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#MonitorDeVíctimas | Acusan a una misma comisión de las FAES de matar a dos jóvenes en diferentes sitios de Lara
Los hechos ocurrieron en el municipio Jiménez. Familiares de ambos fallecidos aseguraron que sus muertes no ocurrieron en medio de enfrentamientos y que a ambos los sacaron de sus respectivas casas

@KaryPerazaR

Pastor Alexander Freitez Sequera y Luis Eduardo Lucena Ramos fueron asesinados en el municipio Jiménez del estado Lara, entre la madrugada y la mañana del viernes 23 de julio.

Estos crímenes, aunque se registraron en distintos sitios, tienen mucho en común: ambas víctimas tenían 29 años de edad  y en los dos casos los familiares de los fallecidos aseguran que se trató de ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por una misma comisión de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES).

El caso de Freitez Sequera  

Al menos 40 funcionarios que vestían de negro, estaban encapuchados y portaban armas cortas y largas llegaron a las 2:00 de la madrugada al caserío de Guadalupe, ubicado en el municipio Jiménez. Se trasladaron en más de 8 vehículos entre los que se encontraban una camioneta Blazer, una Explorer, una Terios y una Hilux, además de un Corsa y un Ford Ka.

Los hombres eran supuestamente efectivos de las FAES. Según los vecinos del lugar así los identificaban los uniformes que tenían puestos. Aseguraron que  llevaban gorras con las siglas DCDO que significa Dirección Contra la Delincuencia Organizada, grupo que también pertenece a la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

En ese momento muchas personas se despertaron por el ruido de los vehículos y otros lo hicieron seguido de tres disparos al aire que hicieron los uniformados cuando tomaron toda la comunidad. Así lo narraron personas del sector.

La casa de Freitez Sequera fue rodeada. Dentro de la vivienda se encontraban los padres del hombre, un hermano menor de edad y su hijo de 5 años. El joven, que pertenecía una familia cristiana evangélica, estaba orando en una habitación junto a su madre.

De acuerdo con las versiones obtenidas, cuando los funcionarios irrumpieron, lo apuntaron y sin dar explicación lo obligaron a salir de la vivienda. A la familia la reunieron, la encerraron en el cuarto principal y le indicaron que no podía salir. El grupo quedó bajo la custodia de hombres armados.

Los padres del hombre escucharon más de cuatro detonaciones, que sonaron hacia la parte de atrás de la vivienda. Ante la inquietud de la familia los funcionarios indicaron que no estaba pasando nada.

Se supo que a los vecinos que trataban de acercase para saber qué pasaba, los obligaban a encerrarse a sus casas, bajo la amenaza de que los meterían presos. Solo observaron que en la parte de adelante de la casa estaba colocada un arma, que describieron como una escopeta larga.

Que lo fueran a buscar a la morgue

A las 6:00 de la mañana dejaron salir a la familia de Freitez Sequera de la habitación. Podían movilizarse dentro de la vivienda, pero no salir de la misma.  A las 11:00 a.m. le indicaron a los parientes del hombre que fueran a la morgue a buscarlo. Al dirigirse al Hospital de Quíbor supieron que su cuerpo estaba allí desde las 5:30 de la madrugada.

Los efectivos de las FAES se retiraron de la zona a las 4:00 de la tarde. Según las personas del sector fue a esa hora cuando pudieron transitar en el caserío con libertad.

La familia del occiso aseguró que no se explica por qué lo mataron. Sus parientes indicaron que no tenía antecedentes penales, no había tenido problemas con la justicia ni con nadie.

Freitez Sequera había llegado tres meses antes de Colombia. Desde entonces comenzó a ir a la iglesia con sus padres. Se dedicaba a hacer, vender o cambiar artesanía.

“Eso no fue ningún enfrentamiento porque Pastor no era ningún delincuente ni manejaba ni tenía armas. Lo mataron porque quisieron. Le dieron unos tiros en las piernas, en el abdomen y en el pecho. Además se robaron unos zapatos, un teléfono básico y hasta 8 dólares”, denunciaron los familiares del hombre.

El caso de Lucena Ramos

A las 6:30 de la mañana de ese mismo viernes 23 de julio una camioneta Explorer y una Terios se movilizaron hasta la calle 9A, entre avenidas 28 y 29 del barrio Primero de Mayo de Quíbor.

Los funcionarios, al menos 10, llegaron de forma violenta a la vivienda de Luis Eduardo Lucena Ramos y abrieron la puerta con una patada. El joven estaba durmiendo con su esposa. Los hicieron levantarse. A la par los funcionarios de las FAES ingresaron a la vivienda de a lado y sacaron a una pareja y sus tres hijos menores de edad.

A la familia vecina y a la esposa de Luis Eduardo los montaron en la camioneta Explorer, mientras que al joven lo arrodillaron, lo apuntaron y se lo llevaron detenido. A él lo montaron en la camioneta Terios. Eso fue lo que contaron los vecinos.

Los vehículos arrancaron al mismo tiempo, pero tomaron rumbos distintos. La Explorer se detuvo en la población de Cuara. Allí los bajaron a todos y los dejaron abandonados. La Terios se fue por el barrio Bolívar, cuando la vieron llegar testigos indican que escucharon algunas detonaciones y gritos.

Los familiares de Lucena Ramos fueron advertidos por conocidos que lo habían llevado al Hospital y cuando fueron lo habían ingresado sin vida.

Este joven deja tres niños de 2, 7 y 9 años de edad. Había estado detenido durante tres meses por el delito de robo. A través de los planes de descongestionamiento fue liberado con una medida cautelar de presentación de cada 8 días.

Cuando ocurrieron los hechos el hombre tenía tres días en libertad y su familia asegura que no estaba delinquiendo, que había regresado a su trabajo de jornalero y que se dedicaba a sacar las cebollas de algunas siembras.

Monitor de Víctimas – Cintillo