A Luis Manuel Romero Alemán, de 22 años, le destrozaron el rostro a balazos. Cuando sus familiares llegaron a la morgue de Bello Monte no estaban completamente seguros de si el cadáver de la persona que le mostraban en fotos correspondía al del joven.
Los vecinos les habían asegurado que lo habían matado en un barrio aledaño a donde vivía desde hace tres años, pero nunca pudieron buscar su cadáver, porque la zona estaba tomada por las bandas de delincuentes que llevan varios días enfrentadas en Petare.
Solo una señal les permitió confirmar que se trataba del muchacho. Se trataba de un tatuaje en uno de sus brazos que lo definía por completo: su apellido junto a una pelota de béisbol y una rosa.
Dicen los parientes de Romero Alemán que él jugaba pelota desde los tres años de edad. Su pasión lo llevó a convertirse en profesional y, en los últimos años, había conformado los line up de dos equipos de softball: La Carlota SBC y Titanes del Softball SBC. En este último figuró como centrocampista.
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El joven era de Cumaná, estado Sucre, pero su padre vivía en Caracas y por eso solía venir con frecuencia. Hasta que en diciembre de 2019 decidió mudarse, definitivamente. Fijó su residencia en la casa de un familiar, en el barrio 24 de Julio, del sector Fechas Patrias de Petare, en el municipio Sucre del estado Miranda. En ese tiempo tuvo una hija que hoy tiene tres años y jugó con varios equipos de la capital.
Romero Alemán fue víctima de los enfrentamientos entre bandas como Wilexys y Los Chicorrios, que mantienen azotado a Petare desde hace días. Aunque no era miembro de ninguna de las organizaciones delictivas, fuentes policiales afirman que lo vincularon a una de estas y sus contrincantes lo asesinaron.
Al joven pelotero le balearon el rostro. Tiene golpes y laceraciones en el costado, por lo que se cree que fue atacado a puños y arrastrado.
Romero Alemán es la primera víctima que se conoce de este enfrentamiento entre bandas con el que arrancó 2023, pero fuentes extraoficiales aseguran que hay más muertos.
En septiembre de 2022, el operativo Trueno VII de la Policía Nacional, supuestamente dirigido a acabar con las bandas de Wilexys y Los Chicorrios en Petare y La Dolorita, dejó 15 muertos. La mayoría de estos fueron denunciados como ejecuciones extrajudiciales de personas que nada tenían que ver con los grupos de delincuentes.