportaje completo visite: Diario  Las Américas